Si echamos un vistazo a la carrera de Eric Clapton en los últimos veinte años nos daremos cuenta de lo lejos que están sus detractores de tener razón. No es que Clapton muriese, creativamente hablando, tras “From The Cradle” (1994) o “Pilgrim” (1998), es que desde hace catorce años se dedica a publicar lo que le viene en gana sin ninguna otra pretensión que disfrutar él mismo. No nos demos por engañados, no nos llevemos las manos a la cabeza, no pretendamos ver donde no hay porque nos lo ha dicho por activa y por pasiva. Quiere hacer la música que le gusta, no tiene necesidad de romper de nuevo las listas ni hacerse un lavado de cara o rejuvenecerse, no necesita más “laylas” ni “cocaines”, se acabó. Lo que él quiere es descansar, hacer música sin presiones, girar los meses de verano y el resto del tiempo pasarlo con su familia navegando por el mediterráneo, se lo ha ganado a pulso.
Hagamos un breve repaso para los más excépticos: disco mano a mano con su amigo B. B. King “Riding With The King” a pesar de publicar un álbum de Blues en pleno 2000 llegó a ser doble platino, tras la publicación de “Reptile” (2001), homenajea a Robert Johnson en “Me and Mr. Johnson” y “Sessions For Robert J” (2004) en donde interpreta todo el repertorio del mítico bluesman rodeado de su banda en un ambiente distendido y casero en lo que parece más un documental que un disco para las masas, tras “Back Home” y la ansiada reunión con Cream, disco a medias con J.J. Cale y su “Road To Escondido”, gira con Winwood y posterior grabación del concierto en el Madison Square Garden, versiones con “Clapton” (2010), disco en directo con el trompetista Wynton Marsalis, un “Old Sock” veraniego, relajado y cálido en el que vuelve a grabar con sus amigos algunas canciones sin mayor pretensión que disfrutar y ahora vuelve con este “The Breeze: An Appreciation Of J.J. Cale” para, como él mismo dice en el bonito videoclip promocional, rendirle sus respetos a su amigo recientemente fallecido. ¿De verdad pensamos que ésta es la carrera de alguien interesado en ser un superventas, de alguien pendiente de su cuenta bancaria?
Todos esos que menosprecian la actitud del actual Clapton y hablan de aquel joven que dejó a los Yardbirds por querer sonar más comerciales y lo comparan con el actual no pueden estar más equivocados o desconocen los últimos pasos de la carrera del guitarrista. Muchos de esos detractores son los mismos que se rasgan las vestiduras tras la muerte de J.J. Cale pero dejadme que os diga una cosa; Cale, por suerte o por desgracia, no era tan conocido y si en Estados Unidos era un artista de culto, aquí en España era un auténtico desconocido del que, como mucho algunos tendrían el “Naturally” o, nada que objetar, conocerían por Clapton. Por lo tanto, honra a Clapton reconocerle al césar lo que es del césar y devolverle a Cale, una vez más, el protagonismo que merece –no sólo por haber sido el autor de algunos de los éxitos del británico- sino porque en sí mismo fue y es un músico y un compositor excepcional. Pero tengamos algo claro sobre este “The Breeze: An Appreciation Of J.J. Cale”, a pesar de los involucrados (Mark Knopfler, Tom Petty, Don White, John Mayer o Willie Nelson) no pretende ser más que un homenaje, un recuerdo bajo el nombre de Eric Clapton & Friends y, sin embargo y a pesar de ello, entró directamente al número dos de las listas de medio mundo, la mejor marca de Clapton precisamente desde “From The Cradle”.
Pero en él tan sólo encontramos eso; un homenaje. Que nadie se espere una catarsis, que nadie se espere un single tras otro, abrasadoras interpretaciones y relampagueantes números uno. Tan sólo unos pocos amigos interpretando algunas y escogidas canciones de Cale y excepto la famosa “Call Me The Breeze”, el resto del repertorio deambula en un tono pacífico, tranquilo e inofensivo como demuestra “Rock And Roll Records” con Petty a la cabeza, “Cajun Moon” o “Magnolia” con un comedido John Mayer (basta escuchar “Lies” para darse cuenta de que le han metido en vereda o él mismo no ha querido o podido hacer mucho más). Petty volverá con una ligeramente más emotiva “I Got The Same Old Blues” y se despedirá con “The Old Man And Me” que sí consigue emocionar pero entendamos que la entonación y la flema de “Rock And Roll Records” es la que la canción solicita, la que demanda un músico como Cale que tenía más que asumido que lo suyo no era un status sino un oficio y así lo cuenta la canción; “Hago discos de rock 'n' roll, los puedo vender por un centavo, me gano la vida y alimento a mis hijos con ello, todo a su tiempo…”. Resulta irónico y cada vez más gracioso comprobar cómo Cale se reía de todo cuando decía: “Enviadme el dinero y dejad que los jóvenes se lleven la fama” pero es que pocas veces un artista con tanto empeño en no trascender y pasar desapercibido ha tocado tantas veces la gloria con la yema de sus dedos sin pretenderlo y tan sólo con su talento. “Starbound” de Willie Nelson suena como sólo Nelson y su garganta saben hacerlo, imposible que no te llegue muy adentro mientras que Don White se acerca pero no llega en “Sensitive Kind” o compartiendo labor con Clapton en “I’ll Be There (If You Want Me)”. Mención aparte merece Mark Knopfler (otro de los grandes guitarristas vilipendiados con todo tipo de calificativos por hacer actualmente lo que le viene en gana y no tener que pasar por el aro de reunir a Dire Straits y pasearse a sus sesenta y muchos años con una cinta de tenis en la frente, como hizo hace treinta años) porque si bien su aportación en “Train To Nowhere” con su amigo Eric es notable, en “Someday” lo borda y tanto el tono como su guitarra nos recuerdan a lo mejor de su carrera, quien tuvo retuvo…
Pero el broche de oro lo constituye “Crying Eyes”, un más que apropiado cierre de Clapton con la viuda de Cale, Christine Lakeland, que sí llega a emocionar y hacen que uno sienta a este “The Breeze: An Appreciation Of J.J. Cale” como un disco de mayor envergadura, que tengamos ganas de volver a pincharlo aunque sea tan sólo una vez más. No es que Clapton no sea capaz de arrancarse con “Cocaine”, “After Midnight” o una incendiaria interpretación de “Layla” (como pudimos comprobar en vivo y en directo en su concierto de Berlín) es que ha aprendido de los mejores; de Mayall, de Johnson y Cale, siendo de este último la mejor de las enseñanzas; pasa desapercibido, deja que sean otros los que se peleen por la fama y disfruta de tu música, sé como la brisa.
© 2014 Jack Ermeister