"Bobby... más eléctrico que nunca". Podría ser éste un titular que resuma en cinco palabras lo que te vas a encontrar si pinchas "The Electric Age", el nuevo disco de una de las mejores bandas actuales de Thrash Metal. Está claro que rodaje no es precisamente lo que les falta a estos chicos (bueno ya no tan chicos), superando ya la treintena en la carretera (desde 1980); y sí por el contrario no les vendría mal un poco del factor suerte que siempre hay que tener en cualquier faceta de la vida para poder destacar un poquito por encima del resto y no convertirte por el contrario en uno más. La calidad del quinteto de New Jersey tampoco es cuestionable, sólo tenéis que darle una escucha a cualquier disco de la banda (y cuando digo cualquiera me refiero a cualquiera) y llegáis a la conclusión que no hay ninguno del que se pueda decir "vaya, que malo es este disco".
Desde siempre me he sentido muy atraído por la música Overkill, me gustan todos sus discos, desde el "Feel The Fire" hasta el "Ironbound", aunque evidentemente tengo mis favoritos al igual que todo el mundo. Yo me quedaría sobre todo con aquel par de joyas consecutivas que formaron el brutal "The Years Of Decay" y el inmenso "Horroscope"; como olvidar su "Time To Kill" o su "Coma" y el cambio que supuso escuchar al grupo pasando de un guitarrista a dos; que dicho sea de paso "dos" es el número perfecto para hacer Thrash Metal como Dios manda. Y si hablamos de su líder y personaje más visible, los elogios se me quedan cortos. Ver a Bobby en directo es un espectáculo, parece que eso de la edad no va con él y que tiene firmado un pacto con el mismísimo Satán. No para ni un segundo de saltar ni de correr, es puro nervio, su energía parece inagotable. Es uno de los personajes más eléctricos del metal y uno de los que mejores discos firma. En esta ocasión ha vuelto a repetir la ecuación, una vez más lo ha vuelto a hacer, hay que quitarse el sombrero y rendirse ante la evidencia... Esto suena brutal.
¿El comienzo?, pues fantástico, como no puede ser de otro modo cuando el amigo Bobby está por el medio y haciendo de las suyas. Los tambores de Ron nos van dando la bienvenida poco a poco a la locura en que se convierte "Come And Get It" cuando el tema estalla y revienta en todo su esplendor. Su riff corto y rabioso te recordará a los buenos tiempos de Metallica, aquellos que se daban más o menos por el año 1982 (no ha llovido ni nada) con la edición de uno de los más grandes discos de thrash metal de la historia; hablamos evidentemente del "Kill´Em All". Ojo a los coros que se marcan por el medio del tema; tan épicos que parecen más propios de una banda de power que de thrash. Por su lado, la mordedura de "Electric Rattlesnake" es mortal de necesidad. El tema, que ya nos fue anticipado hace un tiempo, nos conduce y nos guía a su emblemático Ironbound y más concretamente a la brillante "Bring Me The Night", con esas guitarras juguetonas y peleonas que ante el menor descuido dejan escapar notas con cierto alma de blues. Es curioso pero tengo que decir que la portada de este single me gusta mucho más que la del álbum; pienso que tenían que haber escogido a la "preciosa" y eléctrica serpiente de cascabel justamente para la portada del larga duración. Habría quedado fenomenal y muchos estaríamos de acuerdo que la misma no tendría nada que envidiar a la que Hetfiled y Ulrich escogieron para su Black Album.
"Wish Your Were Dead" tiene una mala baba y una mala uva fuera de lo corriente. Señoras y señores esto sí que es hacer Thrash con rabia y con coraje, un claro ejemplo de que si se quiere y con cierto esfuerzo se pueden hacer cosas muy buenas. La rabia con la que Bobby nos regala sus rasgados y extremos agudos hacen estremecer a cualquiera que sienta mínimamente esta música. Una obra de arte equiparable a la enigmática "Black Daze", con ese riff inicial tan parecido al del "Black Curtains" con el que el gran Mustaine nos deleitó en su momento en aquel disco del año 1994 (Youthanasia). Con "Drop The Hammer Down" la cosa se pone seria de verdad; muy acertada en general y sobresaliente el tremendísimo "solo" que nos brindan en esta ocasión la pareja Dave y Derek; para mí el mejor (y mira que ya es difícil decantarse por uno) de las diez composiciones del disco.
La traca final como os podéis imaginar no se queda atrás, no tiene desperdicio alguno la conjunción explosiva que forman la unión de "Old Wounds, New Scars", "All Over But The Shouting" y "Good Night". Un disco que no te dejará pensar durante días; querrás darle una y otra vez al "play" para volverte loco y demente con su espectacular sonido. Gracias Bobby. Gracias Overkill.
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