SETLIST: Doctor Doctor (intro de UFO)/ Satellite 15... The Final Frontier/ El Dorado/ 2 Minutes to Midnight/ The Talisman/ Coming Home/ Dance of Death/ The Trooper/ The Wicker Man/ Blood Brothers/ When the Wild Wind Blows/ The Evil That Men Do/ Fear of the Dark/ Iron Maiden/ The Number of the Beast/ Hallowed Be Thy Name/ Running Free/ Always Look on the Bright Side of Life (outro de Monty Python)
Conforme iban llegando detalles sobre el nuevo disco de Iron Maiden, "The Final Frontier", me iba dando más y más miedo. ¿Por qué esa manía de hacer temas tan largos y con aires progresivos? Disfruté muchísimo con la gira de reunión y con "Brave New World" pero no puedo decir lo mismo de "Dance Of Death" y su consiguiente gira mundial. "A Matter Of Life And Death" supuso una notable mejoría y reconozco que me gusta y contiene temas realmente excepcionales pero seguía desconfiando del Eddie alienígena de la preciosa portada de "The Final Frontier" hasta que le di su oportunidad. Soy de los que disfrutó con su primer single, "El Dorado", y cuando el disco por fin salió acudí el primer día a comprarlo, una mezcla de ganas y excitación se apoderaron de mí, me había negado a escuchar las filtraciones de la red y prefería escuchar el disco de Harris y los suyos como antiguamente, con él en mis manos y dándole su tiempo. Es un gran disco, enorme, suena potente y las guitarras están tan trabajadas como es de esperar, el bajo de Harris retumba mientras la voz de Dickinson sorprende de nuevo por su poderío. Me entusiasmó.
No quería hacerme muchas ilusiones con la gira, uno está ya acostumbrado a que los grandes grupos se olviden a menudo de España o elijan provincias y fechas remotas con lo que hacía ya muchos años que no les veía en directo (más en concreto desde aquel horroroso concierto madrileño del ya mencionado "Dance Of Death"). Temía que se volcasen en el material más nuevo y plagasen el concierto de largas y prescindibles canciones más recientes, perdiendo las ganas de tocar viejos clásicos que quizá ya no les haga tanta ilusión interpretar una noche tras otra. Me volvía a equivocar porque una vez en el concierto llegué a agradecer la inclusión de temas de "The Final Frontier", he de reconocer que suenan maravillosamente bien en directo.
Con un escenario principal lleno a reventar, los Maiden entraban sin hacer mucho ruido en varios monovolúmenes por la parte lateral del escenario mientras en las pantallas (y tras la mítica "Doctor, Doctor" de UFO) sonaba "Satellite 15" en un video espacial, lleno de nebulosas y la cara de Dickinson entonándola, una intro bastante tonta, quizá el único "pero" de una actuación brillante. Desde luego, si los Maiden querían jugar al despiste con esta canción en el disco lo consiguen de pleno pero sigo sin entender que la utilicen como introducción de uno de sus conciertos, la gente está expectante y comienza a saltar tras el pistoletazo de salida que significa "The Final Frontier", un tema que suena cien por cien a Maiden, a la vieja escuela pero felizmente renovados. Dickinson no parará de saltar, su forma física es envidiable y su voz no ha perdido ni un ápice de potencia.
La sigue "El Dorado", si en disco convence en directo resulta más que eficaz, el galopante bajo de Harris marca todo el tema y la clásica estampa del bajista y alma de Maiden corriendo por todo el escenario, apoyando su pierna sobre las pantallas y dándole duro a la canción (una maravilla ver como toca con los dedos, un músico enorme) es impagable. Si con "El Dorado" ya nos hemos metido de lleno en el concierto lo que viene a continuación nos dejará a todos con la boca abierta, nada y más y nada menos que "2 Minutes To Midnight" y todo el estadio votando al mismo tiempo, minis de cerveza volando sobre nuestras cabezas y verdaderas riadas de cuerpos cayendo sobre las primeras filas ante la desesperación de los de seguridad. ¿Quién puede resistirse a un clásico así en tercer lugar? ¡Increíble!
"The Talisman" (impresionante el cambio de ritmo) y la emotiva "Coming Home", coreada por todos, pero es en "The Trooper" cuando la gente se vuelve loca y los miles de seguidores vuelven a desatarse, Gers está como loco mientras Murray y Smith atacan sus guitarras y Dickinson (que no para en todo el concierto y no dejará de gritar; Scream for me, Basel!) ondea la bandera al ritmo del bajo de Harris y la trepidante labor de McBrain, "The Wicker Man" nos recuerda que "Brave New World" fue un gran disco, el maravilloso puente ("You watch the world exploding every single night, Dancing in the sun a new born in the light") precede a uno de los estribillos más coreados de la noche (con permiso de los viejos clásicos); "Your Time Will Come". Repiten con el himno que es "Blood Brothers", a estas alturas ya tienen a todos rendidos y es cuando se encaminan al bloque central del concierto (quizá más lento, que no menos épico) en donde las guitarras de Murray y Smith vuelven a hablar por sí solas, desplegando toda su maestría. "When the Wild Wind Blows" nos va inundando poco a poco hasta hacernos llegar a "The Evil That Men Do" (una de mis preferidas) con ese cambio de ritmo y ese estribillo tan reconocible que nos ha acompañado en cientos de noches. Llega el momento de cantar "Fear of the Dark", la imagen de Eddie convertido en ese amenazante árbol que por las noches vemos desde la ventana de nuestro cuarto ocupa todo el escenario. Qué inteligentes son Iron Maiden, qué manera de ir alternando sus mejores canciones; las más actuales y las más clásicas, contentando a todos y demostrándonos que son un grupo cuya creatividad está aún viva y en mejor estado que nunca.
Llega el momento de "Iron Maiden", la canción del grupo con esas guitarras tan reconocibles y un Eddie que, como siempre, hará su salida triunfal. Un alienígena con unas fauces enorme y enseñando la mitad de su cerebro pero que no duda en tocar la guitarra en el tema para jubilo de todos mientras Janick se cuela entre sus piernas y arroja su Fender Stratocaster por los aires (Eddie aparecerá más tarde convertido en un gigante tras la batería de McBrain). Un guiño simpático que no puede faltar en ningún concierto de los Maiden y que es saludado con jubilo por todos los asistentes. ¿Existe otra mascota en el mundo del rock tan carismática y querida como Eddie? ¡Seguro que no, es imposible! ¡Y qué bonita resulta la portada de "The Final Frontier"!
Y, por fin, llega la mítica introducción y la inmortal "The Number Of The Beast" con todos, todos, cantando el consabido estribillo. "Hallowed Be Thy Name", ¿cómo es posible que a estas alturas Dickinson conserve esta voz?
El final llega con el clásico "Running Free" y cuando nos queremos dar cuenta todo ha acabado, "Always Look on the Bright Side of Life" de los Monty Python nos despide, el concierto ha pasado en un suspiro y Maiden nos han vuelto a demostrar que son los más grandes, los auténticos protagonistas del festival.
No quería hacerme muchas ilusiones con la gira, uno está ya acostumbrado a que los grandes grupos se olviden a menudo de España o elijan provincias y fechas remotas con lo que hacía ya muchos años que no les veía en directo (más en concreto desde aquel horroroso concierto madrileño del ya mencionado "Dance Of Death"). Temía que se volcasen en el material más nuevo y plagasen el concierto de largas y prescindibles canciones más recientes, perdiendo las ganas de tocar viejos clásicos que quizá ya no les haga tanta ilusión interpretar una noche tras otra. Me volvía a equivocar porque una vez en el concierto llegué a agradecer la inclusión de temas de "The Final Frontier", he de reconocer que suenan maravillosamente bien en directo.
Con un escenario principal lleno a reventar, los Maiden entraban sin hacer mucho ruido en varios monovolúmenes por la parte lateral del escenario mientras en las pantallas (y tras la mítica "Doctor, Doctor" de UFO) sonaba "Satellite 15" en un video espacial, lleno de nebulosas y la cara de Dickinson entonándola, una intro bastante tonta, quizá el único "pero" de una actuación brillante. Desde luego, si los Maiden querían jugar al despiste con esta canción en el disco lo consiguen de pleno pero sigo sin entender que la utilicen como introducción de uno de sus conciertos, la gente está expectante y comienza a saltar tras el pistoletazo de salida que significa "The Final Frontier", un tema que suena cien por cien a Maiden, a la vieja escuela pero felizmente renovados. Dickinson no parará de saltar, su forma física es envidiable y su voz no ha perdido ni un ápice de potencia.
La sigue "El Dorado", si en disco convence en directo resulta más que eficaz, el galopante bajo de Harris marca todo el tema y la clásica estampa del bajista y alma de Maiden corriendo por todo el escenario, apoyando su pierna sobre las pantallas y dándole duro a la canción (una maravilla ver como toca con los dedos, un músico enorme) es impagable. Si con "El Dorado" ya nos hemos metido de lleno en el concierto lo que viene a continuación nos dejará a todos con la boca abierta, nada y más y nada menos que "2 Minutes To Midnight" y todo el estadio votando al mismo tiempo, minis de cerveza volando sobre nuestras cabezas y verdaderas riadas de cuerpos cayendo sobre las primeras filas ante la desesperación de los de seguridad. ¿Quién puede resistirse a un clásico así en tercer lugar? ¡Increíble!
"The Talisman" (impresionante el cambio de ritmo) y la emotiva "Coming Home", coreada por todos, pero es en "The Trooper" cuando la gente se vuelve loca y los miles de seguidores vuelven a desatarse, Gers está como loco mientras Murray y Smith atacan sus guitarras y Dickinson (que no para en todo el concierto y no dejará de gritar; Scream for me, Basel!) ondea la bandera al ritmo del bajo de Harris y la trepidante labor de McBrain, "The Wicker Man" nos recuerda que "Brave New World" fue un gran disco, el maravilloso puente ("You watch the world exploding every single night, Dancing in the sun a new born in the light") precede a uno de los estribillos más coreados de la noche (con permiso de los viejos clásicos); "Your Time Will Come". Repiten con el himno que es "Blood Brothers", a estas alturas ya tienen a todos rendidos y es cuando se encaminan al bloque central del concierto (quizá más lento, que no menos épico) en donde las guitarras de Murray y Smith vuelven a hablar por sí solas, desplegando toda su maestría. "When the Wild Wind Blows" nos va inundando poco a poco hasta hacernos llegar a "The Evil That Men Do" (una de mis preferidas) con ese cambio de ritmo y ese estribillo tan reconocible que nos ha acompañado en cientos de noches. Llega el momento de cantar "Fear of the Dark", la imagen de Eddie convertido en ese amenazante árbol que por las noches vemos desde la ventana de nuestro cuarto ocupa todo el escenario. Qué inteligentes son Iron Maiden, qué manera de ir alternando sus mejores canciones; las más actuales y las más clásicas, contentando a todos y demostrándonos que son un grupo cuya creatividad está aún viva y en mejor estado que nunca.
Llega el momento de "Iron Maiden", la canción del grupo con esas guitarras tan reconocibles y un Eddie que, como siempre, hará su salida triunfal. Un alienígena con unas fauces enorme y enseñando la mitad de su cerebro pero que no duda en tocar la guitarra en el tema para jubilo de todos mientras Janick se cuela entre sus piernas y arroja su Fender Stratocaster por los aires (Eddie aparecerá más tarde convertido en un gigante tras la batería de McBrain). Un guiño simpático que no puede faltar en ningún concierto de los Maiden y que es saludado con jubilo por todos los asistentes. ¿Existe otra mascota en el mundo del rock tan carismática y querida como Eddie? ¡Seguro que no, es imposible! ¡Y qué bonita resulta la portada de "The Final Frontier"!
Y, por fin, llega la mítica introducción y la inmortal "The Number Of The Beast" con todos, todos, cantando el consabido estribillo. "Hallowed Be Thy Name", ¿cómo es posible que a estas alturas Dickinson conserve esta voz?
El final llega con el clásico "Running Free" y cuando nos queremos dar cuenta todo ha acabado, "Always Look on the Bright Side of Life" de los Monty Python nos despide, el concierto ha pasado en un suspiro y Maiden nos han vuelto a demostrar que son los más grandes, los auténticos protagonistas del festival.
© 2011 Jesús Cano