Si esta crítica logra que todos esos jovencitos defensores de la libertad de expresión -irónica y paradójicamente- dejen de seguirnos en alguna red social o se enfaden con nosotros ya me doy por satisfecho por dos motivos; se quedarán con esta crítica y no con la del resto de webs en las cuales todo es "chachi" y demostrará que la tolerancia debe aplicarse en todo ámbito y esta crítica es tan sólo mi opinión porque, como decía Oscar Wilde; "la crítica está por encima de la razón, la sinceridad y la imparcialidad, es necesariamente subjetiva". Y no puedo ser menos que subjetivo con un grupo como Rammstein que descubrí en 1997 con "Sehnsucht" gracias a David Lynch (debido a la banda sonora de "Lost Highway", todo hay que decirlo) y es por eso que cuatro años más tarde estuve en la gira de presentación de "Mutter" cuando los alemanes literalmente quemaron la Sala Macumba de Madrid y sus roadies se encargaban de repartir pases backstage a todas las chicas de la sala para una fiesta "sólo para hembras" después del concierto. Para mí, lo que vino después de "Mutter" fue un chiste de mal gusto (del que tan sólo salvo "Reise, Reise" del 2004), Rammstein irónicamente comenzaron a ser más populares que nunca y, aunque seguían componiendo singles que funcionaban, habían perdido la magia. Pero, ¿por qué un chiste? No puedo tomarme en serio, ni tampoco en broma porque carece de gracia, a un grupo alemán de metal industrial capaz de grabar una ranchera absurda como "Te Quiero Puta!" de su "Rosenrot" (2005) o componer una mierda como "Pussy" de "Liebe ist für alle da" (2009), ¿saben por qué lo hicieron? Porque ellos mismos fueron conscientes de lo fácil que era contentar a su nuevo público y pasaron de ser un "rara avis" del panorama metálico, los "alemanes industriales y la pirotecnia" y terminaron mutando en un grupo pueril y sin fondo en busca de público mayoritario que fuese fácil de satisfacer y no pidiese demasiado. No dudo de que "Pussy" sea divertida en directo (es más, me ha tocado vivirla en dos ocasiones) o que no me ría con el lado macabro y retorcido de "Mein Teil" pero escucho "Sehnsucht" y la diferencia es tan grande que me hace despreciar todo lo que ha venido después. A mí no me escandaliza la sexualidad más oscura, retorcida o supuestamente bajuna con la que Lindemann parece disfrutar a tenor de las letras y títulos de su primer paso en solitario, este "Skills In Pills" y sus constantes referencia al sexo, los ladyboys o la lluvia dorada, puedo llegar a entender todo este tipo de gustos y prácticas. No me río con sus ripios fáciles ("I like to fuck, but no french letter. Without a condom, the sex is better") y su burda apología, ironía sobre el sexo sin protección o crítica a toda esa gente que tiene hijos de manera irresponsable para traerlos a este mundo, no entiendo su asociación con un músico serio como Peter Tägtgren y su papel aquí (por mucho que toque todos los instrumentos y produzca el álbum), tampoco entiendo por qué romper con una de sus grandes señas de identidad que era cantar en alemán y ahora hacerlo con un acento tan inglés como el chucrut o una estética tan pobre y forzada para provocar e impactar supongo que en un público adolescente o veinteañero; el artwork de "Skills In Pills" es un desastre digitalmente hablando (cualquier estudiante con un mínimo de pericia en Photoshop habría sido capaz de casar las luces, sombras, texturas y perspectivas con más atino) y, por último, el video de "Praise Abort" es un desastre estético con el que siento auténtica vergüenza ajena cuando veo a Lindemann vestido de blanco; con capa y sombrero, haciendo mal el "moonwalk" de Jackson en un tema que se me hace eterno. Sólo esto ya son motivos suficientes para defenestrar el disco pero las canciones tienen lo suyo…
"Skills In Pills" es quizá un buen comienzo, la guitarra y sus armónicos no son típicos de Rammstein pero sí el riff aunque bastante más acelerado, la voz de Lindemann no está demasiado alta en la mezcla y está filtrada con efectos con lo que tampoco se aprecia su horroroso acento, la coral con la que se abre y le acompaña en el estribillo es evocadora de tiempos antiguos de los alemanes y, en general, cumple su función a la perfección abriendo de manera explosiva pero el desaguisado comienza pronto con "Ladyboy" y una letra sonrojante como pocas y no por su temática (en la cual, Lindemann, da forma a una oda sobre su amor a estos curiosos, y habitualmente asiáticos, travestis cosificándoles y declarando que "arde en deseos por sus pollas y agujeros", no lo digo yo, lo dice él en la canción) sino por sus escasos recursos, su patéticas rimas y lo obvio de la temática. Musicalmente es simple como un botijo y en ella no hay nada original que nos sorprenda y no hayamos escuchado hasta la saciedad en la discografía de su grupo. "Fat" suena épica por su tempo, sus arreglos de cuerda y coros pero la canción es un horror aunque presuma de mejor gusto que la anterior. En "Fish On" tirará del techno y es la que más nos recuerda a los primeros Rammstein aunque nos encontremos, de nuevo, al Lindemann más chusco y vulgar, ése que va a cazar mujeres por la noche; "Catching ladies is my delight so I go fishing by shiny night" y vuelvo a hacer hincapié en lo mismo; no me escandaliza, tan sólo me aburre y deprime por lo poco que me pide como oyente y saber que Lindemann espera tan poco de su público que cree poder cautivarnos con canciones tan mediocres como éstas.
"Children Of The Sun" es puro Rammstein, interesante pero, como al resto del disco, sigo sin verle el sentido, no entiendo por qué elaborar un disco en solitario que suena como una copia de tu propia banda si no es por disputas internas con tus compañeros. La canción, por lo demás, es bastante corriente; no tiene un riff memorable, ni un ritmo trepidante, ni un estribillo explosivo y la letra es más de lo mismo. Pero llegamos al momento menos creíble y petardo de "Skills In Pills", la acústica "Home Sweet Home" en la que no sentimos absolutamente nada, para ser una balada carece de emoción y, por eso, suspende. "Cowboy" es el típico desbarajuste con aroma a techno ruso (no bromeo, su introducción suena a lo que podríamos escuchar en una discoteca soviética a altas horas de la madrugada) y la única novedad es la inclusión de un banjo tocado por Jonas Kjellgren, en ella Lindemann nos deleitará con una descripción ramplona del estereotipo del vaquero macho que consigue a todas las chicas, no siente dolor alguno, tiene una gran polla y monta grandes caballos (escrito tal cual en la canción).
¿Hay algo peor que dedicarle una canción a la lluvia dorada? Sí, hacerlo de una manera tan tristona con una base musical tan mala, un estribillo tan ridículo y unos recursos poéticos tan manidos. ¿Cuántas veces tendremos que escuchar o leer una imagen tan sobada como es la de comparar una vulva con una flor o hablar del pis como si fuese champán? Sencillamente deprimente por lo obvio, lo forzado de incluir esta perversión dentro del catálogo de "Skills In Pills" y el concepto que puede llegar a tener Lindemann de nuestra exigencia a la hora de malgastar cuatro minutos escuchando semejante nadería. La melodramática "Yukon" es sencillamente infumable; "You hate the sun but rain is nice. You love the snow but you are afraid of ice" como ridículo el single "Praise Abort" cuyo sonido es imponente pero, como canción, es un horror en sí misma y, por mucho que me rompa la cabeza, no consigo ver en ella la crítica social, no me hace gracia, no me sorprende, no me entretiene y me siento completamente gilipollas escuchándola, como supongo que le pasará a mucha gente cuando escucha ese estribillo tan infantilón y esa letra que no da para más y sonroja por lo idiota que resulta. Cuando llega "That's My Heart" hemos sufrido muerte por empacho de Lindemann y nos percatamos de que, aparte de un horrendo escritor ("your heart is a diamond…") como cantante es aún más limitado de lo que nos podíamos suponer y cuando abandona su rango de barítono es incapaz de mantener correctamente la afinación o sonar creíble.
"Skills In Pills" es quizá un buen comienzo, la guitarra y sus armónicos no son típicos de Rammstein pero sí el riff aunque bastante más acelerado, la voz de Lindemann no está demasiado alta en la mezcla y está filtrada con efectos con lo que tampoco se aprecia su horroroso acento, la coral con la que se abre y le acompaña en el estribillo es evocadora de tiempos antiguos de los alemanes y, en general, cumple su función a la perfección abriendo de manera explosiva pero el desaguisado comienza pronto con "Ladyboy" y una letra sonrojante como pocas y no por su temática (en la cual, Lindemann, da forma a una oda sobre su amor a estos curiosos, y habitualmente asiáticos, travestis cosificándoles y declarando que "arde en deseos por sus pollas y agujeros", no lo digo yo, lo dice él en la canción) sino por sus escasos recursos, su patéticas rimas y lo obvio de la temática. Musicalmente es simple como un botijo y en ella no hay nada original que nos sorprenda y no hayamos escuchado hasta la saciedad en la discografía de su grupo. "Fat" suena épica por su tempo, sus arreglos de cuerda y coros pero la canción es un horror aunque presuma de mejor gusto que la anterior. En "Fish On" tirará del techno y es la que más nos recuerda a los primeros Rammstein aunque nos encontremos, de nuevo, al Lindemann más chusco y vulgar, ése que va a cazar mujeres por la noche; "Catching ladies is my delight so I go fishing by shiny night" y vuelvo a hacer hincapié en lo mismo; no me escandaliza, tan sólo me aburre y deprime por lo poco que me pide como oyente y saber que Lindemann espera tan poco de su público que cree poder cautivarnos con canciones tan mediocres como éstas.
"Children Of The Sun" es puro Rammstein, interesante pero, como al resto del disco, sigo sin verle el sentido, no entiendo por qué elaborar un disco en solitario que suena como una copia de tu propia banda si no es por disputas internas con tus compañeros. La canción, por lo demás, es bastante corriente; no tiene un riff memorable, ni un ritmo trepidante, ni un estribillo explosivo y la letra es más de lo mismo. Pero llegamos al momento menos creíble y petardo de "Skills In Pills", la acústica "Home Sweet Home" en la que no sentimos absolutamente nada, para ser una balada carece de emoción y, por eso, suspende. "Cowboy" es el típico desbarajuste con aroma a techno ruso (no bromeo, su introducción suena a lo que podríamos escuchar en una discoteca soviética a altas horas de la madrugada) y la única novedad es la inclusión de un banjo tocado por Jonas Kjellgren, en ella Lindemann nos deleitará con una descripción ramplona del estereotipo del vaquero macho que consigue a todas las chicas, no siente dolor alguno, tiene una gran polla y monta grandes caballos (escrito tal cual en la canción).
¿Hay algo peor que dedicarle una canción a la lluvia dorada? Sí, hacerlo de una manera tan tristona con una base musical tan mala, un estribillo tan ridículo y unos recursos poéticos tan manidos. ¿Cuántas veces tendremos que escuchar o leer una imagen tan sobada como es la de comparar una vulva con una flor o hablar del pis como si fuese champán? Sencillamente deprimente por lo obvio, lo forzado de incluir esta perversión dentro del catálogo de "Skills In Pills" y el concepto que puede llegar a tener Lindemann de nuestra exigencia a la hora de malgastar cuatro minutos escuchando semejante nadería. La melodramática "Yukon" es sencillamente infumable; "You hate the sun but rain is nice. You love the snow but you are afraid of ice" como ridículo el single "Praise Abort" cuyo sonido es imponente pero, como canción, es un horror en sí misma y, por mucho que me rompa la cabeza, no consigo ver en ella la crítica social, no me hace gracia, no me sorprende, no me entretiene y me siento completamente gilipollas escuchándola, como supongo que le pasará a mucha gente cuando escucha ese estribillo tan infantilón y esa letra que no da para más y sonroja por lo idiota que resulta. Cuando llega "That's My Heart" hemos sufrido muerte por empacho de Lindemann y nos percatamos de que, aparte de un horrendo escritor ("your heart is a diamond…") como cantante es aún más limitado de lo que nos podíamos suponer y cuando abandona su rango de barítono es incapaz de mantener correctamente la afinación o sonar creíble.
En definitiva, no me extraña que Rammstein estén en punto muerto y parezcan tener fecha de caducidad, que Kruspe haya hecho alguna que otra alarmante declaración sobre el grupo y su único interés económico, que Lindemann grabe un disco en solitario que suene como Rammtein pero sin el gusto de los primeros discos de éstos y que cada vez les cueste más grabar un álbum y se apoyen en la pirotecnia pero no los fuegos y bengalas que usan en directo, sino ésa otra con la que pretenden llamar la atención y alejar nuestra mirada de lo que de verdad importa como son las grandes canciones, esas que llevan sin escribir muchos años. "Te gustará si te gusta Rammstein", error; "te gustará si te gusta la caricatura en la que se han convertido los alemanes en sus últimos discos y te conformas con poco". Para niños o consumidores de música como comida basura; sacia hasta cargar pero ni alimenta ni se disfruta y se digiere bastante mal.
© 2015 Donnie Darko