SETLIST: Left For Dead/ Son Of The Morning/ Claws In So Deep/ Fallen/ Buried Alive/ Evil Priest/ Succubus/ Execution; Don´t Save Me/ Truce/ 3rd Floor/Seemingly Endless Time/ The Dream Calls For Blood/ Caster Of Shame/ Bored/ Mistress Of Pain/ The Ultra Violence (intro)/ Thrown To The Wolves.
Ya habían pasado más de tres años desde la última actuación de Death Angel en Madrid y, si la memoria no me falla, su último paso por la capital fue el 19 de Junio de 2012 en la sala Arena. Entonces la banda actuó como segundo cabeza de cartel justo por detrás de Exodus y por delante de los reunidos Heathen y los griegos Suicidal Angel; dentro de una gira de infarto donde Death Angel celebraba el 25 aniversario de su gran clásico; "The Ultra-Violence" (1987). La celebración del cuarto de siglo de su disco más reconocido sirvió entonces para que los californianos girarán por medio mundo tocando íntegramente dicho álbum a la vez que promocionaban una segunda edición remasterizada del mismo, tras la previa que realizaron en el 2005; y aunque en la mayoría de casos las versiones remasterizadas cuentan con un mejor sonido y obviamente con una mayor claridad sonora, en el caso de "The Ultra-Violence" incompresiblemente no es así, por lo que tras varias escuchas de las remasterizaciones me quedo definitivamente con el máster original del 87...
Death Angel no lo han pasado bien en los últimos meses; el año pasado (2014) se vieron obligados a suspender toda su gira veraniega, al parecer por motivos económicos que nunca quedaron muy claros, y diferencias o desavenencias con su agencia de management (ellos nunca lo dijeron de manera explícita pero así parecía interpretarse por las noticias que iban dejando en sus redes sociales), la banda decidió suspender todas las fechas estivales europeas del año 2014 a excepción de una única, que no era otra que la participación que tenían contratada para la primera jornada del Hellfest; algo que también es difícil de entender si tienes tu residencia en Estados Unidos y atraviesas dificultades económicas pues a excepción de esta única fecha en el festival galo, el resto de la gira se fue al garete, demostrando la enorme fragilidad que todavía tiene a día de hoy una banda como Death Angel… Pero es que claro, luego pasa lo que pasa; y lo que pasa es que llegas a la sala Caracol de Madrid y ves que el aforo está muy por debajo de lo que en principio se puede esperar para un grupo así. Y es que el ambiente era realmente pobre, con un aforo que se quedó esta vez bastante por debajo de la mitad de la sala, y lo que es más grave es que esto comienza a ser un síntoma en muchos conciertos de metal de nuestro país. En lo que llevamos de año hemos visto entradas realmente dramáticas, hemos asistido a un concierto de Vader con no más de 50 personas o a uno de Marduk y Belphegor que apenas superaban el centenar. Así las cosas, uno empieza a preguntarse si realmente les sale rentable a las promotoras traer carteles de metal extremo y de bandas que están sitiadas en un underground perpetuo. De verdad, nos cuesta creer que algo así pueda salir rentable a todas las partes interesadas.
Por suerte Death Angel, al igual que otras muchas bandas, en el escenario son unos auténticos profesionales, y a tal efecto así se comportan; da igual que toquen ante 50 personas en una sala o ante 50.000 en un open air, ya que el quinteto angelino siempre sale enchufado y a darlo todo sobre el escenario, algo a lo que obviamente ayuda la botella de Bombay Sapphire que Mark Osegueda se metió a pelo a lo largo del show… La breve intro, en este caso enlatada, con la que arranca "Left For Dead", el primer tema de su último álbum hasta la fecha, "The Dream Calls Blood" (2013), te sitúa y te pone en alerta, ya que irremediablemente sabes que el thrash rudo y bronco va a impactar en tu cabeza desde el primer segundo. Dicho y hecho; Ted Aguilar (con su Les Paul ESP blanca) y Rob Cavestany (con su clásica Warrior de Jackson) disparan las continuas ráfagas de riffs cortos y musculosos de "Left For Dead" mientras un estiloso Mark Osegueda entra en acción con un volumen brutal, pudiendo escucharse con total claridad su poderosa y vehemente voz.
Death Angel están a escasos días de publicar un documental en formato DVD, titulado "A Thrashumentary". Concretamente será editado en Europa el próximo 17 de Julio por la poderosa Nuclear Blast, y el mismo vendrá acompañado por una grabación en directo realizada en su ciudad, San Francisco, bajo el título, "The Bay Calls For Blood", realizando así un juego de palabras con el título de su último trabajo, intercambiando la palabra "Dream" por la de "Bay", logrando de este modo referencia el lugar donde se originó todo esto que conocemos actualmente como thrash metal, y que no es otro que la Bahía de San Francisco. Como era de esperar el setlist de dicho trabajo en directo está prácticamente basado en su totalidad en los temas de su último álbum, lo mismo que el de la presente gira, bautizada con el nombre "The Tour Calls For Blood". Así las cosas y siguiendo el orden establecido en "The Dream Calls For Blood" (2013), la segunda pieza en mostrarse en la sala Caracol fue "Son Of The Morning", con un Mark pletórico, que no guarda fuerzas y decide entregarse en cuerpo y alma desgañitándose con el alarido inicial. Los decibelios subían a la vez que el thrash se hacía más veloz y robusto. "Left For Dead" tiene gancho; si te gusta el thrash, eso es innegable, pero hay que reconocer que "Son Of The Morning" la duplica en fuerza y tenacidad, y en directo esa apreciación parece acrecentarse e implementarse aún más, forjando a larga un tema realmente magnífico.
De su penúltimo trabajo, "Relentless Retribution" (2010) arremeten con la mediática "Claws In So Deep", con un Rob fantástico en sus labores básicas, es decir las de guitarrista, así como en su perfil vocal a la hora del estribillo, ayudando al bueno de Mark. "Relentless Retribution" (2010) fue el primer disco que grabó el actual line-up de la banda, tras la llegada del batería Will Carroll y del bajista Damien Sisson en el 2009, por lo que la banda está perfectamente engrasada tras dos discos y multitud de conciertos a ambos lados del Atlántico. Will Carroll se mostró realmente ágil, lo que puede chocar teniendo en cuenta su peso y su robustez, pero hay que reconocer que el hombre no se amilana a la hora de emplear sus brazos y piernas, y es que hay determinados momentos que parece un pulpo. Obviamente no es Geroge Kollias, ni Mangini o Portnoy, pero sí cumple con creces los requisitos para formar parte de una banda de thrash metal como Death Angel, tal y como demostró con "Fallen", donde la batería juega un papel esencial. El tercer tema de "The Dream Calls For Blood" fue de los más coreados, a la gente pareció gustarle mucho, y eso que no es de los más representativos del álbum, pero hay que reconocer que en directo les quedó de auténtico lujo. Hora de rescatar "Killing Season" (2008), y qué mejor forma de hacerlo que con "Buried Alive"… Bueno, posiblemente a un servidor le hubiera gustado más que en esta ocasión hubieran tirado de single, y nos hubiesen regalado "Dethroned"; no obstante, ninguna queja al respecto, ya que al margen del capricho personal por escuchar "Dethroned" en directo, "Buried Alive" sonó jodidamente bien, muy cortante y poderosa, con un Rob inconmensurable en las partes más rápidas de su vertiginoso solo.
Tras una breve presentación de Mark, llegaba el primer tema de la noche que se incluía en "The Ultra-Violence" (1987). En esta ocasión una demonizada "Evil Priest" sacó el lado más salvaje de los fans del verdadero old-school. Los headbanging de parte del público no desmerecieron en absoluto a los de un Mark que ya empezaba a estar tocado por la ginebra... "Succubus" aguantó bien el tirón tras un clásico como "Evil Priest", y mejor lo hizo "Execution; Don´t Save Me", con una "Execution" enlatada que vino a dibujar un estado de calma antes de la verdadera tormenta que llegaría con "Don´t Save Me", donde Ted y Rob se sacan de la manga varios de los riffs más potentes de su último álbum, "The Dream Calls For Blood" (2013). El que fuera primer single de "Relentless Retribution" (2010), "Truce", cae como agua bendita en el momento justo. Después de tanta tormenta siempre viene bien un poco de sol y de claridad, y que mejor que hacerlo con uno de los estribillos más melódicos y melosos de su discografía. Y es que hay que reconocer que les quedó genial ese doble fraseo que forman: "What do you feel inside; under the wheels of life?"...También me gustó mucho el par que formaron con "The Dream Calls For Blood" y "Caster Of Shame", ambas de su último álbum y que en directo quedaron como un tanto antagónicas, ya que son temas muy dispares entre sí, porque la melodía del primero choca de bruces con la brutalidad del segundo, donde el sonido de la vieja escuela se apodera de una canción despiadada, donde la locura de los viejos rockeros está totalmente asegurada.
De su segundo álbum, "Frolic Through The Park" (1988), se desmarcan con una descarada "3rd Floor" y una de las más violentas de todo el concierto… "Bored" sonaría en la parte final del set junto a otro tema ochentero, concretamente junto a "Mistress Of Pain" de "The Ultra-Violence" (1987), creando uno de los momentos mágicos de la noche, que se extendería aún más con las primeras notas y la parte inicial de la pieza que bautizaba su debut y que a su vez venía seguida de uno de los temas que mejor funcionan en directo, "Thrown To The Wolves", tema que abría su criticado y malogrado "The Art Of Dying" (2004). Pero que, como suele ocurrir en alguna que otra ocasión, hasta los discos menos acertados tienen grandes temas, y éste es un claro ejemplo de dicha teoría. Durante mucho tiempo "Thrown To The Wolves" ha sido una canción que venía marcando el final de sus conciertos, y es que su riff pegadizo y repetitivo, mezclado con los aspavientos continuos de un Mark -que parece entrar en trance en el arranque del mismo- pone la guinda a un pastel con poco dulce pero con mucho THRASH…
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