Crítica: In the Silence "A Fair Dream Gone Mad"

El verano no es la mejor época para escuchar música densa o atmosférica, asfixiante y contundente, parece que en estos meses estamos condenados a la superficialidad y jovialidad, a las inofensivas cancioncillas pop en las que sólo se hable de olas, amores de verano, chicas y fiesta toda la noche. Pero In The Silence están aquí para hacernos creer todo lo contrario. El sol se pone, huye tímidamente en el horizonte con un resplandor  anaranjado y crepuscular cuando empieza a sonar “Ever Closer” en mi reproductor y la guitarra se introduce bajo tu piel con una voz ondulante y llena de calma, un acople controlado y la cabalgante y electrizante distorsión de las guitarras satura el ambiente y esa voz, antes tranquila, se eleva sobre la música. De nuevo llega la calma pero la batería no se ha olvidado e intenta elevar el ritmo mientras el grupo se une para estallar de nuevo, con más “punch” que antes. Miro la magnífica portada en blanco y negro (obra de Nacho Galacho).

¿Qué es esto? ¡Parece como si TOOL hubiesen vuelto más inspirados que nunca! Pero no sólo está presente la voz de Maynard sino las atmósferas de Paradise Lost y las mejores progresiones de, por ejemplo, Blue Öyster Cult pero teñidas de la melancolía propia de un disco que suena apabullante desde el principio y en el que todas, todas las canciones parecen haber nacido con clara vocación de singles. Largas en su duración y llenas de emoción.

Como “17 Shades”, cuya falsa tranquilidad te hará creer que la contundencia de “Ever Closer” fue sólo un espejismo pero, al igual que en ésta, todo estalla en pedazos con un estribillo aún más pegadizo si cabe en el que la voz, ahora sí, tiene todo el protagonismo que en la anterior se echaba en falta. Dos minutos antes de acabar, el cambio de ritmo y su in crescendo te agarran bien fuerte para arrastrarte a un final en el que no falta la melodía bien entendida bajo las fortísimas guitarras y una batería totalmente enloquecida.

Pero In The Silence parecen ser más, mucho más y así, en “Serenity”, una inusual guitarra acústica comienza una canción que, cuando se electriza, gana enteros y es que en ella tenemos, de nuevo, otro estribillo memorable y un cambio de ritmo con un riff de guitarra auténticamente demoledor. Para acabar, vuelven la acústica pero esta vez para deshojar un solo de de sabor clásico que, cómo no, vuelve a tornarse indomable gracias a la electricidad. No son Opeth ni Katatonia, ni falta que les hace.

Con “Beneath These Falling Leaves” sí que llega el descanso prometido en un tema a medio camino entre el medio tiempo y la balada y en la que la voz vuelve a ser la que nos conduce a uno de los mejores solos del disco cuando la canción vuelve a encabritarse.

“Close To Me” es la instrumental que servirá de visagra a este “A Fair Dream Gone Mad”, punteos en limpio que recuerdan a la guitarra de Gilmour y Pink Floyd se abren paso en un desarrollo de poco más de tres minutos en donde la melodía parece desvanecerse para ser rota con “Endless Sea” y el inicio más noisy y sucio del disco, una guitarra hace la base sobre la que otra se rompe con un punteo doloroso. “All The Pieces” es la más setentera en su comienzo pero pronto se ve manchado a brochazos de distorsión, en ella la voz cambia y el estribillo es más brillante que en las anteriores a pesar de que, por supuesto, sigue sonando nocturna y densa como un mar sin límites en mitad de la noche.

“Your Reward” dará por acabado “A Fair Dream Gone Mad” con siete minutos constantes de subidas y bajadas de ritmo y progresiones que hacen imposible el que uno se aburra.  Grandes canciones para grandes emociones, si llega a ti escúchalo, si no; corre a escucharlo. Sólo hay un verano y éste es el de In The Silence.

Escúchalo en: www.inthesilence.net

© 2012 Jim Tonic