SETLIST: Sons of Northern Darkness/ The Rise of Darkness/ Unsilent Storms in the North Abyss/ Norden on Fire/ In My Kingdom Cold / Tyrants/ Throned by Blackstorms/ All Shall Fall/ Withstand the Fall of Time/ One by One/
Que la actuación de Immortal coincida con los últimos coletazos del concierto de unos Kiss aparentemente poco entregados, con un sonido un tanto irregular y un Paul Stanley totalmente emborrachado de sí mismo, y desbocado en su propia representación de Paul Stanley, rompiendo constantemente el ritmo de la actuación es poco menos que dramático. Amo a Kiss y sé de sus defectos tanto como de sus miles de virtudes en directo pero aquella noche de Sábado en Clisson no fue la suya y, si ya antes me moría de ganas por ver a Immortal, la actitud del cabeza de cartel me hizo abandonar sin duda alguna el escenario principal para dirigirme a la carpa que albergaba “The Altar” y “The Temple”, dos de los escenarios más extremos del festival. “The Temple” precisamente fue en el que se celebraron la gran mayoría de conciertos pertenecientes al Black Metal y una estrella de cinco puntas coronando el emparrillado de luces daba buena fe de ello. Para cuando llegué al escenario, aún sonaba tras de mí la guitarra de Thayer y empezaba a percibir el gélido ambiente que se respiraba en “The Temple”. Y digo gélido no precisamente por la temperatura a esas horas de la noche o la, "no precisamente tibia", respuesta de las miles de personas que alrededor de la carpa se situaron -literalmente apiñándose por ver a Abbath y compañía- sino por el logo del grupo tras la batería, las azuladas luces y ligeras trazas de humo (o niebla, ¿quién sabe?) trayendo consigo al Hellfest un pedacito del reino de Blashyrkh.
Pero es que ver a Immortal en el actual estado de gracia en el que está el grupo con Abbath, Apollyon y Horgh no es algo que se pueda presenciar todos los días. Desde su retorno, Immortal se han convertido en una apuesta sobre seguro en directo y en estudio, no me refiero a que antes no lo fuesen sino que presenciar un concierto del grupo en este momento es un lujo y tampoco me limito a su última entrega de estudio, el magistral “All Shall Fall” (2009), por el cual sentimos debilidad en nuestra redacción sino de una carrera que, conforme van cayendo los años, parece inmortal como el mismo grupo e incluso un álbum como “Blizzard Beasts” (1997) entra de maravilla y ha envejecido mejor, como el buen vino.
Con el DVD de su actuación en Wacken aún fresco en la memoria, Abbath, Apollyon y Horgh pisan el escenario y siento que estoy en el lugar apropiado, que esa noche Kiss no reinaría por encima de Immortal y que todas esas decenas de miles de personas que han acudido a ver a Simmons y Stanley deberían estar frente a Abbath para entender que esa noche es suya y solamente suya.
¿Pero cómo no disfrutar una actuación que comienza con “Sons Of Northern Darkness” y ese comienzo de Gorgh a la batería? Abbath está entregado desde el principio, su voz raspa como una navaja y Gorgh hace una auténtica exhibición de velocidad y contundencia tras los parches mientras el entrañable Apollyon hace retumbar con los graves de su bajo toda la estructura del escenario. La rapidez del tema es extrema, incluso más que en el disco. Más frío y llega “The Rise Of Darkness” de "All Shall Fall" para dejarnos petrificados con esas guitarras que suenan épicas en mitad de la campiña francesa, la rapidez y el ruidismo se dan de la mano en "Unsilent Storms in the North Abyss" que suena como un conjuro mientras "Norden on Fire" nos da una pequeña tregua hasta que las guitarras se abren paso como cuchillas en el hielo.
“My Kingdom Cold” con una de las melodía más espídicas de Immortal tras la tormenta de Gorgh y la guitarra de Abbath nos deja en estado de shock. Hablar de “belleza” en la extrema propuesta de la música de los noruegos puede sonar exagerado pero es que, a pesar de la rapidez, la fuerza y la brutalidad de ésta, la gran baza del grupo es el lirismo de unas canciones que, sin perder un ápice de contundencia, son una maravilla en sí mismas.
“My Kingdom Cold” con una de las melodía más espídicas de Immortal tras la tormenta de Gorgh y la guitarra de Abbath nos deja en estado de shock. Hablar de “belleza” en la extrema propuesta de la música de los noruegos puede sonar exagerado pero es que, a pesar de la rapidez, la fuerza y la brutalidad de ésta, la gran baza del grupo es el lirismo de unas canciones que, sin perder un ápice de contundencia, son una maravilla en sí mismas.
“Tyrants” y su guitarra es muestra de ello (con un riff que bebe del Rock más clásico), como la salvaje “Throned By Blackstorms” y su incansable y frenético ritmo, Abbath y Apollyon ya han entrado en calor (como si les hubiese hecho falta) y manejan el concierto a su antojo. La pista se convierte en una avalancha perpetua mientras otros permanecen pasmados ante lo que están contemplando, “All Shall Fall” cae como una losa, rápida y cortante, mientras el frío de Blashyrkh llega a nosotros (es una de mis canciones favoritas, todo un himno en directo) y rematan la jugada con la oscurísima "One by One". Diez canciones, tan sólo diez canciones para barrer a muchos de sus compañeros de festival. Immortal no son grandes, son enormes; inmortales.
© 2013 Conde Draco