En menudo jardín se metieron In Flames cuando allá por el año 2002 decidieron sacar a la luz "Reroute To Remain" después de la edición del más que sobresaliente y aclamado "Clayman". El cambio era demasiado radical para los amantes de los sonidos más metálicos de la banda, para aquellos que el headbanging es su razón de ser y existir y todo lo que no lleve inscrito la palabra "metal" carece de valor y sentido alguno. La banda dejaba de lado su vetiente más "Death" para adentrarse en un perfil más alternativo, viniendo el mismo influenciado por su enorme exposición al mercado americano, donde las giras de la banda eran eternas y continuas y donde su aparición en el Ozzfest del entrañable Ozzy marcó un antes y un después en el devenir del grupo. Pienso no obstante que muchos de sus fans se tomaron a la tremenda su cambio y su nueva orientación musical. Por muchas vueltas que le doy jamás entenderé las feroces críticas e insultos que recibió por aquel entonces la banda, centrados la mayoría de ellos en su cantante Friden y en su guitarrista Jesper. Miles de veces hemos escuchado el tema de las dichosas "rastas" del bueno de Anders...que si ahora me las dejo, que si ahora me corto el pelo, que si ahora me pongo un gorro o me lo dejo de poner...y otra serie de idioteces varias que poco o nada tienen que ver con la música que es lo que realmente nos importa. Así y todo no debemos olvidar que "Clayman" ya coqueteaba y se dejaba querer por ese "novedoso" estilo que posteriormente les guiaría y les conduciría hasta el día de hoy; "Clayman" o "Swim" son un claro ejemplo de ello.
Recuerdo que por aquel entonces en los diferentes programas de Rock de las radios nacionales no se dejaban de escuchar negativas y críticas adversas al nuevo trabajo que In Flames se traía entre manos. Yo no me podía creer que un grupo de la talla de los suecos fuera capaz de sacar un disco malo y menos aún un disco que los "entendidos" dibujaban como una auténtica bazofia y como una auténtica mierda. Un grupo que tiene a sus espaldas trabajos de la talla de "The Jester Race", "Whoracle" o "Colony" no podía defraudarnos ni engañarnos de ese modo. Haciendo oídos sordos a aquellos vilipendios y a aquellos ultrajes me acerqué sin pensármelo dos veces a la desaparecida tienda "Arise", sita por entonces en la madrileña calle Luna, para hacerme con una copia de dicho álbum. Desde entonces os puedo asegurar que no han sido pocas las audiencias que le he regalado y del mismo modo he llegado a la conclusión que cuánto más lo escucho más me gusta.
"Reroute To Remain" es un tema que no hubiera desentonado en absoluto dentro de "Clayman". Al contrario de lo que se decía en los medios, yo no veía por ningún lado que el Death melódico hubiera desaparecido del sonido del quinteto de Goteborg. El único "pero" que le pondría a Anders sería el bajón, tanto en volumen como en fuerza, que experimentó su potente voz; en este caso girando mucho más débil y descafeinada de la que había empleado en sus grandes clásicos de los 90. Pero salvo esa llamada de atención, por lo demás no tengo queja alguna del cambio de rumbo que tomaron, convirtiendo a "Reroute To Remain" en un señor álbum que ya quisieran para sí muchos grupitos españoles para sí.
Otro tema curioso es que se produce un cambio sustancial en cuanto a la duración de los temas; si hasta entonces los cuatro minutos era su media, la misma se ve reducida de forma drástica a partir de este álbum. Por su parte "System" fue el tema que hizo que muchos pusieran el grito en el cielo; aquel primer single del "Reroute" sacó el lado más irascible y menos comedido de los metaleros más anquilosados y atrofiados. Lo mismo sucedía con "Driffter" e incluso con "Trigger" (para mí una de las mejores). Las feroces críticas carecían de sentido alguno si estas cancines eran escuchadas sin complejo musical alguno. Si eres capaz de olvidarte del Death Metal por un momento disfrutarás como un niño al ver que en ellas todo es perfecto y todo está en su sitio; la producción y la mezcla del fijo Bergstrand son fantásticas, Jersper y Bjorn alucinantes como siempre y un Svensson cada día más metódico, que no deja de crecer y mejorar álbum tras álbum.
La comercialización (y no lo digo en tono despectivo) alcanza su cénit con "Cloud Connected", tema del que poco podemos decir que no se haya dicho ya; un enorme clásico que raramente falta en alguno de sus directos y con el que la gente no para de saltar y botar. Eso sí después de ella llegan dos de las más aburridas, posiblemente las peores composiciones de este disco; "Transparent" y "Dawn Of A New Day" no son dignas de Anders y Jesper y pienso que no deberían estar aquí ni en ningún otro trabajo que no sea algo parecido a un recopilatorio de caras-b. La cosa cambia diametralmente cuando "Egonomic" explota en nuestro oídos; qué temazo se han sacado estos angelitos de la manga. Menuda fuerza y menuda mala baba tiene esto, olvidaros de ñoñez alguna durante sus dos minutos y medio de duración, aquí sólo hay espacio para la caña y el buen gusto por la música y por las cosas bien hechas. "Egonomic" tiene la suerte de esconder uno de los estribillo más pegajosos y juguetones que jamás haya compuesto Mr. Friden, estribillo que va siempre marcado muy de cerca por la artillería pesada que despliegan Iwers y Svensson. De "Dismiss The Cynics" me quedo con su "solo" mientras que de "Free All" destacaría la melodía de su comienzo infantil y la algarabía de su infartante desenlace; un detalle y una muestra más del buen disco que nos traemos entre manos.
Su parte final es más de lo mismo, "Dark Signs" (quién no vea aquí destellos de "Clayman" es que está sordo como una tapia) y "Methaphor" fusionan a la perfección el estilo comercial y underground de la banda, que muestra cierta relajación ahondando en terrenos más alternativos pero sin olvidar en ningún momento que por su sangre les corre todavía mucho Death Metal.
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