SETLIST: Crash And Burn/ Ribbons/ First and Last and Always/ Train/ Detonation Boulevard/ Alice/ Gift That Shines/ Giving Ground/ Amphetamine Logic/ No Time To Cry/ Arms/ Dominion/ Mother Russia/ Summer/ This Corrosion/ Neverland/ Flood II/ Something Fast/ Top Night Out /More/ Lucretia/ Vision Thing/ Temple of Love/
El 27 de Noviembre, Madrid se vistió de riguroso negro para recibir al grupo gótico por antonomasia. "Grupo", por decir algo, ya que hace muchos, muchos años que Andrew Eldritch ha demostrado que "The Sisters" es su proyecto y los músicos que le rodean son meros comparsas (sin desmerecer a May o Christo, por no hablar de The Mission) sin que, por supuesto, esto llegue a sonar a crítica. Llegamos a la sala La Riviera, ¿alguien se imagina un lugar menos gótico, oscuro o siniestro para ver a The Sisters? La verdad es que la jodida palmera del centro debería arder en una chimenea pero lo cierto es que desde Bauhaus, al Marilyn Manson del "Antichrist Superstar" (1996), pasando por las dos infernales noches de Nine Inch Nails o Tool presentando su "Lateralus" (2001), La Riviera es capaz de tornarse oscura como ella sola y Eldritch y compañía lo lograron gracias al humo. Toneladas de humo, tanto que llegaba hasta el guardarropa, el baño y las barras desaparecieron como si de una fría noche londinense del siglo pasado se tratase.
Pero antes de continuar con mi crónica he de dar buena cuenta del telonero; cuando llegamos a la sala hay tan sólo treinta personas como mucho y el grupo nacional Kalashnikovss, el telonero elegido para abrir el concierto de "los sisters" en su "30th Birthday Party Tour" (ni más ni menos), está desplegando sus encantos en el escenario. ¿Y qué tal lo hicieron? Lo confesaré; me dieron ganas de vomitar. Un rock electrónico basado en unas canciones verdaderamente deprimentes y nacidas con la misma intención que un "saciante" o la peor de las comidas basuras, repetitivas hasta la naúsea y pobremente ejecutadas por cuatro tipos grises, dos de los cuales podrían ser dobles del gordo Tad de Seattle o Carlos Areces y un "frontman" totalmente ridículo metido en un papel a medio camino entre la parodia industrial (creo que se hace llamar Chav Norris) que acabó en un pseudointento de sonido Manchester con una chavala que se subió a cantar el último tema y mover, más mal que bien, el culo mientras un Shaun Ryder de tercera nos terminaba por joder la noche antes de tiempo. Llega a salir Mario Vaquerizo y todos habríamos salido ganando tanto en simpatía como en tablas. ¿Quién elegió a Kalashnikovss como teloneros? Me cuesta mucho creer que el propio Eldritch, de auténtica vergüenza.
Intentando olvidar la gran tomadura de pelo que acabábamos de presenciar, sonaban las últimas notas de "The Unforgettable Fire" de U2 (cuando las gónadas de Bono estaban aún en su sitio y aullaba como ningún otro) y los cañones de humo empezaron a hacer de las suyas. Al principio parecía normal hasta que todos los allí asistentes empezamos a comprobar que no paraban de escupir más y más humo. Ir a un concierto de The Sisters y no contar con el humo es desconocer al grupo en directo pero lo de aquel domingo fue exagerado. Con ese ambiente y luces verdes y moradas, Andrew consiguió envolvernos en su universo y hacer que nos olvidásemos del frío ambiente de la sala y del patético telonero que había "calentado" a su público
Comienzo auténticamente arrollador con "Crash And Burn", "Ribbons" en el que nuestro querido Doktor Avalanche sonó como una apisonadora (hubiese dado igual que su batería fuese humano ya que poco le habríamos llegado a ver) y "First and Last and Always" que nos estallaron en la cara como si el tiempo no hubiese pasado. El escenario, decorado al estilo industrial con andamios y unas efectistas luces de las cuales no abusaron, terminó por dar el apocalíptico contexto a las ruidosas texturas que The Sisters desplegaron durante casi hora y media con indudable éxito ante sus parroquianos. Pero fue en "Detonation Boulevard" y ese "Dominion/ Mother Russia" infernal cuando toda la sala llegó al clímax, fue coreada y seguida por todo el público. "This Corrosion" me llevó a mi adolescencia y tiempos de instituto, como "Lucretia" o el apoteósico final con "Temple Of Love" y Andrew derrochando su cavernoso tono de voz en un estado de forma envidiable por el que no han pasado los años. Afuera, Madrid aguardaba gélido y sin niebla, ajeno a lo que acabábamos de presenciar mientras algunos vendedores de camisetas desplegaban sus mantas sobre el suelo.
© 2011 Don Diablo