Con la primera festividad de Halloween del nuevo milenio llegaba a las tiendas el tercer trabajo de Children Of Bodom. Con "Follow The Reaper" (2000), Alexi Laiho continuaba la línea ascendente y progresiva que comenzó en su día con "Something Wild" (1997) y prosiguió con el excelente "Hatebreeder" (1999). Gracias a su virtuosismo y a sus precoces dotes con las seis cuerdas, Alexi estaba llamado a convertirse en uno de los grandes nombres del heavy metal. Su leyenda empezó a forjarse a golpe de guitarrazos cuando con tan sólo 18 años se sacó de la manga el fantástico "Something Wild" (1997), un disco que con el paso de los años ha ido perdiendo valor añadido, "gracias" a las mejoras agigantadas que el pequeño guitarrista finés iba incluyendo en los sucesivos trabajos. Siempre he defendido "Follow The Reaper"(2000) como el mejor de sus tres primeros discos, es cierto que tanto "Something Wild" (1997) y "Hatebreeder" (1999) tenían ese lado oscuro y esa desazón maquiavélica, que tanto necesitábamos los amantes del metal en los últimos coletazos de los 90, pero no es menos cierto que "Follow The Reaper" tenía todo lo anterior, además de una super-producción y un regusto exquisito por las cosas bien hechas.
Partimos de la premisa que con "Follow The Reaper" (2000) la banda dio un salto de gigante a nivel de producción y mezcla, contratando por entonces las labores del prestigioso productor sueco Peter Tägtgren (Hypocrisy, The Abyss, Pain, Dimmu Borgir, Dark Funeral, At The Gates...). Peter, como eminencia dentro del género, es un experto en sacar sonidos limpios y potentes a todo lo que toca, es uno de esos poco productores que tiene grabado en mente el dicho de que lo "bien hecho, bien parece", y sabe sacar el mejor partido a las bandas que trabajan con él. Por suerte, su gran labor podemos disfrutarla siempre que el sueco nos pone delante algún disco nuevo de su banda, Hypocrisy; donde Peter se convierte por unas semanas en jefe y obrero de sí mismo. "Follow The Reaper" supone un avance muy grande para Children Of Bodom, el disco sonaba tan duro y oscuro como sus dos predecesores, pero además tenía la peculiaridad de contar con el fascinante sonido que siempre conlleva una producción exquisita.
Partimos de la premisa que con "Follow The Reaper" (2000) la banda dio un salto de gigante a nivel de producción y mezcla, contratando por entonces las labores del prestigioso productor sueco Peter Tägtgren (Hypocrisy, The Abyss, Pain, Dimmu Borgir, Dark Funeral, At The Gates...). Peter, como eminencia dentro del género, es un experto en sacar sonidos limpios y potentes a todo lo que toca, es uno de esos poco productores que tiene grabado en mente el dicho de que lo "bien hecho, bien parece", y sabe sacar el mejor partido a las bandas que trabajan con él. Por suerte, su gran labor podemos disfrutarla siempre que el sueco nos pone delante algún disco nuevo de su banda, Hypocrisy; donde Peter se convierte por unas semanas en jefe y obrero de sí mismo. "Follow The Reaper" supone un avance muy grande para Children Of Bodom, el disco sonaba tan duro y oscuro como sus dos predecesores, pero además tenía la peculiaridad de contar con el fascinante sonido que siempre conlleva una producción exquisita.
Los pelos se te empezaban a erizar desde el mismo momento que una voz triste y apagada entonaba las frases; "Death be not proud. Through some have called thee mighty and dredful. Are not so"... Si después de la tormenta llega la calma, en el caso de "Follow The Reaper" es justamente al contrario. La rabia de las guitarras de Alexi y Alexander se dejaban ver desde el momento que la susodicha voz comenzaba a apagarse, al unísono que las notas que marcaban el tono de su primer riff, salían disparadas por su amplificadores cuan alma que se lleva el mismísimo diablo. La melodía es uno de los principales activos con los que cuenta Children Of Bodom, y eso se nota en un tema tan fantástico como "Bodom After Midnight".
Al igual que ocurrió con sus dos trabajos anteriores, "Follow The Reaper" volvía a incluir un tema que llevaba la palabra "Bodom" en su título; haciendo referencia a la matanza que tuvo lugar en el lago finés que lleva dicho nombre y del Alexi extrajo el nombre para su exitosa banda. Otra de las características que tienen las canciones que llevan el sustantivo de "Bodom" es que tienden a convertirse en clásicos, algo que en principio carece de lógica alguna, se está convirtiendo en habitual. Si "Lake Bodom" era uno de los temas más representativos de su debut, "Silent Night, Bodom Night" no eral algo menor en importancia en su "Hatebreeder"..."Bodom After Midnight" sigue entonces el camino de sus predecesoras; de ella podemos decir sin miedo a equivocarnos que si no es la mejor del disco, está entre las que pugnan por conseguirlo. Es un tema redondo, un auténtico cinco estrellas, que puede presumir de tener todos los ingredientes para convertirse en un hit. La fuerza y la rapidez de la Jackson (en la actualidad ESP) de Alexi se fundía a la perfección con la melodía clasista que emanaba de los teclados del siempre entrañable y divertido Wirman, una especie de showman con el cual es difícil aburrirse en sus conciertos.
Wirman vuelve a ser el protagonista en el demoledor inicio de "Children Of Decadence", un tema quizá menos vistoso, pero con el mismo mordiente que sus dos predecesores. Un corte con el que no resulta difícil venirse arriba, gracias a un estribillo revoltoso y dulzón que te deja sin aliento si te enrocas en seguir la voz del joven Alexi. "Every Time I Die" es sin duda otra de las mejores, un tema realmente atractivo y sorprendente, con una guitarra sobresaliente que tiende a minarte y reducirte a la mínima expresión. Es una canción hecha a medida para el lucimiento de Laiho, uno de los guitar hero más impresionantes de los que puede presumir el metal actual.
Los comienzos de "Mask Of Sanity" y "Taste Of My Scythe" vuelven a estar marcados por los teclados fantasiosos y enrevesados de un Wirman venido a más, que se traduce en una mayor presencia y notoriedad del músico en "Follow The Reaper" que en "Something Wild" y "Hatebreeder"..."Hate Me!" es otro bombazo, otra de las favoritas de la familia "bodom" y otra vuelta de tuerca al sonido de la joven y más que preparada banda, que ves como avanza y madura con cada canción y con cada álbum. Alexi vuelve a hacer uso de su buen gusto por las melodías trabajadas y furiosas, es capaz de combinarlas a la perfección, como si de un presuntuoso matemático se tratara. Es un lujo poder disfrutar de bandas que en pleno siglo XXI todavía puedan emocionarnos con canciones tan fascinantes como "Hate Me!", un tema con el que todos nos venimos arriba en sus conciertos, ya que raramente esta pieza mágica suele quedarse fuera de su repertorio.
"Follow The Reaper" todavía nos tiene escondidas dos cartas, por un lado la enigmática "Northern Comfort", un tema con el que la banda empieza a dejar ver su lado más death metal, renegando parcialmente de su oscuro y negro pasado, donde el black metal ejercía una mayor influencia sobre sus composiciones. Con "Northern Comfort" estamos ante un primer aviso y una primera llamada de atención de lo que posteriormente utilizarían más directamente en trabajos como "Hate Crew Deathroll" y "Are You Death Yet?". Nadando entre dos aguas también podría estar el corte que cierra el álbum, "Kissing The Shadows" pone con su toque fiestero el broche de oro a uno de los mejores discos de Children Of Bodom...
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