SETLIST: Dragula/ Superbeast/ Living Dead Girl/ Dead City Radio and the New Gods of Supertown/ More Human Than Human/ Sick Bubble-Gum/ Never Gonna Stop (The Red, Red Kroovy)/ House of 1000 Corpses/ Am I Evil?/ Thunder Kiss '65/
He de reconocer que no tengo nada en contra de Robert Bartleh Cummings, alias Rob Zombie; me parece un tipo inteligente que ha sabido buscarse su hueco en la industria del espectáculo y, bien por su buen olfato para aparecer en bandas sonoras, para componer singles o crearse un universo propio en el cual puede rodar películas de terror como grabar discos, lo cierto es que le va infinitamente mejor que en White Zombie y además hace y deshace a su antojo. Pero, claro, a poco que uno escarbe en su historia y le conozca, que haya leído las entrevistas de Sean Yseult y descubra que en realidad, Rob es un despiadado empresario que ve la música como un negocio y no dudó en comportarse como todo un déspota con sus antiguos compañeros, asista a una de sus actuaciones y contemple cómo prostituye el legado de una banda mágica como White Zombie, podrá constatar que no es oro todo lo que reluce. Seamos más sinceros aún; entiendo su éxito, puedo llegar a entender que muchos seguidores despistados de White Zombie acudan a sus conciertos, puedo incluso comprender qué ven adolescentes en su música y a mí también se me van los pies con una canción como “Dragula” pero algo huele a chamusquina en su mundo. No voy a negar que el morbo de encontrarme con John5 compartiendo escenario con un batería como Ginger Fish (curioso que Kenneth siga luciendo su sobrenombre), dos músicos que estuvieron en Marilyn Manson (y a los cuales pudimos ver en directo en giras como las de “Antichrist Superstar” o “Mechanical Animas” –curioso que Rob Zombie fuese el telonero en la gira de la reecarnación andrógina en su gira española cancelase y fuese reemplazado por unos, más que cuestionables, raperos-hip hoperos como Sindicato del Crímen) a mediados de los noventa cuando Manson todavía era una banda y no un desnortado artista en solitario rodeado de mercenarios y un amiguete en horas bajas (como Twiggy que ha vuelto con el rabo entre las piernas). John 5 es un gran guitarrista y lo suficientemente carismático como para compartir escenario con Rob, Ginger es un batería solvente y de Piggy D…. bueno, Piggy ha tocado el bajo con Amen o Alice Cooper y… ¡toca el bajo, sólo eso, pero sin ningún carisma; nada más!
Por otra parte, Rob Zombie, como músico ya dio todo que tenía que dar de sí con White Zombie y su primer disco en solitario; “Hellbilly Deluxe: 13 Tales of Cadaverous Cavorting Inside the Spookshow International” (1998), después su carrera ha ido en línea descendiente con algún que otro pico. “The Sinister Urge” (2001) no es un mal álbum pero carece de singles a pesar de intentar seguir la línea de “Hellbilly Deluxe”. “Educated Horses” baja la calidad, "Hellbilly Deluxe 2: Noble Jackals, Penny Dreadfuls and the Systematic Dehumanization of Cool" (2010) es una indigna continuación del primer volumen y “Venomous Rat Regeneration Vendor” (2013) aunque con grandes momentos es un disco que, conforme corre su minutaje se termina deshaciendo entre las manos de pura intrascendencia.
Así, llegamos al primer día del Hellfest con ilusión por verle como protagonista en el escenario principal pero con ciertas reticencias. Un escenario decorado para la ocasión con los monstruos más famosos del cine clásico coronados por King Kong y varias plataformas para que, tanto el propio Rob como John 5, suban y bajen a cada rato. Máxima expectación y el comienzo, todo hay que decirlo, es espectacular con “Dragula”, Ginger aporrea la batería y John 5 no deja de recorrer el escenario mientras Rob pisa con fuerza. El sonido es potente y “Superbeast” nos confirma que lo que están haciendo es ir a lo seguro ya que “Living Dead Girl” y “Dead City Radio And The New Gods Of Supertown” desmontan a cualquiera, solo de batería discreto (para lo que más adelante veríamos de la mano de Clufetos en Sabbath y todo un clásico como “More Human Than Human”, hasta aquí bien podríamos estar hablando de un concierto notable e impactante pero pocos sabíamos que a partir de la canción más popular de White Zombie todo se truncaría. Las idas y venidas de Rob son de órdago, el concierto pasa a ser orquestado por John 5 (que lo cierto es que se lo trabaja y no para quieto en toda la hora que duró) pero canciones como “Sick Bubble-Gum” o “Never Gonna Stop” nos confirman que Rob es una artista de singles y verle bailar como un rastafari del averno sin ganas y copiar las poses, formas y clichés de cualquier estrella de Rock resulta bastante patético.
Tras “House of 1000 Corpses” comienza el circo y llega el desastre más auténtico, Rob desaparece constantemente, John 5 se marca el consiguiente solo de guitarra (por favor, que se acaba ya esta moda) y versionan “Am I Evil?” de Diamond Head, tocan “Thunder Kiss '65” de White Zombie en automático pero ya su concierto ha perdido el sentido como buena muestra da el karaoke en el que se ha convertido con los segundos de un “Enter Sandman” de Metallica fuera de lugar (parece ser costumbre que toquen canciones de Alice Cooper o Grand Funk Railroad) y un final desastroso que a todos nos dejó con un sabor de boca más agridulce del que podíamos imaginar.
Como escribía tan sólo unas líneas más arriba, es un tipo inteligente pero ya no es un músico o, por lo menos, no nos transmite lo que debería. Su concierto fue efectista pero careció de rumbo. Querido Rob, no todo funciona como una ecuación; puedes tener un escenario bien decorado, media docena de singles, buena imagen y buenos músicos pero te falta alma, por mucho que seas un zombi la necesitas para hacer un concierto digno.
© 2014 Jack Ermeister
Fotos de Ozirith (HELLFEST)