SETLIST: Silence/ Nylon Smile/ Mysterons/ The Rip/ Sour Times/ Magic Doors/ Wandering Star/ Machine Gun/ Over/ Glory Box/ Chase the Tear/ Cowboys/ Threads/ Roads/ We Carry On/
Dieciséis años han pasado desde la última vez que vi a Portishead sobre un escenario y veinte los que han tardado en venir a Madrid pero es que todo en la carrera de los de Bristol es una larga espera o una tranquilidad y una escasa prisa por pisar el acelerador y quemar de un fogonazo una carrera como la suya que llega a desconcertar; con tan sólo tres discos en veinte años (uno de ellos, “Third” once años más tarde que el homónimo “Portishead” del 97) y un directo, el trío se ha convertido en todo un referente, una banda que tras el éxito arrollador de sus dos primeros discos, decidió sumergirse en su propio mundo bajo sus propias reglas y no aceptar la presión de la industria o sus propios seguidores, prolongando un largo hiato o descanso y dando espacio a un disco en solitario tan maravilloso como el de Beth Gibbons con Rustin Man (que no es otro que Paul Webb, bajista de Talk Talk) llamado “Out Of Season” en el 2002.
Dieciséis años que a todos nos pesaron el viernes en Madrid cuando comprobamos que por Geoff Barrow, Beth Gibbons y Adrian Utley no han pasado y no sólo siguen pareciendo el mismo grupo con una solidez en directo auténticamente impresionante sino que su propuesta sigue resultando tan innovadora y atractiva dos décadas después simplemente porque sigue siendo original (nadie suena como Portishead, ni aún sus imitadores) y porque en tan sólo tres discos han sabido componer más de una docena y media de canciones capaces de abarcar todo el espectro emocional suficiente para tocar una hora y media y dejar satisfecho a un público que, a pesar de la racanería con los minutos, quedó en estado catatónico tras un concierto en el que todo el mundo se llevó un pedacito de angustia, de emoción y de vida en la catarsis de la sobria celebración de la vida que resulta la música del trío.
Dieciséis años que a todos nos pesaron el viernes en Madrid cuando comprobamos que por Geoff Barrow, Beth Gibbons y Adrian Utley no han pasado y no sólo siguen pareciendo el mismo grupo con una solidez en directo auténticamente impresionante sino que su propuesta sigue resultando tan innovadora y atractiva dos décadas después simplemente porque sigue siendo original (nadie suena como Portishead, ni aún sus imitadores) y porque en tan sólo tres discos han sabido componer más de una docena y media de canciones capaces de abarcar todo el espectro emocional suficiente para tocar una hora y media y dejar satisfecho a un público que, a pesar de la racanería con los minutos, quedó en estado catatónico tras un concierto en el que todo el mundo se llevó un pedacito de angustia, de emoción y de vida en la catarsis de la sobria celebración de la vida que resulta la música del trío.
Pero todavía quedaba mucha oscuridad, demasiada, con “Chase The Tear”, la alucinógena “Cowboys” y “Threads” para cerrar un concierto que se reanudó con la emocionalidad de “Roads” y cerró la noche con una rave como “We Carry On”. Por el camino, imágenes en blanco y negro, ondas, un cuentakilómetros, la guerra y hasta un enorme amanecer con un sol rojo intenso y desolador como una bomba atómica. Gibbons apenas se dirigió al público, abandonaron el escenario y el público tardó en recuperar el pulso. No fue una actuación histórica porque no esperábamos menos de ellos y nos tienen acostumbrados a estas cotas de intensidad pero ninguno de los que estuvieron en Madrid podrá nunca olvidar la primera vez de Portishead en Madrid; toda una experiencia.
© 2014 Jim Tonic