Me gustan Valkyrie porque, a pesar de estar Peter Adams involucrado, suenan un poquito más opacos que Baroness, porque quizá su música me lleve de manera más evidente e inevitable, sin rodeos, a Black Sabbath, Deep Purple e incluso las guitarras dobladas, en pleno duelo, a Iron Maiden pero con el influjo de Wishbone Ash o Pentagram y, por si fuera poco; con un fuerte sabor stoner y fraseos procedentes del blues. Podríamos decir que la banda de Peter y Jack Adams gustará a los fans de Baroness más clásicos pero también a aquellos que incluso no hayan pasado necesariamente por los discos de colores de los de Georgia. "Shadows" (2015) es el tercer larga duración del grupo tras "Valkyrie" (2006) y "Man Of Two Visions" (2010), publicado por Relapse Records en varias ediciones y contiene grandes canciones... Es pinchar "Mountain Stomp" y retroceder en el tiempo, bajo un riff pesado y monolítico (totalmente propio del stoner), una guitarra solea mientras la otra machaca el riff principal, ahora convertido en puro doom setentero, mientras los hermanos Adams se ocupan de las voces; "You know how hard I try to remove this cage from my mind. The secret to living well is to break through your mortal shell" y volvemos a una guitarra solista que suena redonda antes de atacar la segunda estrofa y volver con un solo abrasivo más propio del blues que del stoner porque lo grande de Valkyrie son su variedad; no sólo estilística sino en los cambios y progresiones durante todos los temas de "Shadows". "Mountain Stomp", tras el segundo solo, sonará cien por cien a Iron Maiden, no es casualidad; las dos guitarras doblarán los riffs en diferentes tonos y se lanzarán al trote, al más puro estilo de los ingleses para acabar, de nuevo, sonando más Sabbath que los propios Sabbath.
Si hay una canción que podría ser un single es "Golden Age"; "High-born sage brought forth from the heavens came with signs to mark his birth. Golden age – of wisdom and virtue, time of justice for the earth the day arrived- foretold by the ancients. Healing hatred with his pen, claim denied – and facing rejection, forced to leave his countrymen" para estallarnos maravillosamente bien y en el estribillo; "Golden Age, sacred way, another Day, slow Decay" y quemarnos de nuevo con la pastilla del mástil, sonando más blues que muchos grupos del género y es que donde Kadavar, con su stoner psicodélico setentero y cósmico, suenan más forzados y artificiales que un brezel horneado en el centro de Estados Unidos, Valkyrie son cien por cien auténticos con pura denominación de origen, no tienen que sonar a nadie más que a ellos mismos o los grupos que han mamado desde críos. Me gusta "Temple" y su comienzo, denso y utilizando la retroalimentación del ampli mientras el bajo sube poco a poco de intensidad hasta que la otra guitarra se suma y la batería de Warren Hawkins golpea con fiereza para ser rota por el épico riff de la guitarra. "Temple" es un maravilloso medio tiempo situado en el lugar correcto tras dos descargas como "Mountain Stomp" y "Golden Age" con un solo auténticamente genial y lleno de feeling, con un final a la altura que uno no sabe si ubicar entre los mejores Iron Maiden y el "Free Bird" de Lynyrd Skynyrd.
"Shadow Of Reality" templa un poco los ánimos con una guitarra gruesa y esos graves capaces de reventar cualquier altavoz a buen volumen. Precisamente las guitarras son las protagonistas en la canción ya que, poco a poco, irán crispándose hasta romperse de puro nerviosismo y acabar los dos últimos minutos en un arpegio casi acústico en el que la solista volverá a primer término mientras la voz intenta seguirla para, finalmente, ceder paso a la segunda. Sin embargo, en "Wintry Plains" el bajo es quien marca la entrada con el acople de la guitarra y su comienzo ondulante, serán las cuatro cuerdas de Alan Fary las que lleven el ritmo pesado y mastodóntico de la canción; como un gran cocodrilo abriéndose paso sin descanso en un pantano. Las voces juegan en el estribillo; "I so remain, on Wintry Plains I will remain, on Wintry Plains" para acabar en unas guitarras limpias, cristalinas, que pronto se encolerizan y desatan para finiquitar de manera furiosa y virulenta la canción.
"Echoes (of The Ways We Lived)" tarda en arrancarse pero recupera el ritmo de la primera cara, más compleja y con suficientes cambios como para mantener nuestro interés en cuanto las guitarras vuelven a hacerse dueñas de la canción. Mención aparte de los hermanos Adams o los fraseos de Alan Fary, aquí es Warren Hawkins el que está soberbio. Pero, ¿qué sería de "Shadows" si no acabase a la altura? "Carry On" y su bajo remata la jugada de manera gloriosa mientras los Adams exprimen todo los rayos de sol que pueden a sus seis cuerdas y de nuevo se desata el crisol de influencias de Valkyrie sonando por Pentagram, Deep Purple, Iron Maiden y una guitarra caliente como en los mejores riffs de Page.
En definitiva, "Shadows" es sólido como una piedra y suena perfecto, una buena muestra de que la guitarra, con gusto, nunca pasa de moda y todavía hay músicos con ganas y estilo suficientes como para saber mezclar los ingredientes apropiados y grabar un buen disco de rock en el que nada sobra; desde la exquisita portada hasta el último segundo de "Carry On".
Si hay una canción que podría ser un single es "Golden Age"; "High-born sage brought forth from the heavens came with signs to mark his birth. Golden age – of wisdom and virtue, time of justice for the earth the day arrived- foretold by the ancients. Healing hatred with his pen, claim denied – and facing rejection, forced to leave his countrymen" para estallarnos maravillosamente bien y en el estribillo; "Golden Age, sacred way, another Day, slow Decay" y quemarnos de nuevo con la pastilla del mástil, sonando más blues que muchos grupos del género y es que donde Kadavar, con su stoner psicodélico setentero y cósmico, suenan más forzados y artificiales que un brezel horneado en el centro de Estados Unidos, Valkyrie son cien por cien auténticos con pura denominación de origen, no tienen que sonar a nadie más que a ellos mismos o los grupos que han mamado desde críos. Me gusta "Temple" y su comienzo, denso y utilizando la retroalimentación del ampli mientras el bajo sube poco a poco de intensidad hasta que la otra guitarra se suma y la batería de Warren Hawkins golpea con fiereza para ser rota por el épico riff de la guitarra. "Temple" es un maravilloso medio tiempo situado en el lugar correcto tras dos descargas como "Mountain Stomp" y "Golden Age" con un solo auténticamente genial y lleno de feeling, con un final a la altura que uno no sabe si ubicar entre los mejores Iron Maiden y el "Free Bird" de Lynyrd Skynyrd.
"Shadow Of Reality" templa un poco los ánimos con una guitarra gruesa y esos graves capaces de reventar cualquier altavoz a buen volumen. Precisamente las guitarras son las protagonistas en la canción ya que, poco a poco, irán crispándose hasta romperse de puro nerviosismo y acabar los dos últimos minutos en un arpegio casi acústico en el que la solista volverá a primer término mientras la voz intenta seguirla para, finalmente, ceder paso a la segunda. Sin embargo, en "Wintry Plains" el bajo es quien marca la entrada con el acople de la guitarra y su comienzo ondulante, serán las cuatro cuerdas de Alan Fary las que lleven el ritmo pesado y mastodóntico de la canción; como un gran cocodrilo abriéndose paso sin descanso en un pantano. Las voces juegan en el estribillo; "I so remain, on Wintry Plains I will remain, on Wintry Plains" para acabar en unas guitarras limpias, cristalinas, que pronto se encolerizan y desatan para finiquitar de manera furiosa y virulenta la canción.
"Echoes (of The Ways We Lived)" tarda en arrancarse pero recupera el ritmo de la primera cara, más compleja y con suficientes cambios como para mantener nuestro interés en cuanto las guitarras vuelven a hacerse dueñas de la canción. Mención aparte de los hermanos Adams o los fraseos de Alan Fary, aquí es Warren Hawkins el que está soberbio. Pero, ¿qué sería de "Shadows" si no acabase a la altura? "Carry On" y su bajo remata la jugada de manera gloriosa mientras los Adams exprimen todo los rayos de sol que pueden a sus seis cuerdas y de nuevo se desata el crisol de influencias de Valkyrie sonando por Pentagram, Deep Purple, Iron Maiden y una guitarra caliente como en los mejores riffs de Page.
En definitiva, "Shadows" es sólido como una piedra y suena perfecto, una buena muestra de que la guitarra, con gusto, nunca pasa de moda y todavía hay músicos con ganas y estilo suficientes como para saber mezclar los ingredientes apropiados y grabar un buen disco de rock en el que nada sobra; desde la exquisita portada hasta el último segundo de "Carry On".
© 2015 Jack Ermeister