"A Sense Of Purpose" fue el disco con el que el gran guitarrista Jesper Stromblad dijo adiós al mundo de In Flames. Si lo pensamos fríamente llegamos a la conclusión de que tiene que ser realmente doloroso que por tu actitud te veas apartado de la banda que tú mismo creaste y a la que diste vida; seguro que ninguno de nosotros querríamos vernos algún día en esa tesitura. La situación no tenía que ser nada fácil para el bueno de Stromblad, el problema que tenía en frente distaba mucho de ser pequeño o menor; ¿cómo iba a apartarse de la banda que él fundó con tanto empeño y cariño?, otros habrían dicho, ¿qué les den a todos? Pero sin embargo Jesper no fue egoísta (al fin y al cabo hubiera sido lo más fácil), recapacitó y pensó en sus compañeros y amigos, creyendo que lo mejor que le podía suceder a In Flames era que él se fuera por la puerta de atrás, que él desapareciera del mapa y que se esfumara de una vez y para siempre. Es por desgracia una situación que cada vez estamos viendo en más y más bandas, no es un problema que esté ni mucho menos que erradicado; el alcohol y las drogas hacen mella en gente y en músicos muy jóvenes y para desgracia de todos no tardan mucho en pasar su enorme factura.
El noveno trabajo de los suecos fue un disco duramente criticado, la gente lo asoció como el adiós definitivo e irreversible al death metal y al sonido goteborg de sus obras de finales de los 90, un punto y final a aquellos sonidos duros y oscuros que se dejaban ver en discos como "The Jester Race", "Whoracle" o "Clayman". Parecía que "Come Clarity" (para mí uno de sus mejores discos) había dado algo de oxígeno al grupo, máxime después de la hecatombe que supuso para muchos dos trabajos como "Reroute To Remain" y "Soundtrack To Your Escape", pero a pesar de ello no fueron pocos los que pensaron que "A Sense Of Purpose" suponía el epitafio artístico de uno de los mejores grupos suecos de la historia. ¿Era para tanto? Pues francamente pienso que no; era innegable que el sonido de sus primeros discos ya no existía ni se dejaban ver las composiciones y las métricas antiguas en sus nuevos trabajos, pero no por ello había que crucificar al disco ni dotarle con el calificativo de malo o pésimo. Tiene temas realmente importantes, muy buenos diría yo; incluso es aquí cuando pierden todo descaro y vergüenza atreviéndose con el tema más largo de su carrera, una canción que supera los ocho minutos de duración y que a muchos sorprendió y sigue sorprendiendo.
El comienzo es arrollador con temas como "The Mirror´s Truth", "Disconnect" o "Sleepless Again"; bien es cierto que en una primera instancia no llegan a enganchar tanto ni tan rápido como aquel tridente que figuraban "Take This Life", "Leeches" y "Reflect The Storm" de su predecesor "Come Clarity", pero si les damos tiempo y paciencia se convierten por sí solos en temas accesibles y más que respetables. Con "Alias" bajan considerablemente el listón; aquí hay que darles un palito, ya que siendo como es un single, nunca podré entender el tumulto de efectos y sonidos tan dispares que quisieron inyectarle, la convierten en una canción demasiado compleja y engorrosa, donde todo está como metido a calzador y donde Friden se muestra más apagado y aburrido que de costumbre.
Con "I´m The Highway" parece que quieren recuperar un poco la credibilidad perdida en "Alias". Aunque el tema no va a pasar a la historia por ser uno de los mejores del quinteto, en parte consiguen que nos fijemos en él, ya que goza de las típicas melodías suaves y facilonas marca de la casa, que gustan a todo el mundo y que por contra no amargan a casi nadie; vamos un tema sencillo y directo. "Delight And Angers" para mí es la joyita de "A Sense Of Purpose", un clásico de principio a fin, con un puente hacia el estribillo glorioso y formidable, donde la emoción y la agitación se hacen presentes y palpables al ver como tu pelo se eriza cuando escuchas la voz rota de Anders en consonancia con las maravillosas guitarras de Jesper y Bjorn. Toda una canción cinco estrellas.
La calidad está garantizada y testada con "Move Through Me", una canción que no hubiera desentonado ni un ápice en "Reroute To Remain". Con "The Chosen Pessimist" se reinventan a sí mismos creando una canción formidable y fantástica de más de ocho minutos. En ella todo toma una dimensión diferente, el sonido, los efectos, la voz de Friden...logran de manera ejemplar y metódica retorcer su moderno sonido y llevarlo a una dimensión ulterior. Increíble cómo suena el bajo de Iwers en su parte intermedia, de lo mejorcito que se haya visto en sus discos con In Flames, y como no, sobresaliente Friden, aquí se quita la careta y nos demuestra a todos que no hace falta llevar una imagen determinada para ser un gran cantante y un gran líder.
La parte más dura y agresiva llega con "Sober And Irrelevant" y "Condemned", donde los riffs de Bjorn y Jesper aparecen con nombre propio y en primera expresión, dos canciones que tienen todo el sabor añejo de los In Flames más despiadados y devastadores. "Drenched In Fear" se deja querer gracias a su inquisidora melodía, aunque Friden, para disgusto de muchos, más que cantar hay momentos en los que parece rapear. El disco finaliza con la espídica "March To The Shore" donde las guitarras y las estrofas discurren a mil por hora creando un ambiente y una atmósfera muy parecida a la que consiguieron con su hit "Take This Life".
Posiblemente In Flames nunca vuelvan a ser los deathmetaleros que asombraron a medio mundo con sus primeros discos, posiblemente para muchos sea un grupo que va cuesta abajo y sin frenos, pero algo es indudable...no tienen disco malo.
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