Rescato este "Journal For Plague Lovers" del 2009, quizá uno de los grandes discos de aquel año y uno de los mejores de Manic Street Preachers porque es un grupo al que nunca se le ha valorado como se debe. ¿A quién cojones le importa Richey James Edwards? Su oportuna desaparición puso en jaque a James Dean, Nicky Wire y Sean Moore que, no sólo revitalizaron su propia música haciéndola más madura y dotándola de infinitos matices y un tinte épico como pocos, sino que, artísticamente hablando, enterraron a Richey y, mientras la leyenda de éste lógicamente crecía alimentada por el morbo y el misterio, James cantaba con una garganta de oro y Nicky se sentaba a escribir algunas de las mejores letras del grupo, no tan errantes y anárquicas como las del Richey pero más certeras que todas las suyas juntas. ¿Pero a quién cojones le importa Richey James Edwards? En efecto, a nadie. Richey era el típico caso de artista atormentado (más esteta que músico), depresivo hasta la médula y rozando la hilaridad punky aliñada con el encanto glam/alternativo de primeros de los noventa, obsesionado con algunas figuras culturalmente relevantes y desmedido en sus letras, con poco peso como músico pero mucho como líder. Pasado el tiempo uno se da cuenta que escribirse en el brazo con una cuchilla ante el atónito periodista que le acaba de preguntar es una soberana gilipollez y que, fuese lo que fuese lo que le ocurriese aquel lluvioso 1 de Noviembre de 1995, poco importa porque nos trajo a los mejores Manics, a aquellos que parecían acorralados tras "The Holy Bible" (1994) y que, sin su supuesto líder ideológico, se sacaron de la chistera dos discos de auténtico escándalo como "Everything Must Go" (1996) y "This Is My Truth Tell Me Yours" (1998). Los más auténticos les llamaban vendidos, ¿pero acaso un tema como "La Tristesse Durera (Scream to a Sigh)" no estaba escrito para reventar las listas? ¿Qué importa que un chico desaparezca de la faz de la tierra? ¿Acaso muchos no lo hemos deseado algún que otro día? ¿Qué más da la muerte o un apropiado "mutis por el foro" cuando ambas opciones son pretendidas?
¿Por qué recuperar a Richey? Muy sencillo, aunque desaparecido en 1995, fue declarado oficialmente muerto en el 2008 y sus compañeros no tuvieron otra forma de rendirle homenaje (y mejor forma que exorcizar su presencia y así quizá cerrar el círculo) que rescatando algunos escritos suyos. A la vista del resultado, aunque contienen retazos de brillantez y los típicos elementos de los primeros Manics, parece que el desaparecido de Richey dejase un cuaderno plagado de erráticas frases, poemas o intentos de canciones que sus compañeros han intentado dotar de coherencia, sin duda dejan entrever inteligencia y una inusitada inspiración para plagar de violencia lo cotidiano pero éstas podrían haber tocado la fibra sensible de los adolescentes que éramos cuando escuchábamos a los Manic de "The Holy Bible" no ahora. Aún con todo el resultado es auténtica y jodidamente brillante, no por el desaparecido sino por el esfuerzo de los tres que quedan.
Pero, independientemente del morbo de conocer los textos inéditos de Richey, saber cómo Nicky, Sean y James les han hecho o no justicia, saber si los Manics seguían vivos tras el pequeño fiasco que supuso "Lifeblood" (2004) y confirmar que "Send Away the Tigers" (2007) no era un espejismo sino el comienzo del resurgir de los de Gales. La portada de Jenny Saville les hacía desaparecer de los estantes de las principales cadenas de distribución inglesas que la consideraban perturbadora y desagradable cuando no capaz de alterar la conducta o incitar y perturbar a aquellos que la contemplasen. No es más que la cruda continuación estética de "The Holy Bible" y una de las más impactantes de la década, sencilla pero directa. James Dean Bradfield se defendía con ironía esgrimiendo que era normal que desagradase a todos aquellos que no estuviesen familiarizados con las pinturas de Saville con esos detalles ocres, marrones y rojizos. No nos engañes, amigo James, el chaval de la portada parece lo que es, un infante con la boca partida.
“You know so little about me. What if I turned into a werewolf or something?” dice Christian Bale (Sabéis muy poco de mí, ¿qué pasaría si me convirtiese en un hombre lobo o algo parecido?) y los Manic se convierten en todo un monstruo de rabia, desesperación y angustia en el que el bajo de Nicky suena como hacía décadas que no sonaba, con la misma distensión pantanosa y underground de Novoselic (Nicky y Krist comparten poca pericia musical pero también gran expresividad). ¿Por qué esa rabia, de dónde sale? ¿Es culpa de los textos de Richey o del gran Steve Albini? "Peeled Apples" desborda con un Sean verdaderamente colosal y la guitarra de James echando chispas hacia el infierno con un estribillo de los que hacen historia; "A series of images, against you and me. Trespass your torment if you are what you want to be" Que muchos años después, un hastiado treintañero como yo tenga ganas de colgarse su guitarra y tocar "Peeled Apples" ya es suficiente para avalar un disco que llega con retraso pero en el momento adecuado, valga la paradoja. Y sí, me puse a acompañar a los Manic con mi guitarra, me lo pedía el cuerpo.
La culpa es de Sean, de James y el puñetero Albini, ese geniecillo cabrón que prefiere autodenominarse ingeniero a productor, aquel "Rapeman" que ayudó a Cobain a completar su testamento y ahogó al niño de la portada del Nevermind en el fondo de la piscina junto con todos sus fans. El sonido de "Journal For Plague Lovers" te invita a la misma habitación que los Manic Street Preachers y convierte a todos los instrumentos en un solo, dota a las guitarras de chirriante mala leche e inyecta juventud y todo el nihilismo pop de sus primeros discos.
Pero no le quitemos todo el mérito a Richey porque la letra de "Jackie Collins Existential Question Time" es una bomba de relojería; "Tonight we beg. Tonight we beg the question; If a married man, a married man fucks a Catholic And his wife dies without knowing Does it make him unfaithful people? y un estribillo de leyenda que se rompe en pedazos como un cristal con la voz de James; "Oh mummy, what's a sex pistol? A situation with his sister who is outta control, It separates us with questions in our home"
La irónica y a ratos descacharrante "Me and Stephen Hawking" se reviste de sonido noventero actualizado con unas guitarras cortantes y unos efectos para los que hay que tener mucha clase si uno no quiere sonar hortera y desfasado. Otro acierto, sobresaliente. "This Joke Sport Severed" es la balada que da tregua a esta primera cara, una delicia con gran estilo sino fuera porque comparte minutaje con "Facing Page: Top Left", una obra de arte en apenas tres minutos en la que los Manic comprimen todo lo mejor de su universo, es perfecta, sólo perfecta. Pero no, no nos hemos olvidado de "Journal for Plague Lovers" (en la que se evidencia una vez más la cantidad de robos perpetrados por Dave Grohl a los galeses) y la explícita "She Bathed Herself In A Bath Of Bleach" en la que consiguen sonar como si tuviesen veinte años y fuesen otro grupo. ¿El de Richey?
Por si no teníamos poco, "Marlon J.D." confirma que no tienen miedo a cambiar de registro con un tema enorme y de nuevo unas guitarras francamente estupendas y es que James cuida hasta el último detalle con un arsenal realmente apabullante. La exageradamente dramática "Doors Closing Slowly" es otro certero disparo a nuestra sensibilidad mientras que "All Is Vanity" se adentra poco a poco en nuestro subconsciente y de vuelta a la crudeza con "Pretension/Repulsion" cuyos violentos golpes de timón nos acompañan a "Virginia State Epileptic Colony", un caramelo envenenado en un envoltorio radiante pero que al llegar "William's Last Words" (con Nicky cantando de resaca) y "Bag Lady" no engañan a nadie. ¿Ha sido un espejismo? Volvemos a escuchar el disco de arriba a abajo y no cansa, encontramos más y más matices en los que perdernos, recovecos, alusiones e historias como para invertir horas y horas en una álbum como pocos. Puedes convertirlo en tu disco de cabecera antes de que los cuatro cabrones entendidos de siempre lo hagan de culto, tu decides pero "Journal For Plague Lovers" es tan grande e intenso como la vida misma.
“You know so little about me. What if I turned into a werewolf or something?” dice Christian Bale (Sabéis muy poco de mí, ¿qué pasaría si me convirtiese en un hombre lobo o algo parecido?) y los Manic se convierten en todo un monstruo de rabia, desesperación y angustia en el que el bajo de Nicky suena como hacía décadas que no sonaba, con la misma distensión pantanosa y underground de Novoselic (Nicky y Krist comparten poca pericia musical pero también gran expresividad). ¿Por qué esa rabia, de dónde sale? ¿Es culpa de los textos de Richey o del gran Steve Albini? "Peeled Apples" desborda con un Sean verdaderamente colosal y la guitarra de James echando chispas hacia el infierno con un estribillo de los que hacen historia; "A series of images, against you and me. Trespass your torment if you are what you want to be" Que muchos años después, un hastiado treintañero como yo tenga ganas de colgarse su guitarra y tocar "Peeled Apples" ya es suficiente para avalar un disco que llega con retraso pero en el momento adecuado, valga la paradoja. Y sí, me puse a acompañar a los Manic con mi guitarra, me lo pedía el cuerpo.
La culpa es de Sean, de James y el puñetero Albini, ese geniecillo cabrón que prefiere autodenominarse ingeniero a productor, aquel "Rapeman" que ayudó a Cobain a completar su testamento y ahogó al niño de la portada del Nevermind en el fondo de la piscina junto con todos sus fans. El sonido de "Journal For Plague Lovers" te invita a la misma habitación que los Manic Street Preachers y convierte a todos los instrumentos en un solo, dota a las guitarras de chirriante mala leche e inyecta juventud y todo el nihilismo pop de sus primeros discos.
Pero no le quitemos todo el mérito a Richey porque la letra de "Jackie Collins Existential Question Time" es una bomba de relojería; "Tonight we beg. Tonight we beg the question; If a married man, a married man fucks a Catholic And his wife dies without knowing Does it make him unfaithful people? y un estribillo de leyenda que se rompe en pedazos como un cristal con la voz de James; "Oh mummy, what's a sex pistol? A situation with his sister who is outta control, It separates us with questions in our home"
La irónica y a ratos descacharrante "Me and Stephen Hawking" se reviste de sonido noventero actualizado con unas guitarras cortantes y unos efectos para los que hay que tener mucha clase si uno no quiere sonar hortera y desfasado. Otro acierto, sobresaliente. "This Joke Sport Severed" es la balada que da tregua a esta primera cara, una delicia con gran estilo sino fuera porque comparte minutaje con "Facing Page: Top Left", una obra de arte en apenas tres minutos en la que los Manic comprimen todo lo mejor de su universo, es perfecta, sólo perfecta. Pero no, no nos hemos olvidado de "Journal for Plague Lovers" (en la que se evidencia una vez más la cantidad de robos perpetrados por Dave Grohl a los galeses) y la explícita "She Bathed Herself In A Bath Of Bleach" en la que consiguen sonar como si tuviesen veinte años y fuesen otro grupo. ¿El de Richey?
Por si no teníamos poco, "Marlon J.D." confirma que no tienen miedo a cambiar de registro con un tema enorme y de nuevo unas guitarras francamente estupendas y es que James cuida hasta el último detalle con un arsenal realmente apabullante. La exageradamente dramática "Doors Closing Slowly" es otro certero disparo a nuestra sensibilidad mientras que "All Is Vanity" se adentra poco a poco en nuestro subconsciente y de vuelta a la crudeza con "Pretension/Repulsion" cuyos violentos golpes de timón nos acompañan a "Virginia State Epileptic Colony", un caramelo envenenado en un envoltorio radiante pero que al llegar "William's Last Words" (con Nicky cantando de resaca) y "Bag Lady" no engañan a nadie. ¿Ha sido un espejismo? Volvemos a escuchar el disco de arriba a abajo y no cansa, encontramos más y más matices en los que perdernos, recovecos, alusiones e historias como para invertir horas y horas en una álbum como pocos. Puedes convertirlo en tu disco de cabecera antes de que los cuatro cabrones entendidos de siempre lo hagan de culto, tu decides pero "Journal For Plague Lovers" es tan grande e intenso como la vida misma.
© 2012 Radar