Otro disco de Edguy y otro desengaño más que me llevo. No sé muy bien qué les pasa, si es que ya no tienen ganas, ya están cansados o simplemente que su creatividad se ha visto mermada a límites nunca imaginados para Sammet y los suyos. Y mira que este “señorito” iba a ser la nueva estrella del Power, el heredero del mismísimo Kai Hansen de Helloween y Gamma Ray; pero al final como suele suceder en estos casos nada de nada, todo se queda en dichos y nada en hechos.
He de confesar que el “Joker” de la portada me alimentaba ciertas ilusiones, al pensar que detrás de esa “máscara” podría encontrar otro “Mandrake”… Olvidaros, nada más lejos de la realidad; se acabó aquella fructuosa época en la que con cada disco que editaban mejoraban sus composiciones y nos alegraban la existencia. ¿Dónde están aquel “Vain Glory Opera” o aquel “Theater Of Salvation”? Me parece que muy olvidados, en el baúl de los recuerdos de una banda que no conserva ya ni una mínima “garra” de lo que fue. Desde su “Hellfire Club” han ido bajando el listón sucesivamente hasta llegar a niveles del subsuelo con este nuevo álbum.
“Robin Hood” abre el disco en un estilo parecido a “Sacrifice”, aquel tema de apertura de su “Rocket Ride”, pero que no le llega ni a la suela del zapato. Con una duración similar, rebasando los 8 minutos, se convierte en un corte interminable y tremendamente pesado. La voz de Tobias suena excesivamente simplona, con esa melodía repelente y anodina que viene arrastrando en sus últimos discos. Lo único medianamente decente de la canción es su videoclip, el cual puede llegar a ser simpático y divertido, pero poco más para un tema que abre un álbum y a la vez es primer single del mismo.
“Nobody´s Hero” comienza con un riff muy potente donde Ludwig nos demuestra lo buen guitarrista que es; pero es escuchar la voz de Sammet y sabemos que nos encontramos con otro tema calcado al anterior, muy simétrico y paralelo, vamos que aburre a las piedras.
“Rock Of Cashel” y “Pandora´s Box” se convierten en lo “peorcito” del redondo. No son canciones de la talla de Edguy, por lo menos nunca habrían existido en sus composiciones de los 90. No te conmueven, no te dicen nada, no te emocionan ni lo más mínimo.
Con “Breathe” llega uno de los mejores temas del disco, uno de los pocos cortes que se salvan de la “quema”, que con un juego de guitarras maravilloso, que acompañado por los teclados de Sammet, le dan un toque especial y diferente y no tan ambiguo como sucede con los temas anteriores. Un estribillo pegadizo y directo que te recuerda, aunque solo sea de pasada, a los primeros Edguy, a sus años más gloriosos. “Two Out Of Seven” se convierte en un tema peculiar, que contiene una buena melodía y unas buenas estrofas pero por el contrario un estribillo simplón y facilón que lo convierten en más de lo mismo, en un tema sin empuje.
El resto del disco discurre con esos aires de minúscula grandeza y mayúscula tediosidad. Destacar simplemente como corte más que aceptable “Behind The Gates To Midnight”. Es el más largo del disco de casi nueve minutos de metraje, donde al menos te conmueves con la voz de Sammet, expandiendo similitudes a aquella primera y maravillosa obra de su proyecto paralelo a Edguy, es decir de Avantasia. El estribillo les queda en este caso perfecto, muy épico en todas sus partes, vamos muy Power. Grandísima guitarra que nos inserta el señor Ludwig a mitad de la canción, que seguida del piano de Tobías forman una combinación deliciosa y perfecta para nuestra degustación auditiva. Este tema sí que merece la pena pararse y escucharlo detenidamente.
Destacar que la edición limitada viene acompañada de un segundo disco con seis temas extras a modo de bonus tracks, entre las que destacamos la versión que hacen del “Cum On Feel The Noize” de los legendarios Slade.
Como conclusión podemos decir que estamos ante un disco que sigue las pautas de sus tres últimas obras, con apenas uno o dos cortes capaces de ponerte la sonrisa en la cara, lo que se resume en un bagaje excesivamente ínfimo para artistas de la talla de Edguy.
© 2011 Lord Of Metal