SETLIST: Suedehead/ Staircase at the University/ Kiss Me a Lot/ World Peace Is None of Your Business/ I'm Throwing My Arms Around Paris/ Mama Lay Softly on the Riverbed/ Stop Me If You Think You've Heard This One Before (The Smiths)/ First of the Gang to Die/ Istanbul/ Certain People I Know/ The World Is Full of Crashing Bores/ Speedway/ The Bullfighter Dies/ Everyday Is Like Sunday/ Meat Is Murder (The Smiths)/ Scandinavia/ Irish Blood, English Heart/ What She Said (The Smiths)/
Por mucho que a algunos les moleste; Morrissey es un gigante, uno de los pocos artistas sinceros e inteligentes que todavía disfrutan subiéndose a un escenario y mostrándose desbordantes con su sola presencia y el festival SOS 4.8 se le quedó pequeño, muy pequeño. Un evento lo más parecido a las fiestas de un pueblo que, por mucho que crezca, tendrá ese carácter si sigue basando su cartel en un infumable batiburrillo indie de artistas nacionales de los que dentro de unos años poco sabremos, gracias a Moz. Así, mientras la zona vip se mostraba repleta de gente relajándose en el chill out, chavales jugando al futbolín y parejitas pidiendo copas mientras de fondo sonaba algún estúpido showcase, el backstage era un constante trasiego de personal y personajes, todos muy cool, dejándose ver pero ni rastro del protagonista de la noche. Es curioso como alguien que se supone que es un egocéntrico y un egotista, la nueva y quizá última prima donna del pop, se muestre tan esquivo a las miradas ajenas y prefiera esconderse de todos esos indies que rondaban entre la tramoya, supongo que consciente de la fascinación que ejerce sobre aquellos que le consideran padrino de un estilo que él se empeña en dejar huérfano y esos otros que deseaban ver al personaje y, por qué no, colgar una foto con él en su Instagram.
Por mucho que a algunos les moleste; Morrissey es un gigante, uno de los pocos artistas sinceros e inteligentes que todavía disfrutan subiéndose a un escenario y mostrándose desbordantes con su sola presencia y el festival SOS 4.8 se le quedó pequeño, muy pequeño. Un evento lo más parecido a las fiestas de un pueblo que, por mucho que crezca, tendrá ese carácter si sigue basando su cartel en un infumable batiburrillo indie de artistas nacionales de los que dentro de unos años poco sabremos, gracias a Moz. Así, mientras la zona vip se mostraba repleta de gente relajándose en el chill out, chavales jugando al futbolín y parejitas pidiendo copas mientras de fondo sonaba algún estúpido showcase, el backstage era un constante trasiego de personal y personajes, todos muy cool, dejándose ver pero ni rastro del protagonista de la noche. Es curioso como alguien que se supone que es un egocéntrico y un egotista, la nueva y quizá última prima donna del pop, se muestre tan esquivo a las miradas ajenas y prefiera esconderse de todos esos indies que rondaban entre la tramoya, supongo que consciente de la fascinación que ejerce sobre aquellos que le consideran padrino de un estilo que él se empeña en dejar huérfano y esos otros que deseaban ver al personaje y, por qué no, colgar una foto con él en su Instagram.
Pudimos alcanzar la primera fila, no sin esfuerzo, y nos situamos en uno de los laterales mientras disfrutábamos de unos teloneros de lujo y no me refiero a la prescindible actuación de unos aburridos Supersubmarina que un público fundamentalmente veinteañero e ignorante disfrutó como gorrinos en un maizal (que nadie lea entre líneas y piense que la veintena es sinónimo de incultura; se puede ser joven y cultivado pero éste no era el caso y me baso en ello por la cantidad de exageradísimos adjetivos con los que se ha descrito la actuación de los jienenses y la respuesta ante un grupo que, sin embargo, tuvo la inmensa habilidad de convertir el escenario principal de un festival en el de una sala) porque con "teloneros de lujo" me refiero a las proyecciones a las que Morrissey nos tiene acostumbrados; desde imágenes de la muerte de Margaret Thatcher con la canción "Ding-Dong! The Witch Is Dead" de Harold Arlen para "El mago de Oz" (1939), unos jovencísimos New York Dolls con su "Looking For A Kiss", Charles Aznavour cantando "Emmenez-moi" ("Llévame") que, por cierto, tocaría en Madrid seis días más tarde, un fragmento de una entrevista a la poetisa Edith Sitwell, Allen Ginsberg o a James Cagney en un fragmento de "Jimmy The Gent" (1934) aquí traducida como "A la caza de herederos". Pero, claro, cómo explicarles a todos esos críos que lo que estaban a punto de contemplar sería seguramente histórico, complicado…
Moz y su banda salieron puntuales y comenzaron de manera arrolladora con "Suedehead", su compañero de armas, Boz Boorer, a su derecha y el de manchester visiblemente más delgado y en mejor forma que en su último paso por nuestros escenarios, vestido con un vaquero anchísimo y una blusa azul de dudoso gusto. "Suedehead" sonó inmortal y una declaración de principios porque abrir una actuación con un single de ese calado es ir a por todas. Morrissey domina la parte central del escenario y, de vez en cuando, se balanceará entre lánguidos pasos de baile, driblando sobre sí mismo, rondando a su propia sombra como un boxeador sobre la lona o haciendo del cable del micro (elemento indispensable para su representación) un látigo para mantener a raya a las fieras. "Staircase at the University" es una de mis preferidas de "World Peace Is None of Your Business" y me encantó escucharla en directo con ese toque de silbato con el que abre, aprecié el esfuerzo del grupo por llevarla sobre las tablas con todos sus arreglos y la forma de cantar del propio Moz fue, simple y llanamente, deliciosa como estupendo el solo de Manzur con su guitarra española (¡aunque tocase con púa!).
De "Kiss Me A Lot", sin embargo, no puedo decir lo mismo. Entiendo que es una canción menor por la que no se le recordará y que funciona como un single, es pegadiza y gana muchísimo en directo pero palidece frente a clásicos como "Suedehead" y se empequeñece aún más cuando suena un single de los Smiths. "World Peace Is None of Your Business", por ejemplo, sí da la talla en concierto y su "in crescendo" se llena de emoción para acabar con el mejicano Gustavo Manzur repitiendo "paz mundial es asunto que no te concierne". "I'm Throwing My Arms Around Paris" fue fantástica y "Mama Lay Softly on the Riverbed"se mostró sólida y marcial gracias a las tres cajas de batería que terminaron tocando. El primer clásico de The Smiths fue "Stop Me If You Think You've Heard This One Before" y lo cierto es que la noche no fue generosa con el legado del grupo ya que tan sólo interpretaría tres títulos de todo su repertorio, pese a ello, Morrissey saldría victorioso porque posee una carrera con suficiente calidad como para sobreponerse a su propia leyenda, algo impensable para otros artistas. Después de haber "Stop Me If You Think You've Heard This One Before" hasta la saciedad nunca podría haberme imaginado que llegaría a escucharla en directo y me llevó a otra época. Volviendo a esos singles ligeros a los que Moz nos tiene acostumbrados llegamos a "First of the Gang to Die" y tras ella a la intensidad de "Istanbul" que me gustó bastante más que el año pasado, en plena gira de presentación de "World Peace Is None of Your Business". Con "Certain People I Know" y su toque rockabilly acústico volvimos a "Your Arsenal" (1992) pero si hubo una con la que la actuación y todos los allí presentes llegamos al clímax fue con "The World Is Full of Crashing Bores", sencillamente inmensa desde su presentación hasta la interpretación del propio Moz. Desde luego que sí, el mundo está lleno de idiotas aburridos.
"Speedway", de quizá mi disco favorito "Vauxhall and I" (1994), en la que Morrissey ya estaba completamente caliente y dentro de la actuación, sintiendo cada palabra y la inevitable "The Bullfighter Dies" con su mención a Murcia (todos los miembros del grupo lucían la camiseta "No Mercy In Murcia") o "Everyday Is Like Sunday" con la avalancha de cuerpos cayendo de costado sobre el foso para intentar alcanzar a Morrissey, darle la mano, rozarle, tocarle o dedicarle una mirada mientras los miembros de seguridad se volvían literalmente locos conformaron el cuerpo central del concierto. "Meat is Murder" se ha convertido en una de mis preferidas en directo, obviamente por la carga e intensidad en su forma de cantarla mientras la elección de una hipnótica "Scandinavia" me parece de lo más arriesgado para encaminar la recta final de una actuación en un festival pero nada que Moz no pueda solucionar con la indenciaria "Irish Blood, English Heart" o la cruda "What She Said" de sus tiempos con Marr.
Una actuación soberbia, propia de un coloso, que no hace más que agigantar su figura a pesar de todas las polémicas y contradicciones que constantemente parezcan rondar su discurso y alimentar las críticas de aquellos que no entienden que Morrissey es demasiado grande; Morrissey, ése artista al que algunos detestan porque no para de hablar de sí mismo cuando todas sus canciones hablan de nosotros, esos que las escuchamos a diario. Minutos después, el backstage se oscurece y nos dirigimos a uno de los laterales, comentamos la actuación y una oscura figura pasa a escasos metros de nosotros, hay que intentarlo y le llamamos, el encuentro tiene lugar, no siempre se tiene la oportunidad de estrecharle la mano a un dios pero eso es otra historia...
© 2015 Lord Jim
(Fotos de El País y La Información)
(Fotos de El País y La Información)