SETLIST: Welcome to my World (intro)/ Welcome to My World/ Angel/ Walking in My Shoes/ Precious/ Black Celebration/ Should Be Higher/ Policy of Truth/ Slow (Martin)/ But Not Tonight (Martin)/ Heaven/ Behind the Wheel/ A Pain That I'm Used To (Jacques Lu Cont Remix version)/ A Question of Time/ Enjoy the Silence/ Personal Jesus/ Shake the Disease (Martin)/ Halo(Goldfrapp Remix version)/ Just Can't Get Enough/ I Feel You/ Never Let Me Down Again/
He tenido que escuchar durante veinte años las mismas comparaciones de siempre entre U2 y Depeche Mode, hace muchos años parecía estar claro que los irlandeses jugaban en otra liga pero cualquiera que haya visto a Depeche en las últimas giras y más en concreto en ésta, presentando "Delta Machine" del 2013 (porque la anterior con "Sounds Of The Universe" no me terminó de convencer), podrá entender que ahora son Depeche los que le han ganado la partida a Bono y los suyos. Dave, Martin y Fletch han sabido envejecer con dignidad, evolucionar y crecer, se han llevado al público a su terreno con una propuesta estética brillante y discos en los que se permiten el lujo de hacer lo que les viene en gana sin tener que acudir a lo fácil para complacer a su fiel masa de seguidores, esa que -por cierto- dejó las prendas de color negro en casa y acudió devota el viernes por la noche al Palacio de los Deportes de Madrid junto con sus mujeres, hermanos e hijos porque Depeche hace mucho que también entraron en ese privilegiado club de artistas que congregan a varias generaciones en sus conciertos y cumplen las expectativas de cada uno. Y, volviendo, a la comparativa con los de Dublín (esos que no quieren o saben ya hacer algo digno desde los noventa, cuando pude verles por primera vez en directo), Depeche Mode se han convertido en una máquina en directo. Si al envoltorio "corbijniano" le añadimos un escenario efectista (minimalista, elegante y funcional, sin excentricidad alguna), con el contundente Christian Eigner tras los parches y Peter Gordeno echando una mano a Fletch, Martin en su papel y un Dave Gahan con metros y metros de tablas para bailar a su antojo en pleno estado de gracia, tenemos como resultado un concierto soberbio.
Porque hablemos de ellos (siendo la séptima vez que puedo disfrutarles en directo), olvidémonos de esas canciones que habré escuchado ya un millón de veces y de todo lo que les rodea; puedo asegurar que Dave ha hecho un pacto con el diablo a base de trabajo, no es que los años no pasen por él es que los sabe llevar como nadie, su voz ha ganado en profundidad y su forma física es espléndida, capaz de aguantar un concierto de dos horas dando lo mejor de sí, de él me quedo con su elegancia a la hora de dar sus ya clásicos pasos de baile (cada vez más cerca del clásico que de cualquier otra horterada ochentera) y la ilusión que sigue transmitiendo. Con Martin la cosa cambia, su actitud es la de siempre pero me alegro de ello, siempre ha sido la sombra frente a la luz, me gusta ver a Dave y como contraposición al genio de Martin. ¿Y qué pasa con Fletch? He escuchado muchas críticas hacía él desde siempre. Andy, desde mi punto de vista, es auténticamente vital en Depeche, él es el equilibrio entre dos auténticos monstruos como Martin y Dave, es el aglutinante, el hombre tranquilo. Estoy seguro de que si Fletch no estuviese en el grupo éste habría desaparecido mucho antes (cuando Martin y Dave no soportaban siquiera escuchar las pisadas, el uno del otro, en las habitaciones de hotel cuando estaban de gira).
Me salto al telonero y acudo al Palacio con tiempo suficiente para acceder tranquilamente ante una buena organización (el que no entienda este comentario, por favor, que comprenda que venía de cubrir el horrorosamente organizado concierto de Dream Theater la noche anterior), paso de rigor por el puesto de merchandising y localizo mi asiento. ¡Coño, Vincent Clarke pinchará en un local de Madrid! Me asaltan las dudas, ¿habrá saludado a sus antiguos compañeros, acudirá a alguno de sus conciertos en la capital? Que nadie se equivoque, no tengo la extraña fantasía ni necesidad de verle sobre el escenario con ellos en "Just Can't Get Enough" (no tendría ningún sentido, sería absurdo y fuera de lugar) y tampoco tengo ganas de acudir a verle pinchar pero no deja de ser una agradable coincidencia.
A las nueve y media en punto se apagan las luces, suena la intro, salen al escenario y atacan "Welcome To My World", la pantalla (con formas geométricas como varias "deltas") proyecta el estribillo pintado a brochazos (como si un expresionista abstracto lo hubiese escrito mientras acometen las estrofas). El sonido es cristalino, a un volumen alto pero definido. "Welcome To My World" suena atronadora cuando comienza en su "in crescendo" y es perfecta como apertura de un concierto para presentar "Delta Machine", igual que "Angel" (qué inteligentes situando estas canciones en el inicio..) y es en ésta en donde confirmo mis sospechas: "Delta Machine" es un gran disco que crece con cada escucha y sus canciones funcionan en directo, me atrevería incluso a decir que funcionan mejor en directo que en estudio ya que pierden el envoltorio aséptico de la electrónica (que se me entienda bien, por favor) y ganan gracias a la mezcla entre las bases y la batería llenándose la contundencia propia del concierto. Primer golpe de efecto con la intensa "Walking In My Shoes" de "Songs of Faith and Devotion" (1993), una de mis canciones favoritas de todo su repertorio y una de ésas que, por mucho que haya escuchado en directo, nunca me cansaré de que la toquen (sí, claro que tengo otras que me gustaría ver en directo y que soy consciente que nunca más interpretarán por incluir estos clásicos pero es "Walking In My Shoes" es genial), además siempre que la escucho en directo me pregunto si Dave y Martin recordarán aquella temporada de excesos que pasaron en Madrid.
"Precious" es la representación de "Playing the Angel" (2005), habría disfrutado muchísimo más de "John The Revelator" o la brutal "Macro" pero, claro, "Precious" es una versión remozada de "Enjoy The Silence" y además suena estupenda en directo, un cruce entre el pasado y el presente de una banda como Depeche. "Black Celebration" pone de nuevo las cosas en su sitio y nos recuerda dónde estamos, clásico absoluto que sigue conservando toda su esencia y atractivo(¿alguien recuerda la versión que hacían durante la gira de "Exciter"?). "Should Be Higher" de "Delta Machine" hace aparición de manera espectacular gracias a las imágenes de las pantallas, saltan fuego y chispas mientras Gahan se balancea y canta intentando aupar más aún a las gradas y de vuelta a los Depeche más clásicos con "Policy Of Truth" y esa guitarra de Martin (¡qué sencilla y qué maravilla!).
Llega el momento de éste con "Slow", que tiñe de negro el recinto, y "But Not Tonight" que acaba con todo el público coreando. Siempre hay algo de especial en los momentos en los que Martin toma el protagonismo y es que pasamos de la electrónica a interpretaciones intimistas, más cercanas a otros géneros, que a un concierto de estadio. La voz de Martin transmite y su actitud, muy lejos de la de Gahan, es el complemento perfecto para, tan sólo acompañado de un piano, añadir emocionalidad, cuando el resto del grupo retoma el escenario la gente sigue coreando el final de "But Not Tonight", para enlazar con "Heaven" y un video "100% Corbijn/Depeche", el primer single de "Delta Machine" suena glorioso en directo y realmente disfruté de la interpretación y la alternancia de voces entre Gahan y Martin acompañados de las imágenes en las pantallas pero saben lo que busca la gente y por eso sueltan a a bocajarro un "Behind The Wheel" que sigue sonando espectacular y desoladora, oscura y magnética como cuando se publicó.
"A Pain That I'm Used To" (de nuevo de "Playing The Angel") coge dureza gracias a la guitarra y la versión remix de Jacques Lu Cont (parecido a lo que harán con "Halo" para replantearse los dos temas). "A Question Of Time" vuelve a poner las gradas de pie mientras Gahan gira sobre sí mismo como las agujas de un reloj y enlazan una recta final auténticamente de infarto con "Enjoy The Silence" en la que Dave deja al público que participe (echo de menos el clásico videoclip en las pantallas y no la perturbadora imagen de unas contorsionistas dibujando con su cuerpo el logo de "Delta Machine"), alargan el comienzo de "Personal Jesus" para terminar convirtiendo el recinto en una enorme misa góspel y Martin vuelve a quedarse solo para cantar "Shake The Disease" y hacerse acompañar por las palmas en el estribillo. Vuelven con "Halo" (versión goldfrappiana) y es el ejemplo de que un hit tan ochentero y petardo como "Just Can't Get Enough" puede llevarse a los escenarios una y otra vez con credibilidad y haciendo que todos se vuelvan locos pero todavía quedar irse a "Babilonia" con "I Feel You" en la que Dave demuestra que le queda garganta y resuello para, por lo menos, otras dos horas y acabar de rematarnos con "Never Let Me Down Again" y terminar la liturgia con los más devotos.
Salimos corriendo tras dos horas de concierto, sabiendo que acabamos de ver una de las mejores actuaciones de un año que no ha hecho más que comenzar, ya en el coche nos adelantan dos furgonetas con cristales tintados a toda velocidad, tras la primera duda nos damos cuenta de que son Depeche dirigiéndose a un céntrico y conocido hotel madrileño; siento el mismo impulso de hace muchos años de ir tras ellos y conseguir que me firmen de nuevo pero me detengo en el semáforo y mientras veo como se alejan, empieza a llover y pincho "Delta Machine" una vez más, ojalá Dave, Martin y Fletch vuelvan pronto, seguro que será igual de grande o más.
© 2014 Conde Draco
Foto de Dave por © 2014 Celine DM
Extraídas de Depeche Mode Full Picture de ambos conciertos