Crítica: Morrissey "World Peace Is None of Your Business"

Debo ser el único de los mortales que da las gracias al altísimo por la desaparición de Jerry Finn (tristemente fallecido en Agosto del 2008) tras los mandos del nuevo disco de Morrissey y pido a Dios que le tenga en su eterna gloria pero le aleje de la grabación de cualquier divinidad allá por encima de las nubes porque tiene el don de que todas sus producciones suenen exactamente iguales. Me gustó “You Are The Quarry” (2004) y lo consideré un dignísimo regreso, la consumada y elaborada venganza de un artista en plena madurez que volvía a recuperar su trono tras el injustamente vilipendiado “Maladjusted” (1997) pero “Years Of Refusal” (2009), a pesar de contener algunos incontestables singles y funcionar en directo como una bomba de relojería, siempre me pareció una aberración en la carrera de Moz. Vayamos por partes, claro que me gustan las guitarras y los bajos contundentes, las aceleradas baterías y sentir algo de velocidad en una carrera de medios tiempos como la suya pero me niego al hecho de sentirle como una mezcla de Brian Ferry/ Robert Palmer segundón con Sum 41 o Blink-182 como banda de acompañamiento. Tuvo gracia como curiosidad pero si el nuevo disco, que ahora nos ocupa, hubiese continuado por estos derroteros estaríamos hablando de un artista muerto. Lo que honra a Morrissey a estas alturas –como si necesitase más honra que ser el autor de algunas de las mejores canciones de la historia- es que pese a la flagrante censura que sigue sufriendo en muchos medios porque a veces es un bocazas y un "artista incómodo", el escaso apoyo de una industria que sólo le mira de soslayo por si acaso reforma a los Smiths y el exacerbado e injustificado odio de sus detractores, es que sigue publicando discos que sabe que no se venderán –pero que son los que él quiere grabar- y sigue en esa búsqueda, en ésa en la cual todo artista de verdad debería vivir eternamente, puede que Morrissey termine muriendo solo como él mismo dice pero estoy seguro que será tras haberse bajado de un escenario o grabado su último disco. 

Y he tardado en escribir sobre “World Peace Is None Of Your Business” porque a estas alturas ya deberíamos saber que los discos de Morrissey son merecedores de, al menos, dos docenas de escuchas antes de poder hablar de ellos con propiedad. No me creo las críticas que nacen, crecen y se reproducen en apenas veinticuatro horas desde la primera filtración porque suelen estar condicionadas por la caricatura del personaje, por la rabia, quina o lo pretencioso del plumilla que cree que escuchando el single dos veces y seleccionando versos escogidos cree trazar la radiografía del nuevo álbum. ¿Malgastamos dos párrafos en sus problemas de salud, en sus polémicas intervenciones, mencionar a Johnny Marr, los Smiths, su veganismo o su autobiografía publicada por Penguin? ¿Hablamos de “el mancuniano”, de su divísimo y agrias declaraciones sobre Margaret Thatcher? A veces tengo la sensación de que el supuesto esnobismo de Morrissey no es nada comparado con el de los "críticos" que escriben sobre su él y su obra...

Aunque no lo parezca a todos nos cogió con el paso cambiado la publicación de “World Peace Is None Of Your Business” y la elección de Joe Chiccarelli como productor cuya versatilidad es justo la que necesita un disco como el que Moz ha publicado. Adiós al sonido de esas guitarras punk-noventeras de FM de Jerry Finn y demos la bienvenida a un brutal collage sonoro en el cual tienen cabida los acoples, los acordes más estrangulados y chirriantes, las guitarras españolas con regusto latino (por algo Chiccarelli tiene experiencia con Café Tacuba o Juanes), las baterías atronadoras pero también de acompañamiento o percusiones, los arreglos de cuerda, vientos y metales (diferenciemos, por favor) y los teclados de Gustavo Manzur. Si “Years Of Refusal” funcionaba perfectamente como saciante, “World Peace Is None Of Your Business” es una comida bien especiada, criolla, exótica y de larga digestión, imposible que alguien que lo escuche media docena de veces sea capaz de captar toda la paleta sonora, decenas de matices y detalles que encierran cada canción. Pero no todo son novedades en el nuevo disco de Moz, a pesar de contar con la inestimable ayuda de Boorer, los temas tratados son recurrentes en el panteón personal de Morrissey y conocidos de sobra por sus acérrimos seguidores.

Que nadie se extrañe a estas alturas con títulos como “Kick The Bride Down The Aisle”, la obsesión por el estereotipo sexual en “I’m Not A Man”, la autocompasión casi adolescente en “Earth Is The Loneliest Planet” o la obvia y antitaurina “The Bullfighter Dies” que resulta tan forzada e infantil a ratos como “morriseyniana” cuando grita hurra por el torero muerto. ¿Pero quién se puede resistir a escuchar a Morrissey pronunciar ese “no hay piedad en Murcia” a estas alturas? Por otro lado tenemos la trompeta de “Kiss Me A Lot”, “Mountjoy”, “Staircase At The University” y la, anteriormente mencionada, “Kick The Bride Down The Aisle” como avales de un álbum que fue presentado por videos promocionales a modo de cortos en los cuales él mismo recitaba mientras se dejaban caer Nancy Sinatra o Pamela Anderson, ese tipo de personajes antagónicos a los que tanto gusta mezclar Morrissey, como él mismo diría; uno de sus pasatiempos favoritos.

El comienzo de “World Peace Is None Of Your Business” es precisamente un acierto en el que, sin embargo, por mucho que base su atractivo en la percusión, es su voz la que levanta la emoción en esos “in crescendo” constantes al final de cada verso; “World peace is none of your business, you must not tamper with arrangements. Work hard and sweetly pay your taxes, never asking what for… Oh, you poor little fool, oh, you fool!”. Cuatro minutos dan para mucho y entre medias creemos llegar al clímax en un par de ocasiones pero la canción es un constante “tease and denial” y, a pesar de eso, funciona. Siempre he pensado que Morrissey era muy inteligente en el cuidado orden de canciones en sus discos y aquí no iba a ser una excepción, cuando “World Peace Is None Of Your Business” arranca nos sentimos reconciliados con el mundo al escuchar su voz y sentir cómo se eleva, por no hablar de sus arreglos, poco a poco pero es “Neal Cassady Drops Dead” la que nos remata con su electricidad y violencia, que nadie se alarme que no ha vuelto Jerry Finn de ultratumba, la distorsión no es más que un vehículo más, un efecto sonoro más y no un pedal de guitarra que pisar con unas quintas. Y es bajo esa presión en la que las eléctricas logran mezclarse con suaves fraseos de guitarras españolas que lejos de sonar distantes en la música de un inglés con sangre irlandesa, suenan frescos y naturales como unas vacaciones en la campiña francesa en las que nuestro protagonista se ha dejado embaucar por las sonoridades del país vecino y canta, a medio camino entre la indignación, la literatura beat (no sólo en el protagonista del título, la referencia a Ginsberg) y la crítica social a modo de vómito o aullido pero siempre con su mordacidad; “Everyone has babies, babies full of rabies, rabies full of scabies. Scarlet has a fever, poor little fella has got rubella. Liver full of fungus, Junior full of gangrene, Mine is melanoma, Tikes full of gripe, Whippersnapper’s scurvy, Urchin made of acné”

Como segundo single del álbum, “Istanbul” en la que para lograr esa mezcla étnica, el caos y el ritmo de sus calles, Chiccarelly ha dicho en recientes entrevistas que utilizaron una cigar-box (una guitarra muy de moda últimamente fuera de los ambientos “rootsy”, cuyo cuerpo o caja de resonancia suele ser una caja de cigarrillos o puros -de ahí su nombre- pero actualmente también se hacen con latas industriales de aceite o combustible), una lap steel más propia del country, además de percusiones y un gong, logra transportarnos a las calles turcas con una letra profundamente triste: “When he first cried, his mother died. I had tried to be his guide. When he was born I was too young, the father searches for the son” en la que, sin embargo, Morrissey también logra tejer bonitas imágenes, por ejemplo; “Moonlight jumping through the trees, sunken eyes avoiding me. From dawn to dusk the hunt is on, the father searches for the son. On secret streets in disbelief, little shadow shows the lead. Prostitutes stylish and glum, in amongst them you are one. Oh what have I done…”

Pero tras estos retazos de realidad y amargura también tenemos al compositor divertido hasta el paroxismo, aquel que se empeña una y otra vez en desmontar estereotipos y se esfuerza por situarse alejado ya no sólo de la humanidad sino también de su propio género en particular: “no soy un hombre, soy algo mucho más grande y mejor que eso” asegura en “I’m Not A Man”, esa canción que fracasa en el planteamiento pero se muestra divertidad en una letra como: “Don Juan, Picaresque. Wife beater vest, cold han, ice man. Warring cave man. Well if this is what it takes to describe. Wheeler, dealer, mover, shaker, Casanova, Beefaroni, A-ho but lonely. Well if this is what it takes to describe...I 'm not a man, I'm something much bigger and better than a man” y remata, sin miedo alguno; “Wolf down. Wolf down. T-bone steak. Wolf down. Cancer of the prostate”. La canción puede naufragar a ratos pero resulta innegable admitir que al final la emoción gana la partida y estamos lo suficientemente enganchados como para ser rematados con “Earth Is The Loneliest Planet” y “Staircase At The University”.

La primera, aparte de ser uno de esos títulos tan propios de Morrissey y que sintetiza tan bien ese sentimiento que lleva enarbolando más de dos décadas, es uno de los mejores momentos del disco y es quizá el crisol en el que se mezclan todos los elementos de “World Peace Is None Of Your Business” en su justa medida, en la que somos testigos que grabar en Francia con Chiccarelli y mezclar elementos latinos en un disco de pop británico tiene todo el sentido del mundo y es que su música logra perder todo su influjo anglosajón. “Earth is the loneliest planet of all. Day after day you say one day, one day. But you’re in the wrong place and you’ve got the wrong face. And humans are not really very humane. And earth is the loneliest planet of all” y es que nos encontramos a un Morrissey que ahonda en esa misantropía teórica (porque si la aplicase no publicaría discos ni haría giras, ni se bañaría en multitudes como al final su ego mortal le pide) , no con los dardos envenenados de antaño sino con la resignación de la madurez pero también sabe arrojar veneno cuando vuelve a la crítica social en las exigencias a los vástagos en uno de los mejores momentos Pop de todo el disco, “Staircase At The University”.

“March, April, May. She crammed night and day. I hadn't seen her smile in a while. Staircase at the university. She threw herself down and her head split three ways. "If you don't get three As," her sweet daddy said. You're no child of mine and as far as I'm concerned, you're dead” uno de esos momentos amargos tan propios de Morrissey, siempre me ha gustado la violencia que es capaz de narrar en aparentemente inocentes canciones de pop, es muy serio que tu novia esté en coma, casi tanto como que tu hija se tire escalera abajo y se abra la cabeza o patear a tu esposa en el pasillo pero siempre con un dulce estribillo tarareable no exento del nubarrón inglés ochentero de eterna melancolía. La canción es soberbia y únicamente por ella merece la pena todo el álbum, desde el comienzo a su arranque con el silbato, los arreglos, el empuje de la voz, las guitarras y para rematar ese punteo latino (peligrosamente cercano a una Conga) que hacen que uno no puedo menos que amar el nuevo álbum, una canción sencillamente espectacular.

Sobre “The Bullfighter Dies” poco más que añadir, la canción funciona y la polémica está servida, inocente y ramplona pero cumple su objetivo, era cuestión de tiempo que Morrissey fijase su objetivo en la fiesta taurina. No diré nada sobre la extraña mezcla que siempre resulta de la fascinación inglesa por el folclore español y los casi siempre desastrosos resultados artísticos. A un español le resultará gracioso escuchar a Morrissey nombrar ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga o Murcia como exótico y distante a un inglés o un alemán, lo cierto es que cuando decía que la “canción funciona” es porque, siendo un tema menor en su repertorio, consigue estar en boca de todos y replicar el clásico riff de medio tiempo en una acordeón es para quitarse el sombrero. Pocos son los artistas capaces de cantar desde su púlpito; “Loco en Madrid, enfermo en Sevilla, solo en Barcelona y entonces alguien te felicita; ¡hurra, el torero ha muerto! Y nadie llora porque todos queríamos que muriese y el toro sobreviviese” y salir victorioso. Imagino que, a pesar de lo tópico, cuando la toque en en España será toda una fiesta.

“Kiss Me A Lot” es un buen single, sencillo y directo en su más pura expresión, como refleja su repetitiva letra; “Kiss me a lot, kiss me a lot. Kiss me all over my face. Kiss me a lot, kiss me a lot. Kiss me all over the place. Kiss me a lot, kiss me a lot. Kiss me all over and then when you've kissed me. Kiss me all over again” ¿Pero qué esperábamos? En este disco tenemos de todo y para todos, los hay que se quejan de “World Peace Is None Of Your Business”, de “I'm Not A Man”, de “Earth Is The Loneliest Planet” y “Staircase At The University”, ¿por qué no disfrutar de una golosina supuestamente ligera como “Kiss Me A Lot”?

De la intrascendencia a la pesadez y la presión de “Smiler With A Knife” bajo un paradójico acompañamiento suave, casi una nana, narrada en primera persona desde el punto de vista de la víctima que espera en la cama a que su asesino llegue puntual con una sonrisa y un cuchillo en su mano que hunde en su piel, pero nunca más hará el amor, nunca más porque la víctima está cansada de la vida hasta la muerte. “When my last breath falls away. Smiler, trust me when I say: you'll be OK, you'll be OK". Uno de los mejores y más intensos momentos del álbum al que sigue un tema no menos controvertido como el maltrato en “Kick The Bride Down The Aisle” con una letra con polémica incluida desde la primera palabra: “Kick the bride down the aisle. And make no mistake. It's the best you can do for everyone's sake. She just wants a slave to break his back in pursuit of a living wage. So that she can laze and graze for the rest of her days. Write down every word I say”

Para cuando llega “Mountjoy” ya estamos entregados a pesar de lo plomizo del tema. ¿Morrissey cantando sobre la prisión dublinesa? ("Many executed here By the awful lawfully good But the only thing that makes me cry Is when I see the skyBrendan Behan's laughter rings For what he had or hadn’t done…") A pesar de que el tema no es de lo mejor de su carrera (ni siquiera del disco), permanece en tu memoria gracias a ese; "We all lose Rich or poor, we all lose, we all lose" como "Oboe Concerto", quizá la más prescindible de todo el conjunto, conserva cierto encanto cuando recuerda a todos esos grandees desaparecidos; "All the best ones are dead And there's a song I can't stand And it's stuck in my head", y despide el disco de manera ligera….

En definitiva, un gran disco pero no genial, simplemente a la altura de Morrissey (con sus luces y sus sombras), ésa que desde “Vauxhall and I” (1994) es capaz de ofrecer tantas luces como sombras. Hasta en los momentos menos inspirados su producción está a años luz del resto de artistas por clase y personalidad, aunque “World Peace Is None Of Your Business” naufrague en su totalidad, el esfuerzo de cambio es encomiable y toca con la yema de los dedos lo imposible, el salto mortal tras “Years Of Refusal”. Morrissey está muy vivo y la prueba es que ladran, luego sigue cabalgando.


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