Una buena amiga mía me insistía, “tienes que escuchar a Elliott Smith, te va a encantar, sé que te va a enganchar”, recuerdo que lo único que había escuchado hasta la fecha eran un par de canciones sueltas y su versión de “Because” en la banda sonora de “American Beauty”, pero mi amiga seguía erre que erre; “por favor, escúchale, sé que va a ser todo un descubrimiento para ti”. Y todavía recuerdo la noche (porque era muy de noche) cuando escuché “Between The Bars” y “Angeles” y me obsesioné con Elliott Smith, recuerdo un viaje a Londres comprando todos los discos de su anterior grupo (Heatmiser) y comprando todos los vinilos que encontré pero es que Elliott Smith era alguien muy especial. Hay que estar muy jodido para decir adiós a este mundo con un cuchillo en el corazón y una nota de suicidio escrita en un “post-it”, tan sólo un "Lo siento, amor. Dios perdóname". Eliott nos dejó el 21 de Octubre del 2003, con tan sólo treinta y cuatro años, seis discos en solitario y algunas de las mejores canciones de la década de los noventa.
Pero, aunque todos sus discos (sí, todos) sean auténticamente imprescindibles, “Either/ Or” (1997), que podría traducirse como “o lo uno, o lo otro” (tomando el título del libro del mismo nombre del filósofo existencialista Kierkegaard), es particularmente representativo de su talento y quizá su cima compositiva porque en él se mezclan grandes canciones, con la intimidad de un formato “Low Fi” (aunque una escucha atenta nos desvelará que esto es sólo el envoltorio porque el disco se encuentra plagado de detalles, arreglos y sorpresas pero siempre con sencillez), su preciosa voz y su particular forma de tocar la guitarra. Con el paso del tiempo (y como se puede apreciar en el experimento que resulta la versión de “Because” de los Beatles) Elliott encontrará la fórmula maestra de “doblar su propia voz” creando impresionantes armonías y logrando la perfección pero en “Either/ Or” su voz todavía es la de un hombre cantando a solas en una habitación y esa sensación de confidencia en la intimidad es la que eleva las, ya de por sí sensibles canciones del disco, a un nivel superior. Canciones nocturnas de amor, de deseo, pasión, de arrepentimiento, de ruptura, de soledad… todas las caras del amor se encuentran contenidas en el prisma de “Either/ Or”.
Publicado por Kill Rock Stars, “Either/ Or” vio la luz en 1997 de manera tímida, porque nunca fue un disco que rompiese en las listas, pero confirmando a Elliott Smith como uno de los grandes artistas de la década, alabado por crítica y público. No sólo interpreta y compone sino que toca todos los instrumentos del disco además de producirlo de manera sobresaliente. Fue grabado en su propia casa y en los estudios Undercover y Laundry Rules Recording de Portland, además de Arcata en California) y el local de Heatmiser, siendo ayudado por Tom Rothrock y Rob Schnapf en las mezclas, además del espaldarazo que supuso la inclusión de sus canciones en la banda sonora de “El Indomable Will Hunting” (“Good Will Hunting”) de Gus Van Sant y su nominación al Oscar por la canción “Miss Misery” (que tuvo que interpretar a la fuerza en la ceremonia de gala de los premios, vestido totalmente de blanco en lo que tuvieron que ser para él los minutos más largos de toda su carrera, un pequeño infierno en vida) que le abriría las puertas de DreamWorks..
La verdad es que la grabación de “Either/ Or” tuvo que ser dura para Elliott, en aquella época bebía de manera desaforada y sus adicciones iban a más (además del consumo de antidepresivos), había dejado su grupo y había grabado dos discos “Roman Candle” (1994) y “Elliott Smith” (1995) que, aunque exquisitos, no conseguían exorcizar todos sus demonios internos. Además, la ruptura con su pareja le sumió aún más en la depresión pero lo realmente desconcertante es que, con todos estos ingredientes, “Either/ Or” no sea un disco depresivo o triste. Sus canciones son melancólicas en ocasiones pero inminentemente sensibles, perfectas, mágicas y evocadoras. Compuso y grabó una treintena, las doce que componen el disco son auténticas joyas, desde la apertura con “Speed Trials” hasta “Say Yes”
“Speed Trials” es la primera en sonar cuando escuchamos el disco, las letras de Elliott siempre tienen más de un significado, son complejas y ricas en imágenes, pero abiertas a la interpretación. Cuando canta “Es sólo una breve sonrisa cruzándote la cara, haciendo pruebas de velocidad en cualquier lugar” es cuando podemos intuir de qué trata “Speed Trials” y el sometimiento emocional que ejerce la sonrisa de la persona que amamos. Acústica, como todas, pero con una batería seca y cortante, inaugura el disco de manera fulgurante pero sin sobresaltos y lo hace continuar con “Alameda” en la cual ya sí encontramos a un Elliott Smith que parece intentar rehacer su vida tras la ruptura, continuar su vida “recorriendo la Alameda” y razonando en frío: "Nadie rompió tu corazón, tan sólo tú mismo porque eres incapaz de terminar lo que empiezas” pero pronto cae en la amargura: “Le gustaste por un minuto o dos pero se acabó” para terminar autocompadeciéndose; “Nadie rompió tu corazón y, si estás en soledad, debe ser porque tú eres quien se ha querido apartar”.
En “Ballad Of Big Nothing” nos vamos al Pop (pero al Pop con estilo) en un arranque de ira: “Puedes hacer lo que quieras en el momento que quieras, no hay nadie que te detenga aunque para ti no signifique nada, eres un gran don nadie”, lo mejor de la canción son las guitarras y, por supuesto, la voz de Elliott. Y llegamos a una de las grandes cimas de “Either/ Or” que es “Between The Bars” (que puede ser traducida como “Entre copas” o “Entre los barrotes”) y se ha convertido en una de las canciones más conocidas del disco y del propio artista, siendo interpretada por muchísimos músicos que reverencian a Elliott Smith como uno de los grandes. Una auténtica salvajada, brutal y cruda, contenida en la sensibilidad de su voz con frases que son cantadas a bocajarro: "Bébetelo todo, cariño, desvélate toda la noche por las cosas que pudiste hacer y que no harás pero podrías haber hecho, el potencial que tenías y que nunca verás, las promesas que harías. Tómate un trago conmigo y olvídate de la presión de los días, haz lo que digo, te sentará bien y yo me llevaré todos tus malos recuerdos” .
Tras la bonita “Pictures Of Me” (la más movida de todo el disco y con una frase lapidaria como "todo el mundo está muriendo sólo para la enfermedad"), “No Name No. 5” ahonda en el sentimiento en el cuál uno cree que la otra persona pueda estar esperando: “Después de un segundo en soledad y habiendo tenido la oportunidad pero dejándola escapar. Ojalá no estés esperándome porque obviamente no voy a moverme”. “Rose Parade” es una maravilla gracias a su guitarra y es que Elliott Smith tenía una forma muy particular de entender el instrumento y la melodía, además su forma de tocar era única, la letra –completamente descriptiva de lo que sería un desfile- termina de manera amarga cuando espeta: “La trompeta ha estado obviamente bebiendo porque está arruinando incluso las notas más fáciles. Diría que es algo digno de ser visto pero es que todos parecen tener más interés que yo y cuando limpien la calle seré la única mierda que quede olvidada . ¿Vendrías conmigo al desfile?”
Lo que parece una canción menor como es “Punch And Judy” con los dos simpáticos personajes finalmente termina con un Elliott repitiendo: “Creo que voy a cometer el mismo error dos veces , voy a cometer el mismo error dos veces” pero "Either/ Or" volverá a subir dramáticamente de nivel e intensidad con mi canción favorita de Elliott Smith, "Angeles"; "No comiences a probar suerte conmigo ahora porque ya lo superé todo. Puedo tenerte plenamente satisfecha en todo, puedo cumplir tus deseos más secretos , hacerlos realidad y estar para siempre con mis brazos envenenados rodeándote. Nadie nos va a tomar por tontos, ha sido un placer conocerte", la guitarra de Elliott Smith parece ir al doble de su velocidad, la voz se superpone y crea un ambiente íntimo y nocturno, propio del alba, como si no quisiese que nadie se despertase. En "Cupid's Trick" volvemos a la auto-culpa cuando repite una y otra vez: "En el caso de que me hayas iluminado, es mi mentira, es mi mentira" y tras la pequeña tormenta, "2:45 AM" nos trae de nuevo la madrugada a nuestra alma; "Son las 2:45 de la madrugada y me estoy poniendo una advertencia para despertar en un lugar desconocido con un recuerdo que has borrado a medias, buscando los brazos de alguien para que arregle los que has dañado".
Elliott tose, se aclara la garganta y acaba "Either/ Or" de manera bella y, ya sí, doblando su voz creando una armonía "lennoniana" mientras canta quizá su canción más deliciosa: "Estoy enamorado del mundo a través de los ojos de una chica quién aún estaba por aquí a la mañana siguiente" y remata el estribillo de manera magistral con una verdad universal, son ellas las que deciden: "Ella decidirá lo que quiere, probablemente seré el último en saberlo. Nadie lo dirá hasta que se demuestre y vean cómo es. Te quieren o no, di que sí"
Mi amiga acertó y quedé enamorado de Elliott Smith y, claro, también de la chica a través de la que veo el mundo con "Either/ Or" sonando de fondo.
© 2014 Cauldfield