Reconozco que, con este disco, venía con la escopeta cargada. Los últimos discos de los de Washington no eran malos, al contrario; muy inspirados, pero faltos de aquella frescura que les caracterizaba. Puede que ello sea debido en parte a la gran cantidad de imitadores que le han surgido a Death Cab For Cutie y su reacción frente a ellos y es que sus últimos discos ("Plans" o "Narrow Stairs") parecían una copia de sus momentos más inspirados. Nadie imitaba mejor a Ben Gibbard que él mismo. Navegaban por las aguas del plagio a sí mismos con riesgo de quedar en evidencia y hacer el ridículo frente a bandas más jóvenes, para los que eran toda una referencia, que sí que grababan discos más acertados que los originales.
Éste es su séptimo álbum y Gibbard citaba al Brian Eno de "Another Green World" como su principal influencia o inspiración, lo que no adelantaba nada bueno. Producido por Alan Moulder (un viejo conocido para todos los que amamos a NIN o The Jesus And Mary Chain), "Codes And Keys" gustará a los seguidores de reciente hornada, aquellos que disfrutaron con el prescindible y , a veces, soporífero "Plans" y producirá bostezos a los que seguimos escuchando con frecuencia aquel "Transatlanticism" del 2003.
"Home Is A Fire" abre el disco de manera horizontal y plana, pretendiendo ser innovadora pero carente de magia. Es ese tipo de canciones que, a modo de río, pretenden inundar todo el disco y servir de introducción pero le falta originalidad y genialidad (aparte de duración). La homónima del disco sube un poco el listón gracias a los arreglos de cuerda y el piano, la voz de Gibbard sube el tono pero sin llegar al tan característico "nasalismo" al que nos tenía acostumbrados. Le falta estribillo, le falta gancho. "Some Boys" llega a ser irritante, no creo que pudiese escucharla más de dos veces seguidas, y es aquí cuando uno se da cuenta de que lo más trabajado del disco será el sonido, no las composiciones. "Doors Unlocked and Open" es otra cosa, claramente superior al resto, y la guitarra de Chris Walla tiene la culpa, un buen tema que habría llegado más lejos si no hubiese sido por el falsete de Gibbard.
"You Are a Tourist" recuerda a los Death Cab For Cutie más clásicos, quizá por esto fue elegida como primer single pero no es ningún hit y uno siente que los de Gibbard se empeñan en lograrlo, lo acarician con la yema de los dedos y casi lo logran pero en este disco no encontrarás ningún clásico ni ninguna canción que el grupo vuelva a tocar en directo dentro de veinte años.
Hemos pasado a la supuesta "cara b" y todavía estamos esperando a que nuestro grupo nos haga querer repetir alguna canción, saltar y sentir que siguen ahí, que no son un grupo en plena decadencia. Y es cuando llegamos a "Unobstructed Views", un buen tema a piano, el más largo de todo el disco y la voz de Gibbard doblada en el estribillo. La optimista y divertida "Monday Morning", los lunes son siempre difíciles pero esta canción no te ayudará en absoluto a encararlos con más alegría. "Portable Television" podría haber resultado si hubiese sido más folk, más guitarra y pandereta, menos ecos, menos secuenciadores y arreglos indies.
"Underneath the Sycamore" es un autoplagio tan flagrante que produce vergüenza ajena, el último intento por salvar el disco porque cuando llega "St. Peter's Cathedral" (quizá una de las mejores) casi a capella, uno ya ha perdido la fe en el último disco de Death Cab For Cutie y no tiene paciencia para la acústica "Stay Young, Go Dancing".
El típico disco que podría sonar en un Starbuck's para adormilar a todos aquellos que les entra la inspiración en este tipo de cafeterías y sacan sus portátiles para escribir emails, el típico disco en el que no te gustaría haberte gastado el dinero. ¿Recuerdas cuando hace muchos años no tenías referencia alguna y comprabas un disco únicamente por su portada? Ahora puedes evitarlo.
© 2011 Jesús Cano