SETLIST: Cactus/ The Holiday Song/ Nimrod's Son/ Indie Cindy/ Vamos/ Here Comes Your Man/ La La Love You/ Subbacultcha/ Distance Equals Rate Times Time/ Another Toe in the Ocean/ Levitate Me/ Mr. Grieves/ Something Against You/ Is She Weird/ What Goes Boom/ Crackity Jones/ Isla de Encanta/ Tony's Theme/ U-Mass/ Velouria/ Havalina/ Bone Machine/ I've Been Tired/ Bagboy/ In Heaven (Lady in the Radiator Song)/ Andro Queen/ Where Is My Mind?/ Caribou/ Hey/ Gouge Away/ Planet of Sound/
Los Pixies llegaban a Madrid tras haber vendido en pocas horas todas las entradas de dos días consecutivos y es que, desde su desaparición, y la posterior explosión del Rock Alternativo, el grupo de Boston se erigió como "banda de culto" y referencia para aquellas emergentes en los noventa y todo un descubrimiento para Bowie y U2 poco antes de separarse en 1993. Tengo treinta y pico años, viví los noventa y crecí con los discos de Sebadoh, Nirvana, Melvins y, claro, Pixies pero, aunque reconozco su talento y me encantan sus canciones (de lo contrario no tendría sentido haber asistido a este concierto y dedicarle unas líneas), nunca entenderé los exagerados elogios a sus discos. Aunque extraigo grandes momentos de cada uno de ellos (y tengo grandes favoritos como "Dolittle" o "Trompe Le Monde" e incluso el "Come On Pilgrim" en el vinilo original) creo que a la crítica en general se le va de las manos las comparaciones de Black y los suyos con los Beatles o la trascendencia de su propuesta comparándola con Bowie porque en directo, muy a mi pesar, ocurre como en sus canciones (de estrofas calmadas y explosivos estribillos) y es que en un concierto de los Pixies hay verdaderos estallidos de euforia mezclados con momentos planos y farragosos en los que se alterna lo sublime y el tedio más absoluto. Por mucho que me gusten, seamos objetivos; cuatro discos a una media de tres minutos por canción, ¿de verdad creemos que hay en la faz de la tierra un grupo que, con ese repertorio, sea capaz de tocar una treintena de canciones en una hora y media sin que su concierto no se vea resentido? La primera la noche en La Riviera de Madrid, orbitó entre grandes canciones y canciones medianas, en una reunión sin Kim Deal y no, no tocaron "Debaser".
Llegar a la sala era como estar de vuelta en el instituto, con un público mayoritariamente treintañero, camisetas de Sonic Youth, Pixies o Nirvana y ganas de recuperar el tiempo perdido en poco más de hora y media, tres notas y la desquiciada voz de Black. Se apagan las luces, tan sólo resplandece el puesto de merchandising repleto de camisetas y recuerdos del grupo, el rumor y los silbidos llenan el ambiente con las ganas de un público que, ante el imprevisible presente y futuro del grupo, se derrite literalmente por verles. Salta Frank al escenario armado con una guitarra acústica y Joey Santiago con una Les Paul, comienza el espectáculo con "Cactus", "Nimrod's Song" o "Indie Cindy", se corean sus estribillos, las avalanchas de gente empujan las primeras filas y se desquician en "Vamos" para estallar de euforia en "Here Comes Your Man", para continuar con "Subbacultcha", "La La Love You" o una de mis favoritas, "Mr. Grieves".
Me resulta irónico haber salido, bailado, bebido y charlado con mis amigos mientras en los bares sonaban estas canciones y corría el año 95 pero lo que de verdad me sorprende es que lo que en aquellos años me parecía glorioso, con el paso del tiempo sus canciones han perdida cierta frescura y ahora me sorprende lo decepcionante que me resulta en directo Joey Santiago: no me gusta su forma de atacar las canciones, ni como suena su guitarra, ni lo alto de su volumen en los supuestos solos del grupo o los chirriantes acoples que nos regala un grupo tan alejado del "noise rock" como son los Pixies. La interacción de Black con su público es mínima, inexistente y, personalmente, echo de menos a Deal y la presencia de Kim Shattuck no me aporta nada con lo que me limito a disfrutar de Black Francis.
"Crackity Jones" y a disfrutar con la festiva "Isla de Encanta", "Velouria" nos quita las penas para perder fuelle con "In Heaven" (que me hace recordar el universo de Lynch) y tras "Andro Queen" y haber bajado considerablemente el nivel del concierto, Francis arranca de su acústica el rasgueo de la ya eterna "Where is my Mind?" que arranca de cuajo el techo de La Riviera aún sonando infinitamente más lenta que la original, a un tempo diferente.Se retiran antes de afrontar los bises, la espera se hace demasiado larga, todos esperamos "Debaser" o "Monkey Gone To Heaven" pero no, la elegida es "Caribou" con su estribillo lleno de calma, surf y rock, "Gouge Away" y acaban con "Planet Of Sound", Francis se despide de manera parca con la mano, como si le costase un esfuerzo, esboza una sonrisa en la que parece morderse los labios y con rictus serio abandona el escenario. ¿Esto es todo? Con todo mi respeto por los buenos ratos escuchando su música pero benditos los Smiths que no vuelven ni por todo el oro del mundo...