Está claro que los buenos tiempos Ministry ya pasaron, que su último gran disco fue, precisamente, "Rio Grande Blood" (2006) y que el pequeño aluvión de lanzamientos a modo de despedida no eran más que un pequeño simulacro, un intento del genial Al Jourgensen por poner algo de orden a su vida y recuperar su salud. Los que presenciamos su supuesta última gira guardamos un grato recuerdo de lo que fue aquella locura y, si soy sincero, prefiero que el bueno de Al se encuentre bien y no vuelva a adentrarse en el salvajismo que supone una gira de Ministry, no sólo por su sonido sino por su degenerado estilo de vida. Una semana en el autobús de Al Jourgensen debe ser lo más parecido al infierno para el hígado o el estómago de cualquiera. Y si no, que se lo pregunten al suyo y a la docena de úlceras y más de la mitad de la sangre que perdió en el 2010. ¿Es tan salvaje su estilo de vida o es simplemente una pose? Sin que este asunto influya en la consideración sobre su música (que no debería), sí, Al Jourgensen no es un producto, es un tipo con problemas reales y un ritmo frenético. Se despidió de todos nosotros y anunció el fin del grupo; algo imposible si tenemos en cuenta que Ministry es el reverso oscuro de Jourgensen y su proyecto personal. Por lo tanto, Jourgensen abandonará su "ministerio particular" el día que deje este mundo y no cuando se baje del escenario. Ministry es la cruz de su moneda.
"Mientras estaba trabajando en el disco de Buck Satan con Mike Scaccia de Rigor Mortis, nos pusimos a sacar temas y teníamos más de media docena y no quería hacer nada con ellos pero Mike me dijo; ¡Estas canciones son geniales! No era country, eran más del estilo de Ministry. Así que nos reunimos con Tommy Victor, guitarrista de Prong, y Tony Campos, bajista de Soulfly y ex Static-x,y así terminamos un nuevo disco de Ministry llamado Relapse"
Como decía, no tengo nada en contra sobre la vuelta de uno de los grandes grupos de mi adolescencia pero es inevitable no echar de menos otros tiempos, cuando "Psalm 69: The Way to Succeed & The Way to Suck Eggs" (1992) asolaba el planeta y pinchábamos una y otra vez una obra maestra como "The Land of Rape and Honey" (1988) que se adelantó a su tiempo. Y es que "Relapse", sin ser un mal disco parece que ahonda en la rapidez de las composiciones (algo que se ha convertido en la marca de la casa) en detrimento de aquella pizca industrial y underground que tanto nos atraía a sus seguidores. Mientras sus discos antiguos mezclaban el industrial más pesado con elementos electrónicos y cierto sabor a desierto, los "nuevos" Ministry parecen un grupo más volcado en batir el récord de "beats" por minuto que en componer buenos temas porque, no nos engañemos, se puede ser industrial y sonar pesados y contundentes como antes y evitar las voces pregrabadas como seña de identidad de un género bastardo tan amplio como éste. Por lo tanto, parece que Ministry se parecen cada vez más a un grupo de metal de toda la vida (de ritmo machacón y afilados riffs) que a aquel que todos descubrimos en los noventa y era el contrapunto perfecto a Nine Inch Nails.
“Creo que finalmente será el disco más rápido y heavy que he hecho. Sólo porque lo hicimos como terapia contra la música country, queríamos unos días libres para hacer el thrash más rápido que había hecho en mucho tiempo, incluso el más rápido que Mike había tocado, hizo una gira con Rigor Mortis y dijo que fue fácil comparado con este nuevo material de Ministry, es brutal y va a enloquecer a muchos”.
¡Y claro que es rápido! Desde que suena "Ghouldiggers" la batería no baja las revoluciones, las guitarras del tema comienzan con un "in crescendo" sobre el que se asentará un ritmo que parece una ametralladora, el solo de Mike Scaccia es pura dinamita (como en todos los cortes) igual que el acelerado riff pero esto es sólo el principio porque el asedio continúa con "Double Trap", quizá más experimental y llena de samplers que, esta vez sí, le dan cierto sabor industrial al corte. El hardocre de "Freefall" engancha a la primera y vuelta de nuevo a las voces pregrabadas (que reconozco que me gustaban hace muchos, muchos años, cuando todavía no eran el pan nuestro de cada día)
"Kleptocracy" es más lenta pero no menos contundente, con un buen estribillo de nuevo un solo de Scaccia verdaderamente rápido y cuando menos te lo esperas el bajo de "United Forces" retumba bajo los samplers y el zumbido del riff como contrapunto de un frenético doble bombo electrónico. Vuelven los estribillos repetitivos y pegadizos con la voz de Al sonando muy agresiva (no tanto como en "Double Trap" pero con más cuerpo), de nuevo tenemos otro solo estupendo con un cambio de ritmo ensordecedor.
El single "99 Percenters" funciona perfectamente como presentación y su video, aunque simple, es muy efectista gracias a la muestra de imágenes corporativas de varias reconocidas empresas, una canción con una fuerte carga política en la que se habla de los movimientos de protesta y muestra escenas de la ocupación de Wall Street o los incidentes de Londres para recalcar, de nuevo en un insistente estribillo, que la gran mayor parte de la riqueza mundial está en manos de unos pocos mientras el resto de la población se conforma con lo poco que le toca, rozando el umbral de la miseria, desapareciendo las clases medias y acrecentándose la distancia entre la alta y la baja. La letra (aunque quizá muy tópica y, por tanto, peque de obvia) es de las mejores de Ministry.
"Relapse" comienza sin contemplaciones tras el sonido de un enjambre, me gusta el tratamiento desincronizado de la base rítmica y también el de la voz de Jourgensen, la hacen sonar como una apisonadora. "Weekend Warrior" continúa arrasándolo todo a su paso mientras la percusión vuelve a complicarse con contundentes redobles y cambios de patrón Ondas de radio como sirenas y de nuevo el hardcore haciendo acto de presencia (¡qué riffs!) en "Git Up Get Out 'N Vote"con un estribillo que es todo un acierto, coreable en los conciertos y eficaz. La extraña "Bloodlust" nos lleva a la ensoñación con más calma pero sin darnos tregua ya que todavía queda el discotequero "Relapse (Defibrillator Mix)" para demostrarnos que Ministry pueden sonar a disco y hardcore petardo resultando creíbles y adictivos.
Me habría gustado algo más pesado, menos rápido y más sólido, más ácido y bizarro pero, aún así, "Relapse" es un buen disco, lo menos que podíamos esperar de Jourgensen y su particular universo. Bastante tenemos con que se haya decidido a volver y se haya recuperado, que sea así por muchos años...
© 2012 Jack Ermeister