El primer disco que compré de Adam Cohen fue en 1998, aquel homónimo "Adam Cohen", una de las grandes sorpresas de aquel año. Musicalmente era maravilloso con unos arreglos y unas canciones sobresalientes, vocalmente era brillante ya que Adam no buscaba emular el tono de su padre (algo, por otro lado, totalmente imposible) pero pasó desapercibido y es que el lazo familiar le jugó la mala pasada de pasar desapercibido cuando aquel álbum era uno de los más agradables de aquel fin de década. También es verdad que no encajaba bien con lo que en aquellos momentos se llevaba; no era pop, no era electrónico, tampoco industrial o metal, así que parece que fue una pequeña desilusión para Adam porque tardó casi seis años en volver a la palestra con "Melancolista" (2006) basado en la canción francesa con algún que otro tema clásicamente norteamericano como "Hey Jane", parece que el hijo del más famoso canadiense errante prefería dar bandazos a centrarse, sin llegar a ser tan brillante como el primero, "Melancolista" era también un buen disco.
Y cinco años después lo vuelve a intentar con un álbum que parece un nuevo comienzo. "Like A Man" ("Como un hombre", 2011) parece ser un buen punto de partida y toda una declaración en la que parece afrontar su carrera como el hombre que ya es y no el niño que cantaba en su primer álbum hace trece años.
Y cinco años después lo vuelve a intentar con un álbum que parece un nuevo comienzo. "Like A Man" ("Como un hombre", 2011) parece ser un buen punto de partida y toda una declaración en la que parece afrontar su carrera como el hombre que ya es y no el niño que cantaba en su primer álbum hace trece años.
Pop acústico, rozando el country alternativo más light, ideal para escuchar en este otoño. Sepia, verde oscuro y dorado, un disco con algún que otro tema melancólico en el cual uno siente el tono dorado del sol atravesando las hojas de los árboles. "Out Of Bed" con una guitarra que recuerda a Elliott Smith y unos arreglos delicados y suaves tras su voz. Si en su primer disco evitaba los parecidos razonables con su padre, en éste no lo disimula y deja que sus cuerdas vocales hablen por sí mismas, está claro que está muy lejos de las octavas de Leonard Cohen pero su manera de cantar y el tono recuerdan abiertamente a los primeros discos del maestro zen.
"Matchbox" se despereza cansada con un órgano y un chelo tras su voz. "Like A Man" da nombre al disco, un gran tema con un sonido intimista y una producción casi inexistente pero terriblemente acertada en la que uno siente como se arrastran los dedos por los trastes y las cuerdas del chelo.
"Matchbox" se despereza cansada con un órgano y un chelo tras su voz. "Like A Man" da nombre al disco, un gran tema con un sonido intimista y una producción casi inexistente pero terriblemente acertada en la que uno siente como se arrastran los dedos por los trastes y las cuerdas del chelo.
"Sweet Dominique" es la gran joya del disco, una canción perfecta, maravillosa, delicada e intensísima. "What Other Guy" es el single que ha servido como adelanto de este disco y suena bonita pero no es la mejor del álbum, los coros y el fraseo de su voz recuerdan poderosamente a Leonard.
Y volvemos a lo que mejor sabe hacer Adam... "Girls These Days" es otro regalo en este "Like A Man", otoñal y con un gran sabor jazzy gracias al chelo. "Lie Alone" y "Beautiful" son las menos llamativas pero "Overrated" vuelve a elevar la nota final de un disco que crece y crece sin parar conforme se va disfrutando una y otra vez. "Stranger" cierra de manera calmada y pausada dejando con ganas de más. Seguro que te gustará si disfrutas de Damien Rice pero de no ser así deberías darle una oportunidad, seguro que un día te encuentras tarareando alguna de sus amables melodías mientras paseas por el parque.
© 2011 Jimmy Strummer