SETLIST: Sounds Of A Playground Fading/ Deliver Us/ All For Me/ Trigger/ Alias/ Swim/ The Hive/ The Quiet Place/ Where the Dead Ships Dwell/ Fear Is The Weakness/ Come Clarity/ Only for the Weak/ Delight and Angers/ Cloud Connected/ The Mirror's Truth/ Take This Life/
Tal y como sospechábamos tras escuchar su último disco durante los últimos meses; "Sounds Of A Playground Fading" es de esas obras que crecen conforme se les va dando la oportunidad. ¡Y hay que dársela! Así que la sorpresa de ver medio vacía una sala como La Riviera fue mayúscula. ¿Cómo es posible? ¡Son In Flames! Apenas un tercio de la pista y los balcones cerrados. He visto conciertos mediocres llenos hasta la bandera pero parece ser que los seguidores más recalcitrantes no le perdonan al grupo el cambio de rumbo, la salida de Jesper y el corte de pelo de Anders. ¡Vaya estupidez!
No era nuestra primera cita con el grupo en esta gira ya que pudimos verles en el Sonisphere de Suiza en un escenario más acorde a su categoría y no defraudaron. Es cierto que lo que en aquel momento vimos fue un concierto en el que desplegaron un repertorio cuajado de éxitos y con ese tipo de artillería es imposible defraudar, además el público reaccionó con verdadero histerismo cuando sonó el polémico single "Deliver Us" haciéndonos olvidar las miles de discusiones que desbordaban internet. Miles de personas se apretujaban contra las primeras filas mientras en el centro de la pista se hacía un "circle pit" verdaderamente impresionante. Así que, meses después, ver la entrada de La Riviera a media asta no dejaba de causarme un sentimiento de indignación. Por supuesto que "Sounds Of A Playground Fading" no es "Jester Race" o "Clayman" pero es que yo no quiero otro disco como éstos. Puede ser que yo no sea un "fan fatale" de In Flames y no les haya considerado nunca como un religión por eso que disfruto con todos y cada de uno de sus discos sin complejos; no me siento engañado si escucho este último después de "Whoracle", no fue un trauma la salida de Jesper y me da igual si Anders Fridén se ha cortado o no el pelo si sigue cantando con la misma intensidad con la que nos tiene acostumbrados (es más, prefiero la gorra a aquellas rastas que nunca me han gustado en el rock, me da igual si las lleva Dexter Holland o Jonathan Davis).
La entrada del concierto no incluía los horarios de inicio de las actuaciones, algo que me irrita bastante ya que, sin saber a qué hora exacta empezaría In Flames, decidimos entrar demasiado pronto, lo suficiente como para tener que aguantar al telonero. No me malinterpretéis, hay actuaciones y grupos que merecen ser vistos pero los eslovenos Noctifer (gracias al cielo, hasta ese momento desconocidos por mi y, de ahora en adelante, directamente ignorados) no es la clase de grupo por la que te desplazarías a otra ciudad o lucirías orgulloso una camiseta, a pesar de que lograron calentar el ambiente (debido al inagotable entusiasmo de los seguidores de In Flames) me aburrieron bastante. Me gustó algún que otro riff y le vi la gracia a algún tema pero la sensación general fue de incosistencia (basta con que escuches "Demoncracy" para que sepas a lo que me refiero), todas las canciones sonaban similiares, grises y apagadas tras un muro de sonido al que no ayudó el que su cantante (al que casi no se le escuchaba), Giani Poposki, tocase un set de timbales cercano a la batería en los últimos temas, aquello distaba mucho de la apisonadora tribal en la que se convierten Slipknot en directo y se asemejaba más a una batukada. Para colmo de males tuvimos que aguantar también a Noctifer fuera de las tablas, pasando mil veces entre el público durante la actuación de In Flames, tomando copas y apostados en el puesto de merchandising con cara de malos (pero pidiendo a gritos que alguien les parase para una foto o autógrafo, como demostraba su batería, Mathias Gergeta), ignorando por completo la actuación del artista principal, aquel que les ha traído a nuestro país en su gira. Son ese tipo de actitudes (sumadas a su mediocre propuesta y actuación) las que te hacen saber qué tipo de artista tienes frente a ti, así que a Noctifer, de ahora en adelante, le situaré junto a ese tipo de grupos incómodos como Franz Ferdinand (más interesados en pasear por las primeras filas frente a cuatro niñas, jodiendo la actuación de un gigante como Bob Dylan) o The Gaslight Anthem (un verdadero incordio de idas y venidas para conseguir copas, como adolescentes en plena Nochevieja, durante la actuación del grupo que teloneaban, los también aburridos Foo Fighters). Es fácil saber cuando un grupo se ha metido en esto de la música por razones equivocadas.
Sin saber a qué hora comenzaría In Flames y tras la horrorosa actuación de Noctifer, la gente se iba impacientando y poco a poco se iba llenando la pista de La Riviera. Los suecos salieron a las nueve y diecisiete de la noche. ¿Quién hubiese acertado un horario así? El escenario, decorado con las ilustraciones del nuevo álbum, cubriendo varias pantallas de focos, y el genial cuervo de la portada tras ellos a modo de telón de fondo. Es cierto que la sala no estaba llena del todo pero el entusiasmo de los fans de In Flames hizo el resto. Sonaba la magnífica guitarra de la intro de "Sounds Of A Playground Fading" y las primeras filas enloquecieron en un mar de cámaras digitales. Es una de mis canciones favoritas de su último disco y suena perfecta en directo, la voz de Fridén atrona mientras la preciosísima guitarra Gibson Les Paul de Björn Gelotte marca el ritmo y Niklas solea.
Sin descanso, atacan con "Deliver Us". ¿Quién pudo criticar este single? Funciona a la perfección y es coreado por toda la sala, su ritmo machacón y su pegadizo estribillo nos recuerda a todos su videoclip (aquel de la noria), el cual no estuvo tampoco exento de crítica y polémica por los seguidores más fundamentalistas. Sólo han pasado dos canciones y ya tenemos una opinión; In Flames son grandes y en directo no han perdido fuerza alguna. La clásica (por heavy) intro de "All For Me" y su adictivo riff convierte a la pista en una marabunta. Tres del nuevo disco y viajamos a "Reroute To Remain" de la mano de "Trigger" cuya batería suena como una ametralladora. De "A Sense Of Purpose" (2008) rescatan "Alias", un medio tiempo en el que las guitarras de la parte central logran cotas de belleza sorprendentes en directo, escuchando el estribillo a uno no le sorprende que este disco fuese tan bien recibido al otro lado del charco. Fridén nos saluda y presenta "Swim" del inmortal "Clayman" (2000).
El entrecortado riff de "The Hive" del "Whoracle" (1997) y nos acordamos del compañero blogofenero que no ha podido venir, la voz de Anders suena más gutural que nunca para callar a todos aquellos que, como a Sansón, auguraban un cambio de registro en el vocalista causado por su reciente corte de pelo. Siempre me ha sorprendido como; si bien el público de metal es quizá el más fiel es también el más reaccionario y enemigo de los cambios, aunque estos sean simplemente estéticos y no afecten en nada en el plano musical. Volvemos al 2004 (al disco "Soundtrack To Your Scape") y suena "The Quiet Place" que es coreada por todos, por todos... "Where the Dead Ships Dwell" nos devuelve a "Sounds Of A Playground Fading", magnífico cuando Fridén canta "I won't let the world break me, So I need to change direction, nothing special I'm far from perfect, light the way for me". Especialmente destacable la labor de las guitarras. Seguimos con "Fear Is The Weakness" cuya suave introducción no es más que eso y pronto se convierte en el gran tema que es, toda una declaración de principios para todos los inmovilistas fans del grupo. ¿Cuántos grupos pueden incluir más de dos canciones de su nuevo disco sin que éstas "chirrien" entre su repertorio más clásico?
"Come Clarity" y la impresionante "Only For The Weak" encienden a toda la sala. "Delight And Angers" allana el camino para, la ya esperada por todos, "Cloud Connected" y "The Mirror's Truth". Anders, emocionado por la respuesta, promete volver a nuestra tierras y se despide con la brutal "Take This Life". Grandes temas, mucha entrega, buen sonido y muchas ganas, un gran concierto.
Tal y como sospechábamos tras escuchar su último disco durante los últimos meses; "Sounds Of A Playground Fading" es de esas obras que crecen conforme se les va dando la oportunidad. ¡Y hay que dársela! Así que la sorpresa de ver medio vacía una sala como La Riviera fue mayúscula. ¿Cómo es posible? ¡Son In Flames! Apenas un tercio de la pista y los balcones cerrados. He visto conciertos mediocres llenos hasta la bandera pero parece ser que los seguidores más recalcitrantes no le perdonan al grupo el cambio de rumbo, la salida de Jesper y el corte de pelo de Anders. ¡Vaya estupidez!
No era nuestra primera cita con el grupo en esta gira ya que pudimos verles en el Sonisphere de Suiza en un escenario más acorde a su categoría y no defraudaron. Es cierto que lo que en aquel momento vimos fue un concierto en el que desplegaron un repertorio cuajado de éxitos y con ese tipo de artillería es imposible defraudar, además el público reaccionó con verdadero histerismo cuando sonó el polémico single "Deliver Us" haciéndonos olvidar las miles de discusiones que desbordaban internet. Miles de personas se apretujaban contra las primeras filas mientras en el centro de la pista se hacía un "circle pit" verdaderamente impresionante. Así que, meses después, ver la entrada de La Riviera a media asta no dejaba de causarme un sentimiento de indignación. Por supuesto que "Sounds Of A Playground Fading" no es "Jester Race" o "Clayman" pero es que yo no quiero otro disco como éstos. Puede ser que yo no sea un "fan fatale" de In Flames y no les haya considerado nunca como un religión por eso que disfruto con todos y cada de uno de sus discos sin complejos; no me siento engañado si escucho este último después de "Whoracle", no fue un trauma la salida de Jesper y me da igual si Anders Fridén se ha cortado o no el pelo si sigue cantando con la misma intensidad con la que nos tiene acostumbrados (es más, prefiero la gorra a aquellas rastas que nunca me han gustado en el rock, me da igual si las lleva Dexter Holland o Jonathan Davis).
La entrada del concierto no incluía los horarios de inicio de las actuaciones, algo que me irrita bastante ya que, sin saber a qué hora exacta empezaría In Flames, decidimos entrar demasiado pronto, lo suficiente como para tener que aguantar al telonero. No me malinterpretéis, hay actuaciones y grupos que merecen ser vistos pero los eslovenos Noctifer (gracias al cielo, hasta ese momento desconocidos por mi y, de ahora en adelante, directamente ignorados) no es la clase de grupo por la que te desplazarías a otra ciudad o lucirías orgulloso una camiseta, a pesar de que lograron calentar el ambiente (debido al inagotable entusiasmo de los seguidores de In Flames) me aburrieron bastante. Me gustó algún que otro riff y le vi la gracia a algún tema pero la sensación general fue de incosistencia (basta con que escuches "Demoncracy" para que sepas a lo que me refiero), todas las canciones sonaban similiares, grises y apagadas tras un muro de sonido al que no ayudó el que su cantante (al que casi no se le escuchaba), Giani Poposki, tocase un set de timbales cercano a la batería en los últimos temas, aquello distaba mucho de la apisonadora tribal en la que se convierten Slipknot en directo y se asemejaba más a una batukada. Para colmo de males tuvimos que aguantar también a Noctifer fuera de las tablas, pasando mil veces entre el público durante la actuación de In Flames, tomando copas y apostados en el puesto de merchandising con cara de malos (pero pidiendo a gritos que alguien les parase para una foto o autógrafo, como demostraba su batería, Mathias Gergeta), ignorando por completo la actuación del artista principal, aquel que les ha traído a nuestro país en su gira. Son ese tipo de actitudes (sumadas a su mediocre propuesta y actuación) las que te hacen saber qué tipo de artista tienes frente a ti, así que a Noctifer, de ahora en adelante, le situaré junto a ese tipo de grupos incómodos como Franz Ferdinand (más interesados en pasear por las primeras filas frente a cuatro niñas, jodiendo la actuación de un gigante como Bob Dylan) o The Gaslight Anthem (un verdadero incordio de idas y venidas para conseguir copas, como adolescentes en plena Nochevieja, durante la actuación del grupo que teloneaban, los también aburridos Foo Fighters). Es fácil saber cuando un grupo se ha metido en esto de la música por razones equivocadas.
Sin saber a qué hora comenzaría In Flames y tras la horrorosa actuación de Noctifer, la gente se iba impacientando y poco a poco se iba llenando la pista de La Riviera. Los suecos salieron a las nueve y diecisiete de la noche. ¿Quién hubiese acertado un horario así? El escenario, decorado con las ilustraciones del nuevo álbum, cubriendo varias pantallas de focos, y el genial cuervo de la portada tras ellos a modo de telón de fondo. Es cierto que la sala no estaba llena del todo pero el entusiasmo de los fans de In Flames hizo el resto. Sonaba la magnífica guitarra de la intro de "Sounds Of A Playground Fading" y las primeras filas enloquecieron en un mar de cámaras digitales. Es una de mis canciones favoritas de su último disco y suena perfecta en directo, la voz de Fridén atrona mientras la preciosísima guitarra Gibson Les Paul de Björn Gelotte marca el ritmo y Niklas solea.
Sin descanso, atacan con "Deliver Us". ¿Quién pudo criticar este single? Funciona a la perfección y es coreado por toda la sala, su ritmo machacón y su pegadizo estribillo nos recuerda a todos su videoclip (aquel de la noria), el cual no estuvo tampoco exento de crítica y polémica por los seguidores más fundamentalistas. Sólo han pasado dos canciones y ya tenemos una opinión; In Flames son grandes y en directo no han perdido fuerza alguna. La clásica (por heavy) intro de "All For Me" y su adictivo riff convierte a la pista en una marabunta. Tres del nuevo disco y viajamos a "Reroute To Remain" de la mano de "Trigger" cuya batería suena como una ametralladora. De "A Sense Of Purpose" (2008) rescatan "Alias", un medio tiempo en el que las guitarras de la parte central logran cotas de belleza sorprendentes en directo, escuchando el estribillo a uno no le sorprende que este disco fuese tan bien recibido al otro lado del charco. Fridén nos saluda y presenta "Swim" del inmortal "Clayman" (2000).
"Come Clarity" y la impresionante "Only For The Weak" encienden a toda la sala. "Delight And Angers" allana el camino para, la ya esperada por todos, "Cloud Connected" y "The Mirror's Truth". Anders, emocionado por la respuesta, promete volver a nuestra tierras y se despide con la brutal "Take This Life". Grandes temas, mucha entrega, buen sonido y muchas ganas, un gran concierto.
© 2011 Jim Tonic