SETLIST: Searching With My Good Eye Closed/ Spoonman/ Rusty Cage/ Outshined/ Black Hole Sun/ My Wave/ The Day I Tried to Live/ Jesus Christ Pose/ Fell on Black Days/ Beyond the Wheel/
Recuerdo con cierta tristeza la declaración de Krist Novoselic sobre esta reunión: “Lo que el mundo necesita es Soundgarden” y el jarrazo de agua fría que supuso “King Animal” o la mediocre gira de reunión de la que fuimos testigos durante el Sonisphere pero errar es humano y hacerlo dos veces con la misma piedra también; después de la apisonadora que supuso la actuación de Nergal y Behemoth, nos dirigimos al escenario principal para ver la actuación de Soundgarden confiando en que tras dos años ellos mismos estuviesen más rodados o compenetrados y nos recordasen, aunque fuese vagamente, a lo que fueron a primeros de los noventa, comienzan a tocar y, aunque suena con fuerza, no nos transmite. ¿Qué es lo que falla? A estas alturas el registro de Cornell no es el de antaño, es cierto que su credibilidad como artista está más que por los suelos basándonos en su oportunismo y su errática carrera en solitario, su entrega en escena es mínima y su endiosamiento con respecto a sus compañeros es palpable, apenas hay comunicación entre ellos y Chris parece que actúa con una banda de acompañamiento en vez de con su propio grupo. ¿Pero qué es lo que falla, es únicamente el propio Cornell ? La ausencia de Matt Cameron en la batería y su regreso a Pearl Jam no hace otra cosa que evidenciar que algo no va bien y no es problema del reemplazo, Matt Chamberlain, éste no deja de ser un músico de sesión que ha tocado con artistas como Tori Amos o Fiona Apple sino también con Elton John o Shakira (también echó una mano a Pearl Jam en la época de “Ten”, todo hay que decirlo) pero es un buen batería y a la altura. Ben aligera la carga alegando que Matt Cameron puede volver cuando quiera, ¿pero quién podría dejar de lado a un grupo tan vivo como Pearl Jam y volver con uno en decadencia como Soundgarden por mucho que sea el propio?
“Rusty Cage” nos hace añorar la versión de Cash frente al poco nervio que ésta destila en directo, “Outshined” suena sin alma como la ya inevitable “Black Hole Sun” que cae como una losa en una actuación en la que el público permanece estático. La impresionante “The Day I Tried to Live” suena excesivamente lenta y Cornell sigue sin llegar a los altos como antes pero tampoco fuerza la garganta. “Jesus Christ Pose” suena inofensiva y la tormenta eléctrica que era antaño suena ligeramente amorfa mientras Chris la interpreta sin ninguna pasión o no con la misma de antes. Cuando llega “Fell On Black Days”, uno de los supuestos momentos álgidos de la actuación, de las mejores y más sentidas canciones de “Superunknown”, abandonamos desganados el escenario y nos dirigimos a ver a Emperor interpretar “In The Nightside Eclipse” -allí sí que no habrá concesiones- suena “Beyond The Wheel” de Soundgarden a lo lejos pero parece tan remota como el año 94. A veces es más digno saber colgar los guantes a tiempo; están muertos.
Recuerdo con cierta tristeza la declaración de Krist Novoselic sobre esta reunión: “Lo que el mundo necesita es Soundgarden” y el jarrazo de agua fría que supuso “King Animal” o la mediocre gira de reunión de la que fuimos testigos durante el Sonisphere pero errar es humano y hacerlo dos veces con la misma piedra también; después de la apisonadora que supuso la actuación de Nergal y Behemoth, nos dirigimos al escenario principal para ver la actuación de Soundgarden confiando en que tras dos años ellos mismos estuviesen más rodados o compenetrados y nos recordasen, aunque fuese vagamente, a lo que fueron a primeros de los noventa, comienzan a tocar y, aunque suena con fuerza, no nos transmite. ¿Qué es lo que falla? A estas alturas el registro de Cornell no es el de antaño, es cierto que su credibilidad como artista está más que por los suelos basándonos en su oportunismo y su errática carrera en solitario, su entrega en escena es mínima y su endiosamiento con respecto a sus compañeros es palpable, apenas hay comunicación entre ellos y Chris parece que actúa con una banda de acompañamiento en vez de con su propio grupo. ¿Pero qué es lo que falla, es únicamente el propio Cornell ? La ausencia de Matt Cameron en la batería y su regreso a Pearl Jam no hace otra cosa que evidenciar que algo no va bien y no es problema del reemplazo, Matt Chamberlain, éste no deja de ser un músico de sesión que ha tocado con artistas como Tori Amos o Fiona Apple sino también con Elton John o Shakira (también echó una mano a Pearl Jam en la época de “Ten”, todo hay que decirlo) pero es un buen batería y a la altura. Ben aligera la carga alegando que Matt Cameron puede volver cuando quiera, ¿pero quién podría dejar de lado a un grupo tan vivo como Pearl Jam y volver con uno en decadencia como Soundgarden por mucho que sea el propio?
Lo cierto es que lo que realmente ocurre con Soundgarden es que, simple y llanamente, han perdido la magia; su mejor momento pasó y no ocurre nada por admitirlo, hay bandas que no deberían reunirse y mucho menos grabar un nuevo disco que estropeé su legado. Ben, uno de nuestros bajistas favoritos de los noventa, estaba totalmente perdido y casi en la bancarrota, Kim disfrutando de la música tranquilamente desde su entorno familiar tocando con bandas locales y trabajando en la radio y Matt consolidándose como el batería definitivo de Pearl Jam mientras Cornell se estrellaba una y otra vez en su propia carrera o acabando de mala manera con Morello. ¿Por qué reunirse? Las canciones de “King Animal” son discretitas (como muestra un botón: ninguna en el repertorio de festivales de este verano), en sus actuaciones no sólo les cuesta entrar en calor sino que tampoco hacen llegar al clímax a la audiencia. ¿Por qué volver de manera tan descafeinada? Resulta del todo imposible presenciar como saltan al escenario y literalmente pasan por encima de una canción como “Searching With My Good Eye Closed” y no recordar sus míticas actuaciones de primeros de los noventa en las cuales ésta era uno de los puntos álgidos, es descorazonador ver como una de las grandes bandas de los noventa parece sin rumbo y pierde fuelle por segundos. “Spoonman” suena en automático y sin gracia y supongo que para todos aquellos que la escuchen por primera vez en directo debe ser un gran momento pero para esos que sí pudimos disfrutarla en los noventa, escuchar “Spoonman” cantada por un Cornell desganado es lo más cercano a ver a un grupo de versiones de sí mismos, el único aliciente es ver como Ben Shepherd sigue divirtiéndose sobre las tablas y entretiene a las primeras filas maltratando su bajo o andando como Godzilla.
“Rusty Cage” nos hace añorar la versión de Cash frente al poco nervio que ésta destila en directo, “Outshined” suena sin alma como la ya inevitable “Black Hole Sun” que cae como una losa en una actuación en la que el público permanece estático. La impresionante “The Day I Tried to Live” suena excesivamente lenta y Cornell sigue sin llegar a los altos como antes pero tampoco fuerza la garganta. “Jesus Christ Pose” suena inofensiva y la tormenta eléctrica que era antaño suena ligeramente amorfa mientras Chris la interpreta sin ninguna pasión o no con la misma de antes. Cuando llega “Fell On Black Days”, uno de los supuestos momentos álgidos de la actuación, de las mejores y más sentidas canciones de “Superunknown”, abandonamos desganados el escenario y nos dirigimos a ver a Emperor interpretar “In The Nightside Eclipse” -allí sí que no habrá concesiones- suena “Beyond The Wheel” de Soundgarden a lo lejos pero parece tan remota como el año 94. A veces es más digno saber colgar los guantes a tiempo; están muertos.
© 2014 JimTonic
Fotos de Ozirith (HELLFEST)
Fotos de Ozirith (HELLFEST)