Cuanto más pasa el tiempo más nos vamos dando cuenta de lo enormes que llegan a ser algunos discos y sobre todo algunas bandas. In Flames han sido una banda muy grande y aún siguen siéndolo, decir lo contrario no sería honesto por nuestra parte ni justo hacia uno de los combos más impresionantes que ha dado el metal nórdico (y no es que por allí estén precisamente cojos ni faltos de buenas bandas). Los que les seguimos de hace años sabemos y no podemos negar que a partir de "Reroute To Remain" la banda hizo un giro importante en su estilo y en sus composiciones, y aún alejándose a una distancia considerable del death metal primario de sus cinco primeros discos, siguen haciendo cosas buenas, siguen gestando buenos trabajos (el propio "Reroute To Remain" o el fantástico "Come Clarity" son un ejemplo de ello). A estas alturas de la película por suerte o por desgracia In Flames no tienen que demostrar nada a nadie, ya lo hicieron hace mucho tiempo y ahora pueden permitirse hacer lo que les gusta y lo que realmente les da la gana; a ver quién tiene los huevos de toser y mucho menos de exigir nada a una banda que te hace de una sentada discos como "The Jester Race", "Whoracle", "Colony" y "Clayman"...
Muy pocas bandas son capaces de hacer un disco bueno, mucho menos hacer cuatro y menos aún hacerlos seguidos. Puedo llegar a entender que los seguidores más clasicistas se sientan "estafados" o "engañados" por los nuevos In Flames, ya que el giro que experimentaron con la llegada del nuevo milenio (ojo, en "Clayman" ya se veían ciertos coqueteos con sonidos alternativos) no era apto para los heavys más auténticos...pero lo que no puedo compartir de ninguna manera son las críticas infundadas hacia un grupo que lo da todo en cada disco y en cada concierto, que se deja la piel y que siempre sabe estar a la altura; no nos pongamos una venda en los ojos, todos sabemos que si hablamos de In Flames estamos hablando de los auténticos "inventores" del sonido Goteborg, junto con bandas como At The Gates o Dark Tranquillity. Salvando las distancias alguno pueden ver en la carrera de In Flames cierta similitud con la de Metallica, pero para mí no hay comparación entre la mierda que significó el "St Anger" o el "Reload" frente a los grandes temas que se pueden encontrar en "Come Clarity" o en el genuino "A Sense Of Purpose" (sé que es uno de los discos más odiados). Pero en fin, ya sabemos que para gustos están los colores; a nosotros In Flames nos encantan, tanto ahora como antes. Somos conscientes que su mejores discos son los pertenecientes a la década de los 90, pero aún así y tras discos como "Soundtrack To Your Escape" o "Sounds Of A Playground Fading" nosotros seguimos jurando amor eterno a una banda que siempre sabe saca nuestra carita sonriente cuando uno de sus temas llega a nuestros oídos.
"Colony" era un disco importante en la carrera de In Flames, daros cuenta que los suecos venían de dar un paso muy importante tras la edición de "Whoracle" y su fichaje por Nuclear Blast. Estaban en la línea ascendiente y no podían permitirse dar un paso a atrás ni desperdiciar la oportunidad que se les había abierto; así que agarrando el toro por los cuernos tocaba subir un peldañito más. Y vaya si lo hicieron, si "Whoracle" era una obra maestra del death metal melódico, "Colony" no se queda atrás, siguiendo el arquetipo y las directrices marcadas por su antecesor y dotándole aún más (si cabe) de la oscuridad y tenebrismo tan característico de los tres primeros discos de la banda. También resultaba curioso volver a ver en la ilustración su mítica "estrella" que ya aparecía en la cover de "The Jester Race" y que posteriormente también situarían en la portada del mítico "Clayman"; la verdad que todavía no entiendo muy bien por qué se la saltaron en "Whoracle" y por el contrario sí que la pusieron en el infecto "The Tokyo Showdown".
¿Quién no recuerda la primera vez que escuchó "Embody The Invisible"? Joder, qué puto temazo, no podemos elegir otro nombre u otro calificativo para describir una de las canciones más gloriosas y más épicas con las que cuenta este magnífico combo de músicos. Aún recuerdo (aunque no con poca pena por su sonido ratonero) el mítico comienzo de "The Tokyo Showdown" con las tres primeras canciones de sus sendos discos estrellas; "Bullet Ride" ("Clayman"), "Embody The Envisible" ("Colony") y "Jotun" ("Whoracle"); evidentemente todo ello sin desmerecer a "The Jester Race", sin lugar a duda otro de los grandes dentro de su carrera y como no otro de sus "discos estrella". "Ordinary Story" es tan lúgubre y tétrica como una noche en el castillo de Drácula, un tema donde la clásica y demente figura de Friden se vuelve tranquila y sosegada, entonando en un ritmo pausado y despiadado al mismo tiempo. En su momento se convirtió en uno de los singles del disco y con el paso del tiempo en todo un himno.
"Scorn" es pura dinamita, dinámica y directa, con el típico sonido melódico marca de la casa que le convierten en un tema accesible y asequible para todo amante del buen rock. "Colony" sigue agrandando aún más la capacidad compositiva del grupo creando una auténtica obra maestra que no puede pasar desapercibida para nadie que sienta pasión por el death metal. Me encanta la labor de un joven Svensson a la batería que desde entonces y hasta la actualidad ocupa la labor de batería, relegando al bueno de Bjorn a la guitarra (que pienso es lo que mejor se le da). Aunque si me tengo que quedar con un guitarrista, ése es sin duda Jesper; el mago de las seis cuerdas se sale de madre y de padre en "Zombie Inc.", personalmente una de mis canciones favoritas de "Colony". En ella somos partícipes del fantástico jugueteo de riffs que se marca el amigo Stromblad y que sólo es apto para los hachas más grandes. Con "Coerced Coexistence" sacan a relucir los estribillos más melódicos y pegajosos de "Colony" a la vez que con "Resin" experimentan nuevos sonidos y nuevas sensaciones en un tema que está a medio camino entre la "old school" (sobre todo por el tono de la voz de Friden) y la nueva sangre de la banda. Al igual que sucediera en la versión deluxe de "Whoracle" (2005) incluyendo el tema "Clad In Shadows´99" de su primer álbum ("Lunar Strain") aquí deciden repetir la operación con un tema de su debut, en este caso el afortunado es "Behind The Space", toda una maravilla que por mucho que hayan pasado los años sigue sonando a gloria bendita; como su suele decir en estos casos estamos ante una de esas piezas que se convierten por derecho propio en eternas e inmortales.
En "Colony" al igual que sucediera en sus discos anteriores los temas instrumentales se cuentan por pares, en este caso eligen la tranquila y acústica "Pallar Anders Visa" para finalizar la soberbia primera parte del disco y "Man Made God" para dar el punto y final a uno de los discos más gloriosos de la década de los 90. Quién dijo que los 90 no fueron buenos.
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