Recuerdo que, cuando era adolescente y aún más idiota que ahora, había ciertos grupos a los que era muy complicado llegar. The Melvins era uno de ellos. Con la explosión del rock alternativo y el mediático Kurt ocupando portadas y portadas no era difícil conocer los nombres de algunos grupos que habían influido a toda la escena Seattle y entre aquellos nombres de los que mis amigos y yo hablábamos constantemente estaba el de Buzz Osborne porque, queridos, hablar de Nirvana, Mudhoney y Tad a mediados de los noventa era fácil pese a que todavía no existía internet (tal y como hoy la conocemos) pero hablar del grupo para el que Kurt había cargado y descargado los amplificadores antes y después de cada concierto era casi divino. Un ejercicio más de esnobismo tan desmesurado como todos los que viví en aquellos años porque encontrar un sólo disco de The Melvins en España a primeros de aquella década era una labor imposible. Como para lanzarse a la búsqueda de los Meat Puppets o The Vaselines (por no hablar de encontrar algo de Captain America). Así que, cuando por fin pude hacerme con su "Houdini" (1993) debo decir que Osborne me sorprendió tanto como esperaba. Su música no influyó únicamente a aquellos desastrados chicos de Seattle y su pandilla sino que se ha dejado escuchar a través del Stoner y del Metal o el Sludge. Escuchar a The Melvins es una apuesta segura por lo genuino, por un grupo que nunca ha llegado a las listas ni se ha codeado con las grandes estrellas de la industria pero cuya genialidad todavía ha dejado poso en cientos de los discos que se siguen grabando veinte años más tarde.
Publican un EP como "The Bulls & The Bees"mientras esperamos con ganas su nuevo larga duración. ¿Y qué encontramos en cinco canciones? En un álbum, la mayoría de los artistas pueden permitirse el lujo del derroche de minutos; "si no gustan las tres primeras canciones, que se esperen a la cuarta que es el single". Se pueden salvar del ridículo más espantoso gracias al concepto, a un par de temas o al largo tema oculto que justifique la compra del disco pero en un EP es otra cosa muy diferente. Cinco canciones hacen que te concentres y vuelvas una y otra vez sobre tus pasos. No hay más que lo que escuchas y si fallan en un par de temas la sensación de fracaso planea sobre las cabezas de críticos y seguidores. ¡Qué incongruencia pero qué diferencia tan grande únicamente basada en la duración! ¡Hasta un mal single se puede disfrazar gracias a una excelente "cara b" pero con un EP las cartas parecen estar sobre la mesa desde el principio y, aunque no sea cierta, en la misma teórica cara!
Por eso, "The Bulls & The Bees" es perfecto para un grupo como The Melvins. Nos sirve para abrir el apetito de su próximo álbum y, sin embargo, es lo suficientemente corto y genial como para que lo apreciemos por sí mismo. Monolíticos y entrecortados riffs, guitarras pesadas y batería de sonido machacón encuentran su lugar en una receta que oscila misteriosamente entre el Metal, el Rock Alternativo y el Stoner sin llegar a empachar. ¿Qué esperabas? ¡Por algo son los padrinos del mal llamado Grunge!
"The War On Wisdom" arranca de manera espectacular mezclando suntuosas voces graves con esquizoides réplicas mientras la batería cambia de ritmo y se acelera no sin dejar el protagonismo a las cuerdas, lo mejor del disco. Recuerda que Dale Crover (aquel que echo una mano a los Nirvana más jovencitos) está aquí presente. "We Are Doomed" es la más larga, siete minutos de entrecortadas guitarras y punzantes agudos, coros y un solo con más sabor a rock que ninguno de los que hayan podido grabar otros grupos mucho más famosos. Te mantendrá en vilo hasta el final, prometido.
La simpática e instrumental, "Friends Before Larry" y su comienzo desconcertante pronto se vuelve stoner y noise con ese brillante acople que te acompañará hasta el final. Como ocurre con su hermana "A Really Long Wait" cuya comienzo onírico y oceánico es jalonado por las irreales voces de The Melvins y los suntuosos arreglos de cuerda hasta la catarsis sónica al minuto de acabar.
"National Hamster" y su riff te llevará a un viaje en el tiempo. Desde mi punto de vista es la mejor, no sólo por sus guitarras sino por sus cambios de ritmo y sus pasajes, sus voces y su contundencia. Cuando The Melvins publican canciones nuevas siempre hay que tenerles en cuenta y escucharlas. "The Bulls & The Bees" no sólo supone algunas de las mejores de los últimos años sino una vuelta por la puerta grande a lo que mejor saben hacer, esperamos ansiosos su próxima aventura.
Por eso, "The Bulls & The Bees" es perfecto para un grupo como The Melvins. Nos sirve para abrir el apetito de su próximo álbum y, sin embargo, es lo suficientemente corto y genial como para que lo apreciemos por sí mismo. Monolíticos y entrecortados riffs, guitarras pesadas y batería de sonido machacón encuentran su lugar en una receta que oscila misteriosamente entre el Metal, el Rock Alternativo y el Stoner sin llegar a empachar. ¿Qué esperabas? ¡Por algo son los padrinos del mal llamado Grunge!
"The War On Wisdom" arranca de manera espectacular mezclando suntuosas voces graves con esquizoides réplicas mientras la batería cambia de ritmo y se acelera no sin dejar el protagonismo a las cuerdas, lo mejor del disco. Recuerda que Dale Crover (aquel que echo una mano a los Nirvana más jovencitos) está aquí presente. "We Are Doomed" es la más larga, siete minutos de entrecortadas guitarras y punzantes agudos, coros y un solo con más sabor a rock que ninguno de los que hayan podido grabar otros grupos mucho más famosos. Te mantendrá en vilo hasta el final, prometido.
La simpática e instrumental, "Friends Before Larry" y su comienzo desconcertante pronto se vuelve stoner y noise con ese brillante acople que te acompañará hasta el final. Como ocurre con su hermana "A Really Long Wait" cuya comienzo onírico y oceánico es jalonado por las irreales voces de The Melvins y los suntuosos arreglos de cuerda hasta la catarsis sónica al minuto de acabar.
"National Hamster" y su riff te llevará a un viaje en el tiempo. Desde mi punto de vista es la mejor, no sólo por sus guitarras sino por sus cambios de ritmo y sus pasajes, sus voces y su contundencia. Cuando The Melvins publican canciones nuevas siempre hay que tenerles en cuenta y escucharlas. "The Bulls & The Bees" no sólo supone algunas de las mejores de los últimos años sino una vuelta por la puerta grande a lo que mejor saben hacer, esperamos ansiosos su próxima aventura.
© 2012 Donnie Darko