Producido por Brett Eliason, Pearl Jam publican Live On Ten Legs, un directo que viene a demostrarnos lo que ha dado de sí su última gira mientras esperamos el nuevo disco en solitario de Eddie Vedder y nos llegan noticias con cuentagotas de que el resto de Pearl Jam (a excepción de Cameron que está con Soundgarden) está posiblemente trabajando en material nuevo. Un disco cuyo único inconveniente es que no se trata de un concierto sino de un "recopilatorio" de temas en directo.
Bien es cierto que Pearl Jam ya ha publicado muchos conciertos pero también es cierto que aquel Live On Two Legs del 98 debía ser convenientemente revisitado y que esa marea de bootlegs que publicaron tenían como único fin aplacar la demanda de grabaciones piratas que, a precios abusivos y con una calidad de sonido paupérrima, circulaban entre fans.
Es verdad que hay una gran diferencia entre la magnífica trilogía que supuso Ten, Vs y Vitalogy (mi gran favorito) y los discos que el grupo ha facturado después, no siendo hasta el homónimo Pearl Jam (2006) donde, según mi opinión, recuperan cierta garra y frescura, sonando más directos. ¿Acaso fueron malos discos Yield, Binaural y Rioct Act? Por supuesto que no. Todos albergan grandes momentos, canciones inolvidables ya clásicas en directo pero nunca llegaron a capturar la magia de los tres primeros.
Si esto es así, en directo es donde todo encaja como un gran rompecabezas en el que temas como Rearviewmirror conviven con World Wide Suicide, The Fixer o In Hiding sin desentonar. De todos es sabido que el grupo de Seattle domina el directo más que ningún otro grupo de la actualidad y que, sin tener que recurrir a lo fácil; grandes pantallas, mastodónticos montajes o ridículas poses y estúpidos clichés, los de Eddie Vedder resuelven con soltura y pasión un repertorio magnifico, sólido y musculoso, con una entrega e intensidad inauditas.
Matt Cameron no descansa en sus actuaciones, la voz de Vedder suena fantástica y las guitarras de Gossard y McReady se solapan y dialogan como si hablasen entre ellas mientras Jeff Ament hace vibrar las cuerdas de su bajo. Arms Aloft (de Joe Strummer) la hacen suya a la vez que canciones tan intensas como Nothing As It Seems suenan a la mil maravillas pasadas por la experiencia de la carretera.
Los fans de siempre encontraremos grandes ausentes pero esto no es un inconveniente. Corduroy o Black son reemplazadas por Got Some o Just Breathe mientras que I Am Mine es capaz de emocionar al fan más exigente.
¿Qué decir del artwork? Delicioso, como todo el de Pearl Jam. Y para los que quieran y puedan rascarse el bolsillo, la edición limitada con vinilo, cartel, fotos y pase, les espera; una joya.
© 2011 Jesús Cano