Se ha hablado mucho del nuevo trabajo de los de Oxford; se dice que no se aguantan entre ellos, que estamos ante la auténtica decadencia del grupo, que hace mucho que dejaron de hacer buenos discos y que asistimos a los últimos y agónicos pasos de un gigante que comenzó a desmoronarse en "Hail To The Thief" pero nada más lejos de la realidad.
"The King Of Limbs", súbitamente anunciado a través de su propia página web, corrió como la pólvora en pocas horas y en diferentes formatos de la mano del magnífico vídeo promocional de "Lotus Flower". La expectación que el grupo sigue generando es claramente superior a la de sus compañeros de generación o nuevos dinosaurios del mainstream y es que de ellos se espera que vuelvan a la supuesta frescura de "The Bends", al revolucionario "Ok Computer" o a aquel magnífico punto de inflexión que supuso "Kid A", algo que parece no entrar en los planes de Thom Yorke y Johnny Greenwood.
"Bloom" es una canción extraña que sirve como introducción al disco, no supone un comienzo tan explosivo como "15 Steps" de su anterior "In Rainbows" pero sí lo suficientemente imponente como para hacernos una idea de por dónde quieren tirar. Bases electrónicas y la fantasmagórica y aullante voz de Thom Yorke guiándonos a través de beats. "Morning Mr. Magpie" es quizá la verdadera primera canción de este "King Of Limbs" con un riff de guitarra que se repite una y otra vez a modo de mantra y una letra afilada por la que cualquier grupo supuestamente indie mataría.
"Little By Little" nos devuelve a los Radiohead de la última década a ritmo de salsa, es quizá el single más evidente, pegadizo y adictivo. En este punto el nuevo disco ya ha despegado y es cuando aparece "Feral", la más criticada del conjunto, una canción visagra en un disco excesivamente corto que deja traslucir las pasiones musicales de Yorke, un pasaje electrónico que nos lleva de la mano al bajo de "Lotus Flower".
¿Qué podríamos decir de esta canción? Crece con cada escucha; los graves son capaces de saturar cualquier equipo y las palmas te aceleran el ritmo, poco importa si el vídeo promocional es una copia o un homenaje, ya es un clásico.
El siguiente tema es "Codex", una auténtica maravilla, una delicia con la que seguramente Chris Martin soñará cada noche, tan delicada que da miedo escucharla más de una vez seguida y la clara demostración de que Radiohead sigue siendo ese grupo que no compone canciones sino emociones. "Give Up The Ghost" parece un tema que funcionará mejor en directo que en estudio, acústico y ligero. "Separator" señala lo que para muchos no es más que la clara intención de un disco doble del que en breve publicarán la segunda parte. Es corto, no es "Ok Computer" pero bendita decadencia.
© 2011 Jesús Cano