Resulta difícil no rendirse ante un grupo de la categoría y del poderío que siempre demuestra At The Gates. Aquí no entramos a debatir si el death metal es "esto" o si el death metal es lo "otro"; en el caso de At The Gates pienso que está claro que el Rock es sinónimo de calidad y de ralea. Cuando nos referimos a At The Gates tenemos que tener muy claro que hablamos de los padres biológicos del death metal melódico. Ellos son los verdaderos precursores de lo que hoy en día se conoce como sonido Goteborg (la ciudad sueca que los vio nacer) y ellos son la fuente de la que han bebido y siguen bebiendo bandas como In Flames, Soilwork, Dark Tranquillity, The Haunted o incluso Arch Enemy entre muchas otras. Otra particularidad que tiene At The Gates es que han llegado a convertirse en uno de los grupos más respetados del panorama musical internacional, llegando a levantar verdaderas pasiones entre sus fans más incondicionales y más acérrimos. Si analizamos con relativa cautela este aspecto tenemos que llegar a la conclusión de que muy pocas bandas pueden presumir de poseer dicho aspecto y de dichas cualidades. En el mundo musical es muy difícil destacar por encima de la media (ya es complicado intentar llegar a la media), pero más aún es hacerlo como lo hace At The Gates. Es lo que tienen las grandes bandas, son distintas, son diferentes y son capaces de lograr que las tratemos de forma especial y diferente al resto…
“At War With Reality” no es un disco que se haya gestado en dos días, según palabras del propio Tomas Lindberg, el frontman que toda banda desearía tener, esta aventura ya viene de lejos, más concretamente de la reunión que la banda hizo efectiva en el año 2007. En aquel "feed-back" el grupo sueco se dio cuenta del poderío que aún conservaban en directo, fueron testigos noche tras noche de cómo la gente se volcaba y se desvivía con ellos, jurándoles pleitesía y amor eterno. Obviamente el quinteto jugaba (y juega) con el “as” de conocer la fidelidad y la devoción que la mayoría de sus fans sienten por ellos y por su música, ya que los susodichos fans son conscientes de que la posibilidad que verse defraudados por el combo sueco es prácticamente nula e inexistente. Así las cosas deberíamos tomar el año 2007 como punto de partida de “At War With Reality”. Aquella gira fue pensada para tener una vida muy corta, la fecha de caducidad era predecible en el corto plazo y la intención de los miembros de la banda no era alargarla mucho más allá de una serie de actuaciones en directo (recordemos que en España tuvimos la suerte de verles en la segunda jornada del Getafe Electric Weekend de Mayo de 2008). Pero las cosas no suelen ser como empiezan, sino más bien como acaban; así que viendo la enorme repercusión que estaban generando decidieron lanzarse en una segunda aventura y girar por otros lugares que con aquella primera “revuelta” no llegaron a alcanzar. De todas estas andanzas y aventuras salió el génesis de lo que finalmente decidieron llamar “At War With Reality”, un disco sin tapujos de una banda llamada a hacer historia.
“At War With Reality” es el quinto álbum de la banda y el sucesor de su piedra angular, “Slaughter Of The Soul” (1995). El álbum ha sido grabado en su ciudad natal, en Goteborg, siendo ésta una de las características más importantes que tiende a resaltar su Tomas Lindberg. El legendario vocalista siempre ha sido partidario de grabar cerca de casa, para él y sus compañeros es mucho más beneficioso grabar un álbum de forma tranquila y relejada, sin que las prisas puedan llegar a torpedear o influir negativamente en el día a día de la composición de un álbum... Para la producción del álbum contaron con uno de los grandes en la materia en su país de origen -Fredrik Nordstrom- personaje destacado de la escena musical sueca que en el nuevo milenio se convertiría en compositor y guitarrista de Dream Evil junto al "guitar hero" griego Gus G., además de ser de por sí un afamado productor de bandas tan dispares como Dimmu Borgir, Dark Tranquillity, In Flames, Opeth, Soilwork o Arch Enemy entre otros. Fredrik Nordstrom es el encargado de tomar los mandos en una banda que conoce a la perfección desde los años 90, ya que él mismo se encargó de producir el comentado clásico “Slaughter Of The Soul” (1995) y su predecesor en el tiempo “Terminal Spirit Disease” (1993). En “At War With Reality” la mezcla ha corrido a cargo de otro de los nombres resaltados en la escena sueca, Jens Brogen, el cual ha hecho un trabajo realmente excelente en todos y cada uno de los temas del nuevo álbum. Así que con el equipo titular que At The Gates ponen en liza con su disco de regreso lo raro sería que algo saliera mal.
Tomas Lindberg recalca que el sonido de "At War With Reality" es una mezcla entre “Slaughter Of The Soul” (1995), un disco enormemente agresivo (en esta casa sabemos bien de su potencial), y sus trabajos anteriores, los cuales tenían un componente melódico y un efecto melancólico mucho más presente y activo (no hay que olvidar el sonido oscuro y tenebroso de sus dos primeros trabajos). Temas como “Death And The Labyrinth” le otorgan la razón al frontman, ya que pocas veces hemos visto a la banda tan desenvuelta y con tanto garbo. Se nota que el tiempo y los años les ha hecho madurar, gracias a su condición de líderes de la escena logran reconducir su death metal hacia una vertiente más melódica y accesible (hay furia, eso es obvio-estamos habladno de death metal- pero la misma es más liviana y comedida). A su favor tenemos que decir que a pesar de llevar diecinueve años en barbecho y sin editar ningún álbum, sus miembros nunca han estado quietos ni parados. Por ejemplo los hermanos Bjorler y Erlandsson han creado todo un grupazo como The Haunted, mientras Tomas Lindberg ha hecho de las suyas en bandas como Disferar, Nightrage o Lock Up, compartiendo, en esta última, escenario con el brillante Shane Embury, conocido bajista de la clásica banda inglesa de grindcore Napalm Death.
Una de las ventajas que ha tenido At The Gates con este nuevo álbum es que no han tenido detrás el peso ni los siempre incómodos plazos de entrega de un sello discográfico. Recordemos que su firma con Century Media llegaría más tarde, con el disco prácticamente finalizado, por lo que entendemos que en dicha decisión haya tenido bastante peso el hecho de que The Haunted (que vio editado su “Exit Wounds” hace tan solo un par de meses) estuviera dentro de la importante firma norteamericana... Eso les ha dado mucha ventaja y sobre todo tranquilidad a la hora de machacar todas y cada una de las canciones que finalmente forman el armazón de "At War With Relity". El no tener la presión ni el aliento de una discográfica detrás se nota en temas como "The Circular Ruins" y "Heroes and Tombs", donde observamos unas guitarras muy trabajadas y pulidas, capaces de llevarnos a mediados de los 90, en pleno estallido del movimiento.
Con temas como "Order From Chaos" vemos el componente sobrio que los hermanos Bjorler han querido otorgarle al nuevo álbum. Un tema oscuro al que resulta muy difícil resistirse si te consideras amantes de los sonidos densos y pesados. Con "At War With Reality" los suecos no se amilanan y llegan con las cartucheras llenas de munición. Son una banda que no tiende a dar puntada sin hilo, así las explosivas y rápidas " The Head of the Hydra" y " City of Mirrors" dan buena señal de que estos hermanos llevan el death metal en la sangre y en su adn. Lindberg por su parte se desenvuelve como pez en el agua, no en vano estamos hablando de un vocalista ducho en mil batallas, que ha cantando en bandas con multitud de estilos diferentes, desde el grindcore al death metal más clásico y old school. No es raro ver al maestro a lo largo del álbum alternar líneas melódicas con partes guturales, otorgando a cada uno de los temas su propia personalidad y su perfil más agresivo y matador. Es un lujo poder disfrutar de su lado más salvaje y abrupto en temas como "Eater of Gods"- por cierto precedida por un delicioso tema instrumental llamado "City Of Mirrors"- o "The Book of Sand (the Abomination)", que puede presumir de llevar los riffs más duros y machacones de todo el álbum.
“At War With Reality” es un disco con el que At The Gates no te conceden ni un segundo de tregua, cargan su furia contra todos nosotros con el tema que da título al álbum, posiblemente uno de los mejores a nivel global; aunque si hay un tema que destacaría por encima del resto (y aquí aparco mi objetividad) ése es sin duda "Upon Pillars of Dust", un corte que resume a la perfección a los At The Gates del nuevo milenio, fuerza y melodía a partes iguales que equilibran la balanzas más precisas del death metal sueco. No serán el mejor grupo del mundo, tampoco creo que aspiren a serlo; no obstante a nadie se le puede escapar que han marcado un hito y han escrito de su puño y letra una parte muy importante de la historia del heavy metal.
"At War With Reality" es un disco maduro y sobrio que tiene lo mejor de cada una de las etapas y de los discos pasados de At The Gates. Esperemos que no tengan que pasar otros 19 años para tener un nuevo disco. Imprescindible para sibaritas...
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