Ghost saben lo que se hacen y no creo que sea el primer sorprendido al pinchar este "Infestissumam" y comprobar que suena radiante y espectacular. Puede que la ayuda de Nick Raskulinecz haya sido esencial para que este disco suene así pero no debemos restarle mérito a la banda, al fin y al cabo, ninguno de los miembros de Ghost son advenedizos sino que, aunque no sepamos a ciencia cierta todavía quiénes son (pero tengamos nuestras sospechas), a pesar de su juventud todos pertenecen o han pertenecido a otras formaciones y saben perfectamente lo que la gente espera de Ghost; Rock setentero con influencias del mejor Shock Rock de hace tres décadas, atmósferas siniestras, guitarras en crudo, un órgano que ha viajado en el tiempo y geniales melodías vocales. Aquellos que no disfruten de Alice Cooper, Black Sabbath, Blue Öyster Cult, Abba o The Doors y esperen voces guturales y doble bombo, que se vayan pensando entrar en el universo de los suecos porque nunca serán de su gusto. Pero lo que sí ha quedado claro es que Ghost cuenta con una gran legión de seguidores entre los que se encuentran caras tan famosas como James Hetfield, Phil Anselmo, Mastodon, los mismísimos Slayer y el pesado de Dave Grohl. ¿Por algo será, no? Y es que sólo aquí en Europa somos capaces de verles como a Spinal Tap y eso es en gran medida por nuestra falta de humor y visión; somos incapaces de ver el Rock como un entretenimiento y disfrutar de la puesta en escena de Ghost sin que nos suponga un trauma comprobar que el Papa Emeritus II no viene del ultramundo y los Nameless Ghouls tendrán hijos e hipoteca como si otros artistas con menos querencia y cuidado por la estética fuesen más auténticos y nos resultasen más cercanos.
La sorpresa fue aún mayor cuando nos encontramos con "I'm a Marionette" de ABBA con Dave Grohl en la batería. Sé que es una opinión muy personal pero Grohl ha dejado de caerme simpático para hartarme. Particularmente, he pasado de sujetarle haciendo "body surfing"a aborrecerle en directo y sentir un profundo rechazo ante su incontinencia e incapacidad para generar noticias, titulares y discos cada día de nuestras vidas. "Sound City" es un gran documental a pesar de las limitaciones de Grohl como director (y el disco es más que notable) pero él se me atraganta. A pesar de todo ello, "I'm a Marionette" suena bien y la contundencia de Dave a los parches sigue siendo digna de elogio (no hablaremos de la producción porque tampoco creo que sea digna de mención, a diferencia de lo que se puede escuchar en el resto de "Infestissumam"). Ghost lo había logrado de nuevo, sorprendía a su público (igual que lo hizo cuando grabo "Here Comes The Sun" de los Beatles) y preparaba el terreno para "Secular Haze".
Una actuación en la televisión salida de otro tiempo, la primera vez que vi el video de "Secular Haze" me sentí como un niño porque el ambiente, la puesta en escena, el color, la textura, los movimientos de cámara y el humo eran de otro tiempo. Ghost estaba calculándolo todo a la milésima y lo siento de verdad por todos esos metalheads que son incapaces de disfrutarlo. Si has leído la "Broma Asesina" de Alan Moore o has visto al Jim Rose Circus en directo, sabrás identificar el órgano con el que "Secular Haze" se abre. Las guitarras se arrancan y frenan, el ritmo de la batería es un vals enloquecido que tan sólo sirve para que el Papa Emeritus II (porque en Ghost también ha habido cambio de Papa y ahora ya van por el segundo) despliegue su voz, angelical y perversa cuando recita el nombre de la canción.
Pero la gran sorpresa vino cuando llegó a nuestras manos "Infestissumam" y su canción homónima (cuyo título traducido del latín significa, "Hostil") nos noqueó con esos coros y ese ritmo, esas guitarras que rozan lo épico y llevan la música de Ghost a otro nivel (y aquí es cuando se nota la mano de Nick Raskulinecz). Digna de ser escuchada a todo el volumen que uno pueda, una maravilla que enlaza con "Per Aspera Ad Inferi" para, ahora sí, abrir el disco con una de esas canciones que son especialidad en Ghost, con un estribillo pegadizo pero digno, sin caer en lo fácil.
Pero si hablamos de un buen tema, uno de esos que se te pegan, estamos hablando, sin duda, de "Jigolo Har Megiddo", puro Rock fusionado con Pop de calidad y unas guitarras que son maravillosas. He oído muchas críticas hacia la voz de Emeritus, muchos dicen que su imagen no encaja con su voz, que una más gutural sería más idónea. No hace falta que les recuerde a todos esos que Emeritus ya hizo alarde de su versatilidad en los cambios de registro en su primer "Opus Eponymus" (2010) y que a la música de Ghost le viene mejor una voz melódica a una más bruta.
"Ghuleh" rompe el disco en dos y acaba la primera cara con un relato fantasmal muy apropiado mientras que con "Zombie Queen" podemos pisar el acelerador a tope con una canción al más puro estilo años cincuenta con un trémolo fantástico que pronto se vuelve igual de evocadora que el resto. "Year Zero" comienza coral para convertirse en todo un himno sacro en el que Emeritus es arropado por unos coros litúrgicos que la engrandecen. "Body And Blood" nos devuelve a los Ghost de "Ritual" pero más lentos, más pausados. La más floja de esta segunda parte puede ser "Idolatrine" pero "Depth Of Satan's Eyes" vuelve a colocar las cosas en su sitio gracias un buen riff de un Nameless Ghoul antes del fin de ceremonia magistral que es "Monstrance Clock"que acaba este "Infestissumam" como empezó, por la puerta grande.
Con singles menos claros que "Opus Eponymous" pero con mayor unidad, el nuevo disco de los suecos nos hará disfrutar y viajar en el tiempo como ningún otro y, no saber quiénes son o divertirse con sus disfraces y su diferente puesta en escena está en nuestra mano. Un segundo disco que deja claro que, si ellos quieren darle continuidad, hay Ghost para rato...
"Ghuleh" rompe el disco en dos y acaba la primera cara con un relato fantasmal muy apropiado mientras que con "Zombie Queen" podemos pisar el acelerador a tope con una canción al más puro estilo años cincuenta con un trémolo fantástico que pronto se vuelve igual de evocadora que el resto. "Year Zero" comienza coral para convertirse en todo un himno sacro en el que Emeritus es arropado por unos coros litúrgicos que la engrandecen. "Body And Blood" nos devuelve a los Ghost de "Ritual" pero más lentos, más pausados. La más floja de esta segunda parte puede ser "Idolatrine" pero "Depth Of Satan's Eyes" vuelve a colocar las cosas en su sitio gracias un buen riff de un Nameless Ghoul antes del fin de ceremonia magistral que es "Monstrance Clock"que acaba este "Infestissumam" como empezó, por la puerta grande.
Con singles menos claros que "Opus Eponymous" pero con mayor unidad, el nuevo disco de los suecos nos hará disfrutar y viajar en el tiempo como ningún otro y, no saber quiénes son o divertirse con sus disfraces y su diferente puesta en escena está en nuestra mano. Un segundo disco que deja claro que, si ellos quieren darle continuidad, hay Ghost para rato...
© 2013 Jack Ermeister