¿Decepcionante o una obra maestra? ¿Desorientados o calculadores? ¿Portnoy o Mangini? ¿Ruddess o Petrucci? Pues ni una cosa ni otra, ¿cómo vamos a criticar a Portnoy como productor? ¿Cómo voy a decir que Mangini es una caja de ritmos de lujo y Myung un bajista gris tapado en la producción? ¿Nos hemos vuelto todos locos o qué? Ahora que hasta tu vecino puede escribir sobre un disco u otro y sentar cátedra publicándolo en Internet, es fácil cargar contra un grupo tan grande como Dream Theater desde las trincheras, decir que han tomado la dirección incorrecta, que Petrucci es conformista en sus partes de guitarra, que ha comprimido demasiado la mezcla, que ha tapado a Myung en volumen y que la batería de Mangini suena excesivamente artificial, Ruddess ha parasitado el grupo, LaBrie ha perdido voz y pelo (maravilloso argumento, por cierto, para evaluar su trabajo) y sólo Portnoy puede ser el elegido, volver a Dream Theater y levantar la carrera de un grupo, antes glorioso, ahora en declive. Volveré a hacerme la misma pregunta; ¿Nos hemos vuelto todos locos o qué? Vayamos por partes; "Dream Theater" es el segundo trabajo del grupo tras la marcha de Portnoy y verdadera prueba del fuego tras "A Dramatic Turn Of Events" ya que supone el primer disco con Mangini (sustituto de Portnoy, por si hay todavía algún lector que no lo sepa) participando en la composición y aportando en el estudio.
Ahora que ha estallado el polvorín entre Portnoy y Dream Theater, cruce de acusaciones y declaraciones del ex-batería alegando que algún día le gustaría volver a su propio grupo y tocar de nuevo con los que eran sus compañeros, titular al nuevo disco como "Dream Theater" tiene muchas y diversas interpretaciones; por un lado, podríamos entender que llamándolo así podría significar un supuesto nuevo comienzo para ellos, una manera de iniciar una nueva época y aprovechar este disco como otro punto de inflexión más. Otros apuntan a que el nuevo álbum es el que mejor sintetiza la esencia del grupo (incluido el propio Petrucci en una entrevista reciente) y que cada canción apunta directamente a una referencia en la discografía de los estadounidenses, como si fuese un pequeño "grandes éxitos" que se compone, sin embargo, de nuevas canciones. Los más malpensados creen que todo apunta a un pequeño desplante a Portnoy, ya que llamar así al nuevo álbum como al propio grupo (que para Portnoy es como su hijo) es una clara insinuación de que, ahora más que nunca y sin él, son Dream Theater.
Olvidándonos de todas estas elucubraciones, "Dream Theater" (cuya sencilla portada es obra Hugh Syme, quien diseño el logo de Rush y es responsable de las portadas de algunos de sus discos, además de otros como Iron Maiden, Nevermore, Megadeth, o Aerosmith) es simplemente un disco que pretende marcar la diferencia sin renunciar a las raíces del grupo renovando su sonido. No está Portnoy pero sí Petrucci y Rudess, quienes se echan a las espaldas todo el peso del grupo sin eclipsar al resto.
Además, Petrucci se pone tras los mandos y no, no es una producción artificial, la tan cacareada compresión no ahoga la mezcla ni los matices, ni tampoco ha cometido el error de principiante de subir sus guitarras hasta ahogar el bajo de Myung como he leído ya en varias ocasiones. Es más, el discreto y tranquilo Myung suena más que nunca en este disco, las líneas del bajo son excepcionales y es en este álbum en donde quizá cobren más protagonismo. Hay que ser sordo para no escucharle en "False Awakening Suite" o "The Enemy Inside" (por citar tan sólo dos ejemplos más que evidentes) pero además señalar a todos aquellos que critican a Petrucci que, por mucho que haya producido el disco, lo que ellos critican es la mezcla y pertenece a Richard Chycki y Jensen en la masterización. ¿Cómo es posible que critiquen la producción de nuevo disco de Dream Theater si todavía no saben a los que se dedica un productor en general? ¿Y cómo suena "Dream Theater"? Potente, brillante y extraordinariamente bien.
Tema aparte es Mangini. Claro que echo de menos a Portnoy, Dream Theater es uno de mis grupos preferidos y me gustaba ver a Portnoy tras los platos, además de gran carisma, es un batería excepcional con mucha personalidad y se implicaba al máximo en la composición, el concepto y diseño de los álbumes pero he de admitir que cuando escucho "Illumination Theory" no le echo en falta. Mangini es un gran músico (con mayúsculas) y estoy seguro de que si tenemos la suerte de disfrutarle en más discos, terminará encontrando su lugar en el grupo, aportando cada vez un poquito más. Las críticas a su forma de tocar son injustas y me parece un batería completo y complejo. ¿Una caja de ritmos humana? No seamos estúpidos. En algunos momentos, sus arreglos y acompañamientos son incluso más complejos que los de Portnoy. ¿Cuál sería el punto flaco si comparamos a ambos músicos? Mangini se ha limitado a ser un músico de estudio, siempre al servicio del ego del que le contratase. Portnoy, sin embargo, ha "crecido salvaje" en su propia casa (es imposible comparar a uno con otro cuando, encima, uno de ellos es el fundador del grupo) y ha tenido tiempo más que de sobra de formar su personalidad, crecer y dirigir a la banda a su antojo. Por lo tanto, Portnoy posee más personalidad musical que Mangini pero que alguien me diga en qué es mejor técnicamente el uno sobre el otro porque estamos hablando de dos grandes baterías a un nivel altísimo.
La cortita introducción con la que se abre "Dream Theater", llamada "False Awakening Suite" se divide en tres piezas llamadas "Sleep Paralysis", "Night Terrors" y "Lucid Dream" siendo ésta última mi favorita precisamente por la aportación de Petrucci. En realidad, la suite no es más que una overtura de tintes épicos que mucha gente ha comparado peyorativamente con Symphony X o Rhapsody. La pieza sirve de lucimiento para Rudess y Mangini pero sin olvidar a Myung y la excepcional, sin dudas, guitarra de Petrucci. Todo un lujo ya que en casi tres minutos nos hace a travesar por todo tipo de emociones.
Y es un riff el que rompe y rasga el comienzo de "The Enemy Inside" (el primer adelanto que pudimos escuchar del nuevo disco, que narra el sufrimiento de los combatientes que vuelven de la guerra) y todos aquellos que la criticaron, después de escucharla en el disco se han tenido que retractar, el riff es duro y pesado y a muchos este sonido les llevará de vuelta a “Train of Thought” pero "The Enemy Inside" es más melodiosa, además los constantes cambios de ritmo y la lucha entre Rudess y Petrucci es de órdago. La voz de LaBrie suena más contenida que en otras ocasiones y sólo en algún momento puntual del disco rozará los agudos de antaño. Conforme su garganta va envejeciendo es normal que sus cuerdas pierdan elasticidad y su tono se vuelva más grave pero a cambio la modula y conoce perfectamente sus recursos y cómo emocionar. En "The Enemy Inside" sube y baja a su antojo y, a toro pasado, no se me ocurre un adelanto mejor del nuevo disco.
"The Looking Glass" ha sido una de las más criticadas del conjunto pero es precisamente por esas guitarras y tendencia quizá más AOR por lo que entra maravillosamente bien, es radiable y pegadiza. Me recuerda claramente a la época de "Awake" con un toque más actual y apto para todos los públicos si cabe. ¿Y Mangini? A la zaga de los riffs de Petrucci quien está especialmente inspirado (como demostrará en los fraseos del solo) en un tema que navega entre el Rock moderado de onda media y el Hard Rock de los ochenta/ noventa. Mención especial para las melodías que hilvana LaBrie capaz de cambiar y subir o bajar tonos en el estribillo e incluso cabalgar cuando el doble bombo de Mangini nos ametralla en la recta final. Una clara demostración de que el Metal, el Progresivo y el Hard Rock pueden llegar a sonar fuera del ámbito del género y resultar comercial sin perder integridad ni señas de identidad.
Y seguimos por la senda de "Awake" cuando Rudess cobra todo el protagonismo del disco en una canción como "Enigma Machine" que suena muy parecida a "Erotomania", la base rítmica formada por Myung y Mangini es lo suficientemente sólida para la inspiración de Jordan pero posteriores escuchas revelan lo que ya confirmábamos, en Dream Theater nada es fruto del azar o casualidad y "Enigma Machine" es una salvajada de Prog Rock instrumental calculada a la milésima. Sobre la base -como antes decía- Rudess y tras él le sigue Petrucci. Una auténtica maravilla que no admite comparaciones con su hermana del 94 aunque compartan similitudes.
Otra criticada hasta la saciedad es "The Bigger Picture" que arranca a piano y con la voz de James. Personalmente, me parece una maravilla, bonita y emotiva. Es cierto que Labrie se siente especialmente cómodo en este registro en el que casi susurra pero así logra conectar resultando aún más intimista y, cuando la balada despega y cambia de ritmo, es el primero en subir la voz y elevarse sobre el resto de los instrumentos. La estructura es genial, varios estribillos, dos puentes y vuelta a empezar y aunque el elemento principal pudiesen parecer los teclados de Rudess con sus arreglos, será Labrie el que la haga subir enteros gracias a las melodías con las que juega y es que ninguno de los estribillos resultan iguales. Un diez.
"Behind The Veil" nos recuerda que pueden seguir haciendo lo que les de la gana sin Portnoy, agresiva, pesada y densa pero también tranquila y melódica, en ocasiones recordándome a "Another Day" pero más contundente, sencilla y quizá evocadora de los primeros tiempos del grupo (aunque la referencia a “Train of Thought” sea inevitable). Pero si hablamos de los Dream Theater más clásicos, no podemos evitar mencionar "Surrender To Reason" (con letra de Myung) en la que resalta el excepcional solo de Petrucci y la forma en que dialogan Rudess y el propio Myung. Y llega el momento de una segunda balada (si es que podemos considerar a "The Bigger Picture" como tal) y me estoy refiriendo a "Along For The Ride", una canción en la que Labrie vuelve a llevarse todo el protagonismo pero que de sonar tan delicada puede llegar a empachar.
¿Pero, qué me dirían si les dijese que la gran sorpresa llega al final con la larga "Illumination Theory"? Veintidós minutos divididos en cinco partes; "I. Paradoxe de la Lumière Noire", "II. Live, Die, Kill", "III. The Embracing Circle", "IV. The Pursuit of Truth" y "V. Surrender, Trust & Passion" todo un viaje a través de los pasajes instrumentales y calculados desvaríos con Mangini aporreando los parches como si no hubiese mañana y Rudess poseído como si quisiese subir al grupo entre las nubes para, después de que haya acabado, volver él acompañado de Petrucci para cerrar por fin el disco con calma y delicadeza. Veintidós minutos de magia que te hacen viajar y recuperar la fe en el grupo, si es que alguien la perdió alguna vez.
Todos aquellos que lo criticaron de manera apresurada y sin dejarlo reposar, tachándolo de collage o acusando una falta de dirección, deberán tragarse sus porpias palabras porque, sin ser su mejor disco, han vuelto a grabar una pequeña obra maestra que crecerá con el paso de los años de manera sólida y si no, al tiempo...
© 2014 Jim Tonic