El nuevo disco de Paul McCartney empieza con un gran tema como "Save Us" y acaba con "Get Me Out Of Here", una cancioncilla acústica que lo cierra de manera sencilla y elegante (escondiendo un sentimental y duro "Scared") pero, entre medias, hay de todo; retazos de genialidad, evocadoras imágenes del pasado beatle ("Early Days"), honrosos homenajes ("New") y osados arreglos como en "Looking At Her" pasando por grandes momentos de rock moderado y pop de altura pero lo que ha llamado poderosamente la atención de los medios y la crítica en general es la famosa frase contenida en "Early Days", ¿qué tiene que demostrar McCartney a estas alturas? La losa beatle pesa demasiado para cualquiera y Macca la sobrelleva con maestría después de más de cuarenta años de carrera en solitario, ¿cuarenta años? Sí, porque el ex-beatle lleva más de una vida consagrado a su propia música y, aunque haya tenido los lógicos descalabros que toda larga trayectoria suele tener, sus aciertos compensan con creces esos momentos.
Así, los últimos discos de Paul (como nos gusta llamarle aquellos que le sentimos más cercano) son auténticamente sobresalientes, desde que comenzase mileno con "Driving Rain" (2001), continuase por esa senda oscureciendo los colores de su paleta gracias a Nigel Goldrich en "Chaos And Creation In The Backyard" (2005) y se volviese más sintético en "Memory Almost Full" (2007) porque "Kisses On The Bottom" (2012) estamos todos de acuerdo en que fue un entretenimiento, una golosina más orientada a su propia satisfacción que a la de un público sediento de nuevo material, por un lado, y una crítica ansiosa por hincarle el colmillo y hacer sangre con el nuevo disco de Paul. Para dejar las cosas claras, en menos de un año, publica este "New" en el que, tras dudar acerca del productor, el beatle se decanta por trabajar con -nada más y nada menos- cuatro productores: Mark Ronson, Ethan Johns, Paul Epworth y Giles Martin (hijo de George Martin) y el resultado, aunque podría haber acabado siendo un collage caótico, adquiere forma y se ve enriquecido porque, careciendo de unidad en sus composiciones y arreglos, posee una multidimensionalidad inusual (y siento utilizar una palabra así pero es lo que me hace sentir cada uno de los cortes de "New")
Con una portada maravillosa e icónica, basada en el trabajo de Dan Flavin, el primer adelanto de "New" se presentó en iTunes y pronto causó revuelo. Gran canción, acelerada, melódica y con un envoltorio sintético, plástico e inevitablemente moderno (nos recuerda al tipo de sonido alcanzado en "Memory Almost Full" pero más comprimido) y Paul, con setenta años, dando conciertos para presentarlo, respondiendo a todos sus fans a través de Twitter, concediendo decenas de entrevistas… ¿Sabéis? No sé dónde estaré con setenta años pero estoy seguro de que no tendré la energía, ni transmitiré la misma vitalidad y buen rollo del que Paul es capaz. Volviendo a "New", la canción, el puente es brillante con un increscendo auténticamente escandaloso que nos lleva a agitar nuestra imaginaria "melena beatle" y los coros en el estribillo elevan la canción a modo de góspel. ¡Genial!
Para "Alligator", Paul comienza con un "ok" que nos hace sentir que estamos en pleno ensayo y de nuevo el puente (pero ésta vez de camino al estribillo) es de órdago cuando canta; "Everybody else busy doing better than me And I can see why it is They've got someone setting them free, someone breaking the chains, someone letting them be" uno siente que la canción es enorme en sí misma. En "On My Way To Work" rememora su pasado antes de llegar a ser famoso y dedicarse por entero a la música en un medio tiempo acústico magnífico.
Y llegamos a "Queenie Eye", uno de los singles, promocionado con un curioso video en el cual Paul baja a ensayar y tocar la canción, a solas en su piano, cuando en la sala comienzan a aparece rostros conocidos como el mismísimo Johnny Depp o Meryl Streep, Jude Law, Kate Moss, Sean Penn, Alice Eve, Kate Moss y Jeremy Irons. No es un video magnífico (como a los que nos tiene acostumbrados) pero sí entronca con los realizados en su última época en los cuales tan sólo basta él y su estudio para representar sus canciones. "Queenie Eye" es pop fácil, en el mejor de los sentidos, ¿quién es capaz de hacer estas canciones cuando ya no esté Paul entre nosotros? Parece fácil pero no lo es, hay que tener esa chispa.
Con "Early Days" llega la polémica, con la dichosa frase: "Now everybody seems to have there own opinion Who did this and who did that But as for me I don't see how the can remember When they weren't where it was at" Pero es cierto, después de décadas de aguantar reproches por parte de la prensa y estúpidas teorías como; "el cerebro de los beatles era John, era el Rock, John hizo esto y aquello", Paul -con mucha elegancia- se despacha diciendo: ¿Cómo es posible que digan quién hizo una cosa u otra si ninguno de ellos estuvo allí? Y es verdad, muchos de los críticos que actualmente osan a criticar al beatle, no tienen más de cuarenta años y ni siquiera estaban en este mundo cuando Paul y John habían dado por zanjada la historia de su propio grupo. ¿Qué coño sabrán ellos? Pero ni siquiera los que comparten edad con Paul y John estuvieron con ellos componiendo, no saben qué frase es de uno y cual del otro... "Early Days" es acústica y evocadora, bonita y sencilla, sin más arreglos que Paul y su acústica, recordándonos lo bien que funciona esa fórmula y alcanzando la emoción con sólo esos poquitos ingredientes.
"New" fue saludada como la nueva "Penny Lane", sólo por su compás y es cierto que las palmas y los arreglos la acercan al tema original pero, si es un homenaje, es una maravilla. "Appreciate" funciona bien como "chill out", es la típica jam a la que a veces nos ha acostumbrado Macca en sus conciertos (como aquel último que dio en Madrid) y sirve para relajarnos hasta "Everybody Out There" (que podría haber estado en el magnífico "Flaming Pie" de 1997), de ella se puede resaltar su energía gracias a sus coros y sus estupendas acústicas. En "Hosana" se abandona en la melancolía, más cercano a la languidez de Radiohead o Coldplay que del resto de material que compone "New", bonita y relajada pero quizá rompe el ritmo de la segunda cara del disco.
"I Can Bet" podría ser de Franz Ferdinand (cuando tenían gracia e inspiración, claro) con un estribillo pegadizo, un medio tiempo de Rock con acústicas y en "Looking At Her" llegamos al clímax de "New", con estrofas minimalistas que se encrespan según se acercan al estribillo coronado por un sintetizador tras ése "I'm losing my mind…", una delicia que puede servir de ejemplo lo que es el nuevo disco de Paul. Pero todavía queda "Road", una carrera llena de emoción y sentimiento hasta "Turned Out" (puro Macca al 100%) con sus eléctricas y falsete incluído, "Get Me Out Of Here" que suena como un blues de hace sesenta años o la desoladora "Scared" para cerrar un disco lleno de matices, recovecos, bocetos, ideas, canciones redondas y melodías que te acompañan allá donde quiera que vas. ¿Quién da más por tan poco? Paul no es grande, es enorme y, por suerte, sigue componiendo para nosotros, qué maravilla...
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