Estaba el otro día con un amigo de la infancia (de esos que ya conoces desde la guardería) hablando del futuro mundial de fútbol que se va a celebrar en Brasil el verano que viene (por cierto, a nosotros nos pillará en pleno Hellfest). Vaya de mano decir que nuestro conocimiento futbolístico no es todo lo amplio que nos gustaría; lo mismo que es el de nuestro amigo por la música Rock y Metal. Evidentemente mis/nuestros gustos musicales nunca han sido motivo de agravio ni de exclusión para ninguna de las partes (ridículo sería lo contrario, cuando el que suscribe estas líneas es el tío más feliz del mundo cantando en un karaoke "Quijote" de Julio Iglesias o "América" de Nino Bravo). En aquella "reunión" de bar (no nos engañemos, seriedad la justa) se debatía, y no con poca pasión, si el grupo que le había tocado a España era fácil o difícil; si podría considerarse asequible o no para toda una campeona el mundo y de Europa. Como en un principio parece lógico a todos los allí congregados les parecía especialmente llamativo el primer partido de la Selección, el cruce directo con la que justamente fue el rival de la final de Sudáfrica...Holanda, cuando menos, producía cierto respeto (no digamos miedo, ya que según parece en el fútbol esa palabra es poco menos que innombrable) y los parlantes no las tenían todas consigo, dudando de quién podría ser mejor o peor e incluso insinuando que seguramente las dos selecciones estuvieran a la misma altura. Claro, un servidor que es un enfermo (o más bien debería decir yonki) de la música no tardó mucho en hacer su cábalas mentales y llevar el partido a niveles musicales (vamos, a lo nuestro, a lo que nos mola)...Yo no sé si en fútbol Holanda es mejor que España o viceversa (pienso que España es mejor, ya que la copa del Soccer City nos la trajimos nosotros, la furia, los de la camiseta roja), pero en cuanto a música no sería muy descabellado decir que los de la naranja mecánica nos mean en la cara.
Ya sé que algunos se está llevando ahora mismo las manos a la cabeza ante la afirmación que acaba de leer, pero que se le va a hacer, no hay más ciego que el que no quiere ver y más sordo que el que no quiere oír. ¿O es que ahora va a resultar que nuestros grupos tocan en la mayoría de los festivales europeos? No hay que ser muy fiera para saber que hasta los grupos malos de allí son bastante mejores que los de aquí. No es que ahora vayamos a cruzar y a batir en duelo unas bandas con otras, pero Asphyx, Pestilence, Textures, Ayreon, God Deathroned, Hail Of Bullets, Epica o incluso Whithin Temptation nos pasan por todos lados arrancándonos las pegatinas, como si ellos fueran subidos en un Ferrari y nosotros en un seiscientos. Pues bueno, como bien os podéis imaginar todas ellas tocan en la mayoría de los grandes festivales veraniegos, mientras que nuestros queridos Vitaimana y Angelus Apatrida (por poner un ejemplo) tienen que conformarse en tocar una vez cada quince años a la una de la tarde en Wacken o en el Hellfest...Del listado de bandas que acabo de mencionar he dejado fuera una a propósito, ya que para mí a día de hoy pienso que está un puntito por encima del resto . Después de escuchar "Ravenous Plague" podemos aseverar (y poco nos vamos a equivocar) que Legion Of The Damned es una de las mejores bandas de thrash metal de Europa.
Qué mejor forma de empezar el año en cuanto a metal se refiere que con dos joyas de la talla de "Plagues Of Babylon" y "Ravenous Plague". Si, como ya dijimos en su momento, Schaffer y Block cumplieron con creces nuestras expectativas, Maurice y Erik hacen ahora lo propio con una auténtica apisonadora. Legion Of The Damned son una banda que siempre va a más y a la que no le gusta quedarse quieta viendo el tiempo pasar a través de una ventana y haciendo siempre el mismo disco. El cuarteto camina con paso firme y seguro, marcándose con cada nuevo álbum unos objetivos distintos y diametralmente diferentes a los conseguidos con anteriores trabajos, e incluso con los antiguos y desaparecidos Occult. Tras su fichaje por Napalm Records y con una preciosa portada del conocido Wes Benscoter (Slayer, Kreator, Autopsy, Cattle Decapitation...) Legion Of The Damned con "Ravenous Plague" sacan de nuevo sus guitarras a pasear dándonos una masterclass de cómo tiene que ser un disco de ayer con sonido de hoy…
Tras la extraña y sinuosa intro bautizada como "The Apocalyptic Surge" llega el primer cargamento de riffs brutales y ensordecedores de la mano de "Howling for Armageddon". Con las primeras notas ya puedes observar que la producción es magnífica, inmejorable, sonando todo perfecto y acompasado, con una claridad alucinante teniendo en cuenta que estamos hablando de un "old school". Maurice se erige como rey, alma y principal estandarte de Legion Of The Damned, el resto de la banda, para bien o para mal, no dejan de ser meros peones haciendo las labores al servicio de su majestad. Muy bueno el trabajo de Erik a lo largo de todo el álbum, aporreando la batería en lo que parece una locura sin fin..."Black Baron" es menos contundente pero más rápida, ya que el mago de la batería se suelta la melena (evidentemente esto es una metáfora, ya que la alopecia también llegó al heavy metal) metiendo un puntito de velocidad en las baquetas que la hacen estar más cerca del sonido death que del thrash. Tiene la gracia de contar con uno de esos ritmos machacones e incisivos que tienden a adentrarse en el celebro y quedarse allí unos días de vacaciones. "Mountain Wolves Under a Crescent Moon" lleva la sangre goteando por la hoja de la cuchilla, si os gustó "Feel The Blade" éste es vuestro tema; rabia, fiereza, odio en un combinado que no pasará desapercibido para los amantes de temas como "Slaughtering The Pigs" o "Nocturnal Predator", donde incluso Twan se atreve a mover su larga melena (y aquí sí que nada de metáforas) en uno de los pocos acalorados solos con los que cuenta el álbum.
"Ravenous Abominations" es dura y peleona como una mala resaca, desde la primera vez que la escuchas ya sabes que aquí apesta a éxito, que esos riffs no son fruto de la casualidad ni de una noche de borrachera. Todo está mimado y cuidado hasta el último detalle en uno de los temas que a buen seguro podremos escuchar en sus próximos conciertos junto a Sepultura a finales del próximo mes de Febrero. Por su parte "Doom Priest" te va entrando (como la voz de Maurice) poco a poco, con tranquilidad, con pausa, con sosiego. No es para nada uno de los típicos cortes frenéticos que lleva la marca LOTD inyectada en sus composiciones. Es un tema que te va consumiendo y que te va minando muy poquito a poco, hasta que cuando te quieres dar cuenta estás moviendo los pies y la cabeza como un poseso...El vibrato de Twan alarga las notas hasta el infinito en el comienzo de "Summon All Hate", una canción que no deja títere con cabeza, disipando y arrancando de cuajo cualquier duda (si es que aún la tenías) de que estás delante de un auténtico bombazo de thrash metal.
La segunda parte de "Ravenous Plague" es tan buena o más que la primera; temas como "Morbid Death" (con un Maurice realmente increíble) y "Armalite Assassin", al más puro estilo griego de los helenos Suicidal Angels, lo certifican. Desde que el riff meticuloso y milimétrico de "Bury Me in a Nameless Grave" me guiñó el ojo en la primera escucha de "Ravenous Plague" sabía de verdad que ella iba a ser mi niña bonita. Es mi tema favorito, una canción despiadada gracias a un Maurice retorcido como una alambre y a unos riffs tan cortos como penetrantes. Toda una joya que no debéis pasar por alto si os consideráis amantes de la buena música. El final con "Strike of the Apocalypse" vuelve a tirar de riffs pesados y envenenados mostrándonos el lado más salvaje y extravagante de uno de los grupos que están llamados a convertirse en algo grande en un breve plazo de tiempo. ¿Qué no?… ¡Ya nos contaréis!
© 2014 Lord Of Metal