Fue enterarnos de la noticia de que The Black Dahlia Murder se iban a dejar ver en España el próximo mes de Junio (más concretamente en Madrid y Barcelona) y nos ha faltado tiempo para ponernos manos a la obra y analizar con tranquilidad, "Everblack", el último gran disco que nos han brindado este pedazo de banda. Los de Michigan no son de los que se prodigan excesivamente haciendo conciertos por Europa, la verdad que se muestran un tanto tacaños y reservados en sus apariciones por este lado del Atlántico ya que muy pocas veces tenemos la suerte de verles por el viejo continente, y evidentemente muchas menos aún de hacerlo en España. Trevor y los suyos cuando se animan a girar fuera de su país, suelen hacerlo en los meses de verano, por su coincidencia con los grandes festivales europeos, que siempre encabezan los enormes Hellfest, Wacken y Graspop, y como no puede ser de otro modo, donde se suelen dejar ver de vez en cuando. Este año estarán el Domingo 22 de Junio en el Valley Stage del Hellfest, el escenario que el festival francés tiene adjudicado para las bandas de death metal, donde haremos todo lo posible para verles nuevamente. Por suerte para los que no puedan viajar este año en el festival galo. a The Black Dahlia Murder podrán verles en Madrid y Barcelona el 17 y 18 de Junio respectivamente.
Mi historia con TBDM es un tanto particular, no es el típico grupo que escuchas por oídas o por el hecho de que tienes un día tonto, te da por indagar un poco y así como no quiere la cosa les descubres. Desde adolescente siempre me he sentido cautivado por el caso de Elisabeth Short y su atroz asesinato, con su cuerpo mutilado y descuartizado con una escalofriante sonrisa escocesa dibujada en su moribundo rostro. Ni que decir tiene que mi pasión por el caso me ha llevado a leer los libros y a ver las películas que sobre su biografía se han escrito y filmado; siempre me sentí atraído por el morbo de este tipo de sucesos extraños, que terminan siendo como piezas de rompecabezas que nunca llegan a encajar entre sí, por lo que el puzzle raramente queda resuelto. Dada la situación, o más bien debería decir "pasión" por el caso, el hecho de descubrir a un grupo de metal escondido bajo el nombre de The Black Dahlia Muder, haciendo referencia al asesino de Elisabeth Short, no iba a dejarme indiferente, por lo que no tardaría mucho en descubrir lo que se escondía bajo aquel inquietante y preocupante nombre.
La banda de Trevor llegó a mis oídos tras la edición de su tercer álbum "Nocturnal", siendo este disco para muchos de sus fans el mejor y el más representativo de su carrera, donde las atmósferas oscuras y tenebrosas que cubren su potente death metal, dotan a los temas si cabe de una siniestralidad aún mayor de la de sus anteriores "Miasma" y "Unhallowed". Yo nunca he tenido tan claro cuál es mi disco favorito de TBDM, no me es nada fácil decidirme entre el nombrado "Nocturnal", donde la madurez como personas y como músicos da un paso importantísimo, o el magnífico "Unhallowed", donde las típicas carencias de un primer disco se ven de sobra cubiertas por el gran don que tienen estos chavales para hacer música. No sé qué coño tiene ese primer disco que tanto me atrae. Podría ser el continuo coqueteo de sus melodías con los sonidos nórdicos puestos de manifiesto por bandas como At The Gates o The Haunted, que en más de una ocasión te lleva a pensar que en vez de criarse en Michigan lo hayan hecho en Goteborg o Estocolmo. Lo que no hay duda es que hoy por hoy The Black Dahlia Muder son una de las bandas más representativas del death meta. Con el paso de los discos Trevor y Brian se han ido amoldando a los nuevos tiempos pasando desde el sonido Goteborg de su primer álbum al deathcore de "Deflorate", hasta llegar a centrarse con "Ritual" (por cierto, otro gran disco) y sobre todo con "Everblack" en el death metal melódico, que pienso por otra parte es el género que mejor les queda y con el que más a gusto se sienten. Huelga decir que "Everblack" me ha gustado mucho, incluso más que "Ritual" y todo ello a pesar de que su anterior álbum recogía una de mis canciones favoritas "Moonlight Equilibrium", pero aún así "Everblack" tiene algo que engancha y que suena diferente, pienso que la banda ha llegado un puntito más lejos en su locura y desesperación por convertirse en una de las bandas más representativas del death metal mundial. Seguro que el afamado Jason Suecof, quien ya trabajara con la banda en sus tres anteriores trabajos, tiene mucho que ver en todos estos logros, ya que tanto la producción como la mezcla del álbum son de una calidad exquisita. Aquí todo suena en su sitio y perfecto, nada se deja al azar cuando TBDM se pone manos a la obra.
"In Hell Is Where She Waits for Me" es una puta locura, un puñetazo en la mismísima cara que te noquea y te deja en estado de shock desde su primer riff. La rabia con la que canta Trevor y la fuerza con la que Brian lanza sus notas empequeñecen a la grandiosa "Elder Misanthropy" reduciéndola a escombro ante la detonación que supone este tiro en la nuca. Maravilloso el interludio oscuro que logran crear Brian y Ryan Knight en su parte central, donde Trevor saca su lado más perverso y malvado entonando los aullidos más guturales de todo el álbum y tras los cuales Brian se luce con un solo tan corto como eficiente con el que logra cubrir el expediente sobradamente. La cosa se complica y se pone peligrosa con su primer single, "Goat of Departure" donde Trevor tira de agudos dejándonos perplejos y con cara de cumpleaños ante lo que puede llegar a hacer con sus cuerdas vocales. Si algo me ha llamado la atención de Strnad es la rapidez con la que canta las estrofas cambiando de registro agudo a grave y viceversa sin sufrir (al menos aparentemente) ninguna falta de aire. En "Into The Everblack" se notan que han trabajado a conciencia la parte rítmica centrada en la batería de su nuevo fichaje Alan Cassidy, logrando gracias a su pegada crear un tema al más puro death metal "made in Tampa".
"Raped in Hatred by Vines of Thorn" es sin duda uno de los grandes cortes que esconde "Everblack", un tema de corte épico que tiene todos los ingredientes para convertirse en una de las grandes apuestas del álbum. Las melodías te engatusan desde el segundo uno mientras la voz de Trevor llega a conquistare con sus apabullantes continuos cambios de ritmo, convirtiendo al tema en una especie de montaña rusa de difícil monta. La melodía pierde fuelle en "Phantom Limb Masturbation", donde la opulenta voz de Strnad, jugando una y otra vez al despiste, conjugados con los escandalosos blast beats de Alan crean un tema al más puro estilo old school que bien podrían haber firmado en sus tiempos mozos Morbid Angel o Cannibal Corpse. Por su parte "Control" y "Blood Mine" llevan sellado a sangre y fuego el ADN de TBDM, dos canciones que contienen todos los parámetros y todos los ingredientes para convertirse en buques insignia en los que basta escuchar sus primeras notas para saber cómo van a acabar.
El disco avanza de manera peligrosa y alocada con la furtiva "Every Rope a Noose", donde la pegada de Alan te mete de lleno en un tema que no pasaría a formar parte de sus setlist de no ser por su cabalgada incisiva y recurrente, que le hacen ser extremadamente atractivo para el directo. Con "Their Beloved Absentee" y sobre todo con "Map of Scars" dan un puñetazo en la mesa poniendo patas arriba, si es que aún no lo estaba, el cubículo donde te encuentres. Son de esos temas con los que te creces, con los que te vienes arriba y con los que te sientes seguro y decidido para afrontar todo lo que se te pueda venir encima. Dos magníficas canciones que sirven para poner la guinda a este pastel de bronco y abrupto death metal. The Black Dahlia Murder nunca decepcionan, son un valor seguro en el que invertir y por el que apostar. Ya contamos los días para verles en directo; será grande.
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