Uno acaba harto de escuchar y leer gilipolleces sobre un músico como Jon Schaffer. Parece mentira que un tío que lleva toda una vida en la música (ya quisieran muchos hacer una mínima parte de lo que Jon ha hecho) tenga que aguantar tal sarta de payasadas y estupideces. Puedo entender que un grupo no te guste (a mí no me gustan muchos) o que un tipo determinado pueda caerte medianamente gordo por su postura o prepotencia (unos cuantos os diría yo), ¿pero Jon Schaffer?...Pienso que este hombre es uno de los tíos más humildes y currantes que existen dentro del Rock. Lo de humilde se puede apreciar con cierta facilidad en cualquiera de sus directos, donde ves que el bueno de Jon deja la lucidez y la exhibición para los otros miembros de la banda, permaneciendo la mayor parte del show en una esquina del escenario (no olvidemos que Schaffer es guitarra rítmica) y lo de currante creo que queda más que probado si echamos un pequeño vistazo a su dilatada discografía con Iced Earth u otros proyectos como Demonds and Wizards, con su socio y amigo Hansi Kursch (Blind Guardian), y donde el Demonio y el Mago grabaron dos de mis discos favoritos de Power Metal.
Es cierto que Jon ha tenido muy mala suerte (por no decir nefasta) con sus músicos (me recuerda mucho su caso al de Mustaine con Megadeth), con cambios continuos de formación, sin apenas mantener una misma formación dos discos seguidos. Pienso que el mayor daño que le ha hecho ha sido el tema del vocalista. Si ya en un principio no cuajaron Adam ni Greely, Matt tampoco estuvo estar a la altura profesional que se le debe exigir a un músico. Vale que te vayas una vez, pero coño si tomas la decisión de volver no vuelvas a escaparte dos años más tarde con la misma excusa de la primera vez…Siempre me dio pena Ripper, un tipo con una voz descomunal, pero que no deja de ser un puto gafe, ya que banda que toca banda que jode. Le paso con Judas, con Iced Earth y con sus otros proyectos personales (Beyond Fear, Tim Ripper Owens y grupos tributos varios…). Por desgracia ni “Framing Armageddon” ni el anterior “The Glorious Burden” podían presumir de tener las mejores composiciones de Schaffer. Fueron discos muy ralos y muy livianos, diametralmente distintos de lo que se hacía en la época buena de Matt y en la actual con Stu. Está claro que cambiar cuatro o cinco veces de vocalista pasa factura a cualquier banda y Iced Earth no iba a ser en este caso una excepción. No obstante Schaffer no es un tipo que se arrugue ni que tire la toalla a las primeras de cambio (si fuera así, ya lo hubiera hecho hace muchos años). Recordad la mala suerte que tuvo al dejar a su discográfica de toda la vida (Century Media), después de la época de vacas gordas con “Something Wicked”, “Alive In Athens” y “Horror Show” para irse con la poderosa SPV con la entrada de Ripper y “The Glorious Burden”. Ya esa portada de la guerra de secesión y esa intro del himno americano, en versión un tanto purrelera, le dio más disgustos que aplausos. Aquel cambio de discográfica que parecía ser el salto definitivo para Iced Earth a una nueva dimensión se quedó en una maldita frustración, llevando a Jon a agachar las oreja y acabar volviendo a los que un día le dieron de comer. Pero bueno, lo que cuenta es la actualidad, y ¡qué coño! hoy por hoy Jon se ha recuperado y sigue siendo el mismo que hace 15 años, haciendo discos de muchos quilates y muchos cojones, con un cantante cojonudo como es Stu Block y con una vuelta al sello de toda la vida y con el que ha firmado dos grandes trabajos. Si “Dystopia” os gustó prepararos, ya que “Plagues Of Babylon” va camino de convertirse en una de las grandes bazas de este 2014 que acaba de empezar.
“Plagues Of Babylon” comienza con una de las clásicas dilatadas intros a las que nos tiene acostumbrados Jon. Una intro muy tranquila y sosegada que con el discurrir de los segundos va ganando consistencia y volumen (sobre todo en la batería; por cierto sonando perfecta en todo el disco) hasta que un riff revoltoso y juguetón marca de la casa se aparea con la bronca voz de Stu dejándonos una melodía realmente maja y llamativa. El tema no es que sea especialmente rápido (esto no es Speed Metal, señores), es más un medio tiempo estilo “The Hunter” donde las voces traseras de Schaffer ambientan de forma magistral y hacen que el tema tome un tono realmente heavy y poderoso. Aunque si lo que realmente queréis es algo rudo quedaros con “Democide”. Llegados a este punto tengo que decir que para mí no sólo es el mejor tema de “Plagues Of Babylon” sino uno de los mejores de la carrera de Jon (y mira que los tiene buenos). “Democide” tiene un comienzo muy parecido a “Plagues Of Babylon” con una intro un tanto larga y desesperada (éste siempre ha sido uno de los aspecto más criticados de Iced Earth, y ojo, a mí me encantan estas melodías iniciales) y con una batería que va ganando fuerza y pegada según los segundos van aumentando en tu reproductor. Basta con escuchar los primeros acordes del maquiavélico riff de Schaffer para que los gayumbos y las bragas se te caigan al suelo. El cabrón es despiadado y retorcido, jodidamente abrupto y fantástico, os recordará a las composiciones de sus primeros discos de “Iced Earth” y “Night Of The Stormrider”. De hecho la virulencia de “Democide” no la tiene ni “Desert Rain” ni “Stormrider”; toda una obra maestra y una joya que no te cansas de escuchar una y otra vez. Hacerme caso, una vez que entre en vuestra cabeza estáis jodidos. Por cierto, no os perdáis el agudo de Block en el final del tema, si no se os pone la piel de gallina es que estáis muertos.
“The Culling” amortigua la caída tras el subidón que supuso “Democide”, estamos ante un corte radicalmente más decelerado, aunque no por ello debemos tildarlo de “malo” ni menos aún de mediocre (hay gente para todo); tiene su gracia escuchar a Stu en un tono más grave. El cantante americano ha decidido y se ha desmarcado por utilizar en “Plagues Of Babylon” su tono más grave, dejando los agudos para momentos puntuales, como pueda ser el antedicho cierre de “Democide”. “Among The Living Dead” puede presumir de tener los solos más retorcidos y coloreados del nuevo álbum con un Schaffer machacón que despierta nuestra atención en cada segundo del tema. “Resistance” por su parte tiene una melodía muy Power, mucho más fácil de asimilar y de digerir por los menos amigos de los sonidos crudos, con los ya clásicos y familiares punteos afilados y cortantes del amigo Seele. Para hacernos una idea podríamos decir que estamos ante una canción que no desentonaría para nada con la voz de Kursch en un hipotético tercer disco de “Demonds And Wizards” (ojalá algún día podamos verlo).
“The End?”, uno de los temas más largos de “Plagues Of Babylon”, suena a gloria bendita, es un pastelito, una perita en dulce donde puedes llegar a apreciar en primera persona a un Stu descomunal cambiando una y otra vez de registro en una pieza con un comienzo un tanto engañoso, haciéndote pasar de la cordura a la locura en cuestión de segundos. “If I Could See You” tuvimos la suerte de escucharla en directo en su anterior paso por la península acompañando a Volbeat en su gira europea (por cierto, nos gustó más en su versión de directo). Estamos ante un medio tiempo o “power balad” muy del estilo de “I Died For You” (de hecho cuanto más la escucho más parecidos le saco con la fantástica canción de “The Dark Saga”), y donde las melodías suaves y relajadas se alternan con los estribillos penetrantes y peleones que siempre pone como base la guitarra de Schaffer.
La indomable “Cthulhu” te parte en dos gracias a una brutalidad elegante y exquisita, marcada en este caso por la voz de Stu más que por la guitarra de Schaffer. Es sin lugar a dudas otro de los grandes de este álbum, una canción que demuestra que Iced Earth están vivitos y coleando. “Peacemaker” nos muestra al Stu más emotivo, cantando con un sentimiento y una nostalgia inusitada mientras que la bella “Parasite” muestra el lado más experimental de Schaffer, con uno de los solos más lustrosos del álbum con un Seele nuevamente soberbio que se destapa a base de mover los dedos a la velocidad del rayo por el mástil de su guitarra. “Plagues Of Babylon” se cierra con una preciosidad de canción, otra de las maravillas de este soberbio álbum; “Spirit Of The Times” está nuevamente entre dos tierras, situándose en la frontera entre el medio tiempo y la “Power Ballad”. Todo un lujazo para acabar y poner el punto y final a uno de los mejores discos de la carrera de Iced Earth. Creedme, no estoy exagerando.
Así las cosas sólo nos queda ir tachando del calendario los días que nos resta para volver a verles en directo presentando esta joyita (nuestro turno será en Madrid el 17 de Enero). Ojalá el combo Schaffer/Block nos siga dando muchas alegrías, capacidad y astucia para hacerlo tienen de sobra, sólo hace falta que la suerte siga estando de su lado.
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