SETLIST: Dream Is Collapsing-Bridges in the Sky/ 6:00/ Build Me Up, Break Me Down/ Surrounded/ The Root of All Evil/ Solo de Mangini/ A Fortune in Lies/ Outcry/ The Silent Man/ Beneath the Surface/ On the Backs of Angels/ War Inside My Head/ The Test that Stumped Them All/ Solo de Petrucci/ The Spirit Carries On / Breaking All Illusions/ Pull Me Under/
Me considero afortunado por haber visto a Dream Theater con Portnoy y poder intentar evaluar lo que ha supuesto su pérdida para el directo del grupo. Y doblemente afortunado por haberles podido ver hace menos de un año en el Sonisphere ya con Mangini y ahora, meses después de que su magnífico "A Dramatic Turn Of Events" (2011) se haya instalado en nuestras cabezas y haya dejado el poso del gran álbum que es, con el imprescindible rodaje que un grupo que siempre ha funcionado con la precisión de un reloj suizo necesita para que una de sus piezas termine por asentarse. No nos mintamos, todos teníamos dudas acerca del bueno de Mike Mangini, es normal. No eran dudas acerca de su calidad ni su solvencia sino sobre cómo suplir el espacio de un batería tan carismático y de excesiva personalidad como Portnoy que, además, era uno de los cimientos de la banda. No es gratuita la portada de "A Dramatic Turn Of Events" como tampoco su título, por mucho que Petrucci se empeñe en hablar de casualidad y coincidencias en todas las entrevistas. Ni el título de éste, ni el arte, ni el concepto han sido producto del azar. Tras infinitas escuchas, el nuevo disco de Dream Theater crece como un gigante y la sensación de sobrevolar las alturas se traduce en una necesidad de oxígeno porque así es como se ve al grupo sobre el escenario; libre, haciendo piruetas y respirando bocanadas de aire tras la marcha de Portnoy, del que nadie duda de su talento y su cariño pero sí de su quizá excesivo férreo control. Rudess respira a gusto, Myung suena más alto que antes, LaBrie expira libertad, Mangini busca su sitio con humildad y profesionalidad a raudales y Petrucci... ¡Petrucci sigue siendo un auténtico genio!
Llegué con ilusión al Palacio de Vistalegre de Madrid como cientos y cientos de fans que subían en interminables hileras por las callejuelas a su cita con LaBrie y los suyos hasta que me encontré de nuevo con un pabellón que no está preparado para albergar casi ningún tipo de espectáculo ¿Cómo es posible que se sigan celebrando conciertos allí? Sí, lo sé, seguramente será la opción ideal para promotores, aforos, agendas y alquileres pero siempre que acudo a una cita musical temo por el sonido. La horrorosa techumbre a modo de cúpula no es lo más indicado para un concierto y mucho menos de la calidad de un grupo como Dream Theater. La cantidad de ecos, reverberaciones y zumbidos que allí se generan son capaces de enturbiar la más brillante de las actuaciones. Después de la consabida congestión para entrar, ocupamos nuestro lugar y comienza el espectáculo con "Dream Is Collapsing" a modo de intro y una película de dibujos animados con el grupo como protagonista, primer signo de lo que veremos el resto de la noche: durante el corto, cuando sale Mangini convertido en genio de la lámpara la gente no dejará de aplaudirle y, como en el resto del concierto, darle muestras de cariño. La enorme "Bridges in the Sky", quizá una de las mejores canciones de su nuevo "A Dramatic Turn Of Events" si no una de las mejores del grupo despliega su encanto, lo siento, lo sé, no puedo ser objetivo con una canción así. Once minutos de placer con espacio para todos los músicos, grandiosa, con un sonido apabullante y un estribillo que parecía que iba a romper el Palacio de Vistalegre por la mitad. Espectacular. Resulta curioso comprobar la diferencia de sonido entre Dream Theater y sus teloneros Periphery que, sin llegar a sonar del todo mal, no terminaron por convencer.
¡Nos vamos de viaje al "Awake" (1994) con su "6:00" (Six O'Clock) que levantó a todos los nostálgicos que compramos "Awake" en nuestra adolescencia, el trabajo de Petrucci es impresionante, verle tocar (sin aparente esfuerzo) es un festín para los sentidos, por no hablar del trabajo de Rudess y la manera de cantar de Labrie. Atrás tenía a todo un fanático que durante toda la canción no paró de hacer air-guitar y decirle a sus amigos: "esto sí que es Dream Theater, esto sí que es grande" ¡Qué razón tiene porque "6:00" sonó mágica con unas animaciones muy apropiadas sobre los cubos que hacían de pantallas.
Volviendo a su último disco nos encontramos con el explosivo riff de "Build Me Up, Break Me Down" la mejor demostración de lo que los actuales Dream Theater son capaces de hacer; un estribillo pop envuelto en capas de electricidad y maestría en los instrumentos, en esos momentos, el que no cantó es porque no quiso. La pesadísima batería de Mangini funciona en las estrofas igual que los teclados de Rudess nos elevan por encima de las nubes, todos coreamos "The price I pay to live this way" y "Build Me Up, Break Me Down" acababa de manera súbita para dar paso a la belleza de "Surrounded" y el primer punto de inflexión de la noche.
¿Es Mangini un buen batería? No hizo falta nada más que escucharle durante su interminable solo para darse cuenta de que es un músico de primera cuya situación no es nada fácil, un solo en el que parecía tener mil manos sobre el impresionante set de batería y en el que se le vio mucho más suelto que en su anterior visita a Madrid, algo lógico, por otra parte. "A Fortune In Lies" y una larga introducción de LaBrie para presentar la delicada "The Silent Man" con Petrucci y él como protagonistas en el centro del escenario.
"On the Backs of Angels" es un buen single que sonó literalmente perfecto mientras las pantallas nos arrojaban todo tipo de números e índices bursátiles. "We're on to your agenda, the dead end road to nowhere!" y la voz de LaBrie en plena forma tras más de noventa minutos. Después del solo de Petrucci acompañado de Jordan llega uno de los momentos más intensos del concierto. "The Spirit Carries On" inunda de sensibilidad todo el Palacio y, por primera vez, soy testigo de un hecho sorprendente en un concierto... ¡Varias parejas bailando como si de una boda se tratase! Mientras, el resto del público saca sus mecheros, móviles y todo aquello que de luz y haga parecer la pista una pequeña capilla. ¡Sorprendente! Debo reconocer que aunque considero "The Spirit Carries On" un gran tema nunca será uno de mis favoritos pero es imposible no llegar a emocionarse con la voz de Labrie sobre el teclado de Rudess y la guitarra de Petrucci.
¿Cuál es la mejor canción de "A Dramatic Turn Of Events"? ¿"Bridges in the Sky"? ¿"Build Me Up, Break Me Down"? No, "Breaking All Ilusions" y su guitarra, sus constantes cambios de tercio y su pasaje funky, sus vertiginosos cambios de ritmos y la loca jam en la que parece llegar a convertirse por momentos para encauzarse y acabar como comienza, siendo un gran tema que, después de casi dos horas, la gente celebra saltando. Dream Theater han demostrado que es posible sobreponerse a la pérdida de uno de sus miembros más carismáticos y hacer un gran disco, dar lo mejor de sí mismos cada noche y emocionar a todos los allí presentes. ¿Alguien lo dudaba? Todo un cinco estrellas.
Me considero afortunado por haber visto a Dream Theater con Portnoy y poder intentar evaluar lo que ha supuesto su pérdida para el directo del grupo. Y doblemente afortunado por haberles podido ver hace menos de un año en el Sonisphere ya con Mangini y ahora, meses después de que su magnífico "A Dramatic Turn Of Events" (2011) se haya instalado en nuestras cabezas y haya dejado el poso del gran álbum que es, con el imprescindible rodaje que un grupo que siempre ha funcionado con la precisión de un reloj suizo necesita para que una de sus piezas termine por asentarse. No nos mintamos, todos teníamos dudas acerca del bueno de Mike Mangini, es normal. No eran dudas acerca de su calidad ni su solvencia sino sobre cómo suplir el espacio de un batería tan carismático y de excesiva personalidad como Portnoy que, además, era uno de los cimientos de la banda. No es gratuita la portada de "A Dramatic Turn Of Events" como tampoco su título, por mucho que Petrucci se empeñe en hablar de casualidad y coincidencias en todas las entrevistas. Ni el título de éste, ni el arte, ni el concepto han sido producto del azar. Tras infinitas escuchas, el nuevo disco de Dream Theater crece como un gigante y la sensación de sobrevolar las alturas se traduce en una necesidad de oxígeno porque así es como se ve al grupo sobre el escenario; libre, haciendo piruetas y respirando bocanadas de aire tras la marcha de Portnoy, del que nadie duda de su talento y su cariño pero sí de su quizá excesivo férreo control. Rudess respira a gusto, Myung suena más alto que antes, LaBrie expira libertad, Mangini busca su sitio con humildad y profesionalidad a raudales y Petrucci... ¡Petrucci sigue siendo un auténtico genio!
Volviendo a su último disco nos encontramos con el explosivo riff de "Build Me Up, Break Me Down" la mejor demostración de lo que los actuales Dream Theater son capaces de hacer; un estribillo pop envuelto en capas de electricidad y maestría en los instrumentos, en esos momentos, el que no cantó es porque no quiso. La pesadísima batería de Mangini funciona en las estrofas igual que los teclados de Rudess nos elevan por encima de las nubes, todos coreamos "The price I pay to live this way" y "Build Me Up, Break Me Down" acababa de manera súbita para dar paso a la belleza de "Surrounded" y el primer punto de inflexión de la noche.
¿Cuál es la mejor canción de "A Dramatic Turn Of Events"? ¿"Bridges in the Sky"? ¿"Build Me Up, Break Me Down"? No, "Breaking All Ilusions" y su guitarra, sus constantes cambios de tercio y su pasaje funky, sus vertiginosos cambios de ritmos y la loca jam en la que parece llegar a convertirse por momentos para encauzarse y acabar como comienza, siendo un gran tema que, después de casi dos horas, la gente celebra saltando. Dream Theater han demostrado que es posible sobreponerse a la pérdida de uno de sus miembros más carismáticos y hacer un gran disco, dar lo mejor de sí mismos cada noche y emocionar a todos los allí presentes. ¿Alguien lo dudaba? Todo un cinco estrellas.
© 2012 Sam Malone
