SETLIST: The Devil's Orchard/ I Feel The Dark/ Face of Melinda/ Porcelain Heart/ Nepenthe/ The Throat of Winter/ Credence/ Closure/ Slither/ A Fair Judgement/ Hex Omega/ Folklore/
Duele ver a un grupo como Opeth en un lugar tan pequeño y más cuando uno se percata de que hay más gente de la que la sala puede albergar; una enorme cola da la vuelta a la manzana mientras en el interior la gente se agolpa y ocupa cualquier lugar posible intentando ver a Åkerfeldt en directo. ¿Se vendieron entradas de más? Hay tanta gente que muchos de los allí presentes protestan, es imposible acceder más allá del pasillo de entrada, los aseos son inaccesibles, la barra parece quedar a kilómetros y tenemos que conformarnos con ver toda la actuación desde el puesto de camisetas bajo la potente luz de tres focos pero las desgracias no acaban ahí, el aire acondicionado está funcionando a pleno rendimiento y el ruido es ensordecedor desde las últimas filas. Claro que en "Slither" ni se llega a sentir pero cuando Åkerfeldt se cuelga la acústica el ruido de la cortina de aire es insoportable. He ido a conciertos mucho peor organizados y en emplazamientos verdaderamente ridículos y hasta insoportables pero, cuando uno va cumpliendo años y se acerca a ver a un grupo de estas características, uno quiere calidad, paladear la música, saborear sus texturas y disfrutarla plenamente. Con un escenario así (por no hablar de las ridículas tablas sobre las que los grupos se tuvieron que subir y la manera de retirar el equipo de los pobres roadies, llevándoselo poco a poco entre el público, o la maravillosa y "oportuna" columna situada en plena pista) cualquier diría que fue un suplicio y que bajo este contexto al grupo le costó desplegar su magia, nada más lejos de la verdad.
Opeth ha llegado a un punto en el que, por mucho que les critiquen sus propios fans (aquellos más negativos antes los, por otro lado lógicos, nuevos aires), es un grupo que está por encima del bien y del mal. Pueden gustarte o no, puedes disfrutar más o menos de su último disco, "Heritage" (2011), de "Damnation" (2003) o preferir "My Arms, Your Hearse" (1998) pero es un lujo verles en directo y su actitud esta fuera de toda crítica.
Por otro lado, esa sala con esa escasa organización que tanto nos ha disgustado a la gran mayoría del público que allí nos reunimos, es una oportunidad de disfrutar de la música de Opeth entre amigos, verles en un sitio tan pequeño es, por desgracia (siendo increíble que un grupo de su categoría no toque donde se merece), un lujo; mientras que en el resto de Europa copan las primeras posiciones de los festivales más emblemáticos, en España tocan en una discotequilla que debe haber visto tiempos mejores.
Al poco de llegar (habiéndonos perdido a Pain Of Salvation), salen los suecos y encienden la noche con "The Devil's Orchard". Los detractores de su último disco podrán decir lo que quieran, me da completamente igual porque la guitarra de este tema suena a King Crimson en el siglo veintiuno y hace las delicias de todos los allí congregados. Aunque el sonido de la sala es paupérrimo, el grupo se desenvuelve con maestría y la voz de Mikael suena muy bien. Los cambios de ritmo son constantes y Axenrot es capaz de pasar del ritmo más sincopado al arreglo más minimalista. "I Feel The Dark" suena preciosa y la nocturnidad de sus arreglos envuelve la sala y a todos nosotros en una densa oscuridad en la que llegamos a sentir incluso frío.
Primera mirada al pasado de la mano de "Face of Melinda", una de las más celebradas de la noche, adoro esta canción y cómo evoluciona. Me encantan sus guitarras y el ritmo pausado para terminar estallando en ese océano de electricidad. A "Porcelain Heart" la recibe una gran ovación por parte de todos los fieles allí reunidos, ¡qué deliciosa suena, qué cambios y cómo la interpretan en directo; ¡llena de intensidad!
Volvemos a "Heritage" con "Nepenthe" y sus guitarras llenas de fusión que siguen dejando a más de unos descolocado en directo, tampoco entiendo tanta polémica con el supuesto cambio de estilo de Opeth, aquellos que esperaban otra cosa en la fría noche de Madrid es que hace mucho tiempo que no escuchan a Åkerfeldt y los suyos.
"The Throat of Winter" inició la parte acústica, "Credence" fue tan bonita como bella mientras que "Closure" cogió un poco más de cuerpo hasta que llegó el espíritu de Dio en "Slither" que saturó el volúmen de la raquítica sala, nos hizo entrar en calor de nuevo y en "A Fair Judgement" cuando Mikael ataca el solo ya está todo sentenciado no sin acabar con una de mis favoritas, "Hex Omega", y decirnos adiós con "Folklore". Lástima de aquellos que se quedaron en casa porque "Heritage" no les ha convencido, Opeth siguen creciendo con o sin ellos.
© 2011 Boz
(Fotos de Patricia Herrero)