SETLIST: Death and the Labyrinth/ Slaughter of the Soul/ Cold/ At War With Reality/ Terminal Spirit Disease/ Raped by the Light of Christ/ Eater of Gods/ Under a Serpent Sun/Windows/ City of Mirrors/ Suicide Nation/ Heroes and Tombs/ Nausea/ The Circular Ruins/ World of Lies/ The Burning Darkness/ The Book of Sand (The Abomination)/ Blinded by Fear/ Kingdom Gone/ The Night Eternal/
A nadie se le escapa que las bandas de culto tienen algo especial, algo diferente y diferenciador que les hace distanciarse de los grupos de masas, o digamos, de mayor aceptación entre el público generalista. Algunos pondrán el grito en el cielo por otorgarle tal calificativo a una banda como At The Gates, pero es que nos guste o no, en la música al igual que en la mayoría de facetas de la vida, está todo inventando, y todo se resume en sota, caballo y rey. At The Gates son ni más ni menos que los precursores y "padres" de un sonido que se gestó en los años 90 en Suecia, teniendo en ellos su principal defensor y abanderado, y que aún a día de hoy sigue creando corriente y escuela entre muchas de las bandas que día tras día salen del país nórdico. Pero es que el death metal no deja de ser un género minoritario, por muy melódico que sea o se trate; estamos hablando de una etiqueta relegada al avernos más oscuro y al underground más infecto. A los hechos nos remitimos; hacía la friolera de 7 años que la banda no pasaba por los escenarios españoles, concretamente su última actuación fue en el festival Electric Weekend que se celebró en Getafe en el mes de Mayo de 2008. Muchos recordarán que en aquel festival a los de Tomas Lindberg les tocó cerrar el cartel a una hora intempestiva (cerca de las 2 de la madrugada), en el escenario pequeño (con un sonido lamentable) y tras las descargas de bandas tan importantes y con tanto "hype" como son Machine Head y Metallica. Obviamente todos estos hechos apuntaban en la dirección de que At The Gates estaban siendo tratados como un grupo "residual", en el que tan sólo estarían presentes los que verdaderamente sentían, y sienten, pasión por una banda de death metal. ¿Y en 2015? Pues más de lo mismo, una irregular sala Penélope (el sonido nunca ha sido su fuerte) apenas superaba el medio aforo para ver en acción a Lindberg y los suyos, y eso contando que era Viernes y que la sala está sitiada en un enclave céntrico. Pues nada, así y con esas, el piso superior de la sala cerrado y el bajo, mediado y gracias.
Huelga decir que cuando nos referimos a At The Gates estamos refiriéndonos a unos profesionales como la copa de un pino, que siempre ponen toda la carne en el asador y siempre dan lo mejor de sí. No les hizo falta muchos minutos para meterse a la gente en el bolsill; tras la breve intro que abre su último trabajo, "At War With Reality" (2014), Erlandsson desde la parte trasera del escenario empieza a pisar los aceleradores de sus bombos en los primeros segundos de la letal "Death And The Labyrinth", que con un sonido magnífico (teniendo en cuenta que estábamos en Penélope), muestra desde sus primeros compases el buen estado de forma y las ganas que tienen los At The Gates del 2015. La voz de Tomas Lindberg suena jodidamente bien, tan profunda y rasgada como en el disco, pero añadiéndole el aire bronco y angosto que siempre ofrece este personaje en directo. La locura no tardaría mucho en llegar y contagiarse por toda la sala...el primer riff de Martin Larsson desde la derecha del escenario ya descifraba lo que se nos venía encima; "Slaughter Of The Soul" revienta como una olla presión con toda la sala gritando su mítico arranque, "Go!". Ya os podéis imaginar la que se formó allí, el headbanging de los hermanos Bjorler, acompañados por los movimientos broncos e inconexos de Lindberg, incitaban a una masa que se venía arriba con cada nota y con cada grito.
Siguiendo el orden establecido por su clásico de 1995 ("Slaughter Of The Soul") la siguiente en hacer acto de presencia, dentro del extenso set list que llevan los suecos para esta gira, fue la sobresaliente "Cold". Si en estudio es una maravilla, en directo es fácil de adivinar que no lo es menos; en este caso los verdaderos protagonistas son Larsson y Anders, llevando ambos "la voz" cantante en un tema que está hecho para los paladares más exigentes y exquisitos, para los verdaderos amantes del death melódico. Anders siempre ha afirmado que el solo de "Cold" son palabras mayores, y que aún a día de hoy, el punteo que en la edición de estudio fusiló a la perfección Andy Larocque, hay veces que se le pone cuesta arriba. No obstante aquella noche todo sonó de maravilla, y si en algún momento hubo alguna nota mal metida o fuera de lugar, nadie se dio cuenta..."At War With Reality", en la cual incluyeron de forma enlatada los repiqueteantes martillos de su inicio, es la siguiente en llevar en volandas a un público muy variopinto (pudimos ver camisetas o parches de Dismember, Dark Funeral, Metallica e incluso de muchas bandas y grupos de hardcore y metalcore), que se mostró muy entregado durante toda la actuación de los suecos.
Tras un breve parón para coger aire y darnos las gracias por estar allí, Tomas Lindberg nos presenta "Terminal Spirit Disease". El tema homónimo de su tercer trabajo discográfico saca el perfil más old school y menos melódico de los padres del death metal sueco. En una línea más Dismember, Adrian incendia una sala con un ritmo más propio de una apisonadora que de una batería. Se notaba y se percibía un gran ambiente, éramos pocos, pero con ganas. La gente parecía estar pasándoselo pirata viendo en directo a una de las bandas de su adolescencia (obviamente, al igual que en muchos eventos de estas características, había algunos zagales/las que difícilmente sabrían escribir de primeras el nombre correcto de alguno de los integrantes del quinteto que tenían enfrente suyo)...De su segundo álbum (para mí el más flojo de los cinco) escogen la desesperada "Raped by the Light of Christ", y de la que no puedo decir otra cosa que no sea que en directo sonó a gloria bendita, mostrando a un Lindberg sobresaliente que no dejaba de animar con sus arranques y sus palmas a los allí congregados.
La explosión sónica continua con "Eater Of Gods" de su último trabajo, "At War With Reality", un tema muy duro que encajó de maravilla ante de uno de los grandes momentos de la noche. Si "Slaughter Of The Soul" fue el primer "momentazo" destacable, "Under A Serpent Sun" fue sin duda el segundo. No sé qué coño tiene "Slaughter Of The Soul" (1995), pero es que todos y cada uno de sus temas son grandiosos, es como si fuera un álbum recopilatorio de grandes éxitos. Un servidor disfrutó cuan gorrino en un maizal con una de mis piezas favoritas de la discografía de los suecos. Estamos ante un tema que incita a enloquecer, con el cual resulta imposible no venirse arriba, levantar el puño y desgañitarse emulando a Tomas ante la perfeccionista frase "Under a serpent sun, we shall all live as one". Fantásticos, como no puede ser de otro modo, los dos hachas (Martin y Anders) en las postrimerías del corte, sacando varias de las notas más duras y punteras que se grabaron en su "Slaughter Of The Soul" (1995).
"Windows" de su debut, "The Red In The Sky Is Ours" (1992), acompañada por la preciosa "City Of Mirrors", muestran a una banda totalmente alineada y educada, que no tarda en subir revoluciones con otra de los "grandes"... El arma vuelve a cargarse con "Suicide Nation", donde los proyectiles salen esta vez disparados de la garganta de Lindberg al grito continuo de "control, control..." y "suicide, suicide...". Con "Heroes And Tombs" de su último álbum reducen levemente el pistón, que vuelven a revolucionar con otro par de grandes éxitos...Por un lado "Nausea", que recupera el abono y el estilo old school de los de Goteborg, con un frontman magnífico que vuelve a erigirse como el verdadero alma de At The Gates; y por otro el riff machacón y cansino de "World Of Lies", que es capaz de reducirte a la mínima expresión, con su arranque y choque devastador.
Tras un brevísimo descanso la banda vuelve al escenario para hacer palidecer a sus fans con el "restallón" final. La omnipresente "Blinded By Fear", que por cierto sonó de lujo, y la enorme "Kingdom Gone", uno de los mejores temas grabados por la banda fuera de "Slaughter Of The Soul" (1995), pusieron el broche de oro a todo lo que puede esperar de uno de sus conciertos cualquier buen seguidor de At The Gates… ¡Enormes!
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