Crítica: In Flames "Clayman"

Se puede decir abiertamente que Clayman marcó un punto de inflexión en la carrera de In Flames, eso sí, poniendo un punto y seguido a su música y no por el contrario un punto y final como algunos ven o mejor dicho desearían ver. Es cierto que "Reroute To Remain" podía resultar chocante, ya que aparcaban su Death Metal más gutural para introducir en su música elementos más propios del metal alternativo o del nu-metal, pero no por ello se puede crucificar a un grupo y menos si tiene la calidad que siempre ha demostrado tener el quinteto de Goterborg. Lo que más les honra es que nunca se han escondido y siempre han dado la cara ante los fieros ataques que les procesaron por entonces y que todavía hoy en día siguen recibiendo; no se amilanan ni se echan para atrás; en un momento determinado ellos decidieron cambiar de aires y dotar a su música un rumbo distinto y así lo hicieron a pesar de saber el riesgo que podían correr.

Curiosamente no les ha salido nada mal la jugada, han visto duplicadas sus ventas y se han metido al público americano en el bolsillo; no olvidemos que a día de hoy son una de las pocas bandas europeas que participan en el clásico y exitoso Mayhem Festival. Aunque ya sabemos lo jodido que es formar parte de la familia del metal, nunca estamos conformes con nada, todo nos parece mal, aunque sea la mayor tontería y banalidad del mundo; que Anders se quita las rastas...pues le ponemos a parir. Que en el último concierto de In Flames meten muchas canciones de su último disco...pues si les crucificamos tampoco pasa nada. Que si Jesper ha dejado al grupo...pues nada las guitarras ya no suenan por ningún lado y así podríamos seguir hasta mañana. Es una verdadera lástima, pero todos sabemos que esto es así.

In Flames es otro de esos grupos de los que tengo que decir que siempre me han gustado, que nunca me han defraudado; evidentemente, como le pasa al resto del mundo, tienen discos que me gustan más que otros, pero por regla general no le pondría suspenso a ninguno, sea de los nuevos tiempos ("Come Clarity" es una maravilla) o los de la vieja escuela ("Whoracle" era dinamita pura). Bueno he de rectificar, permitirme hacer un ligero apunte ya que sí que hay un disco que no merece el aprobado, se trata de aquel directo que grabaron en Japón y que posteriormente editaron en CD. Mira que el set list era alucinante, pero la calidad auditiva del mismo la hacía más propia de un disco pirata que de uno oficial y máxime viniendo de In Flames, que otra cosa no, pero trabajando con Nuclear Blast entendemos que algo mejor debiera haber salido de aquellas grabaciones. Recuerdo que ellos se "defendían" diciendo que querían plasmar el directo tal y como era, sin retoque alguno...pero coño aquel sonido era injustificable, un grupo de la talla de estos señoritos no se puede permitir esos deslices por lo que no tenía defensión posible. No obstante y al margen de este apunte, del resto de su discografía, si tuviera que elegir de entre todos ellos uno y solamente uno, me quedaría anclado en ese punto de inflexión que antes mencionaba, en esa tierra de nadie y de todos a la vez que dibujaba "Clayman", donde todavía infundían sonidos extremadamente metálicos a su música a la vez que hacían aparición otros más modernos y ambiciosos.

La portada ya resultaba de por si curiosa, podríamos catalogarla de histórica al igual que el disco que se esconde tras ella; teniendo la misma como protagonista al Hombre de Vitruvio, ilustrado por primera vez por el maestro Da Vinci y que en este caso aparece escoltado por la estrella que siempre acompaña a la banda. Su comienzo no puede ser más alentador y brillante, con "Bullet Ride" se te quitan todos los males, pudiendo hacer perfectamente sobre tu organismo las funciones de un Red Bull en una noche más agitada de la cuenta, a la vez que en "Pinball Map" empezamos a observar un más que ligero cambio en la voz de Friden, no dejándose guiar por los guturales de Colony o Whoracle donde su registro era mucho más estático y anclado; ahora por el contrario está dotado de una mayor versatilidad que le deja conjugar igual de bien los sonidos extremos con los melódicos.

Siempre me ha encantado el riff armónico de "Only For The Weak", canción que perfectamente define el cambio de rumbo al que estaban sometiendo su música por aquel entonces con un Anders más sosegado de lo normal, más tranquilo de lo que nos tenía acostumbrados hasta este "Clayman" y con un Jesper totalmente volcado a las seis cuerdas (esto sí que es tocar). Es una pena que este gran guitarrista acabara de dejando "forzosamente" la banda. Este mar de cambios al que estamos asistiendo se va embraveciendo poco a poco según pasan los segundos de "...As The Future Repeats Today" mientras que "Square Nothing" nos muestra a un Friden sobresaliente en sus cambios de voz, mucho más sigiloso, pasando del susurro más dulce al grito más amargo (y viceversa) sin que nos demos cuenta.

La canción que da bautiza al álbum nos presenta a unos In Flames contundentes y enérgicos, sin ningún tipo de fisuras y totalmente convencidos que han hecho uno de sus mejores discos. En "Satellites And Astronauts" y sobretodo en "Brush The Dust Way" se deja ver un vago recuerdo de "Ordinary Story" o de "Zombie Inc", mucho más pesadas y con una base rítmica que mete verdadero miedo; qué buenos son Iwers y Svensson...qué narices que buenos son todos.

Todas las canciones de este disco que empiezan por la letra "S" podemos adjudicarlas el adjetivo de "Soberbias", y es que las dos siguientes son de lo mejorcito de la discografía de los de Goteborg. Le toca el turno a "Swim", encabezada por una melodía deliciosa, donde las guitarras de Björn y un Jesper suenan perfectas y fabulosas, llenas de fuerza dando al tema un toque fascinante y que no os podéis perder por nada del mundo. Grande, como no puede ser de otra manera, el sonido y la producción del álbum, en este caso llevada a cabo por uno de los grandes productores del Death Metal Melódico, Fredrik Nordström (Dimmu Borgir, Dark Tranquility, Opeth...) también conocido por ser el fundador y guitarrista del grupo de Power Metal Dream Evil.

Y siguiendo con la sibilina consonante, "Suburban Me", posiblemente sea mi favorita ya que posee una profundidad estremecedora, una rabia inusitada y uno de esos estribillos emocionantes y conmovedores tan propios del sello y la firma del sonido Goteborg. Una auténtica maravilla hecha canción que pone la guinda a uno de los mejores discos de metal que hayamos escuchado (le pese a quien le pese).



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